S. Lucas 1:68-75
S. Lucas 1:68-75 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo. Nos envió un poderoso Salvador en la casa de David su siervo (como lo prometió en el pasado por medio de sus santos profetas), para liberarnos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen; para mostrar misericordia a nuestros antepasados al acordarse de su santo pacto. Así lo juró a Abraham nuestro padre: nos concedió que fuéramos libres del temor al rescatarnos del poder de nuestros enemigos, para que le sirviéramos con santidad y justicia, viviendo en su presencia todos nuestros días.
S. Lucas 1:68-75 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
«¡Alabemos al Dios de Israel, porque ha venido a salvarnos! »Nos ha dado un Salvador muy poderoso, descendiente del rey David, su servidor. »Esto lo había prometido hace mucho tiempo, por medio de sus santos profetas: que él iba a salvarnos de nuestros enemigos y de todos aquellos que nos odian. »Él dijo que sería bondadoso con su pueblo, y que cumpliría su santa promesa. »Él prometió a nuestro antepasado Abraham, que iba a salvarnos de nuestros enemigos. »Así podríamos servirle sin ningún temor, y vivir solo para él, practicando la justicia todos los días de nuestra vida.
S. Lucas 1:68-75 Reina Valera Contemporánea (RVC)
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo. Nos ha levantado un poderoso Salvador en la casa de David, su siervo, tal y como lo anunció en el pasado por medio de sus santos profetas: “Salvación de nuestros enemigos, y del poder de los que nos odian.” Mostró su misericordia a nuestros padres, y se acordó de su santo pacto, de su juramento a nuestro padre Abrahán: Prometió que nos concedería ser liberados de nuestros enemigos, para poder servirle sin temor, en santidad y en justicia todos nuestros días delante de él.
S. Lucas 1:68-75 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
«¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo! Nos ha enviado un poderoso salvador, un descendiente de David, su siervo. Esto es lo que había prometido en el pasado por medio de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de todos los que nos odian, que tendría compasión de nuestros antepasados y que no se olvidaría de su santa alianza. Y este es el juramento que había hecho a nuestro padre Abraham: que nos permitiría vivir sin temor alguno, libres de nuestros enemigos, para servirle con santidad y justicia, y estar en su presencia toda nuestra vida.
S. Lucas 1:68-75 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo, Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo, Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio; Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto; Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
S. Lucas 1:68-75 La Biblia de las Américas (LBLA)
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David su siervo, tal como lo anunció por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos, salvación DE NUESTROS ENEMIGOS y DE LA MANO DE TODOS LOS QUE NOS ABORRECEN; para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar su santo pacto, el juramento que hizo a nuestro padre Abraham: concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor en santidad y justicia delante de Él, todos nuestros días.
S. Lucas 1:68-75 Nueva Traducción Viviente (NTV)
«Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. Nos envió un poderoso Salvador del linaje real de su siervo David, como lo prometió mediante sus santos profetas hace mucho tiempo. Ahora seremos rescatados de nuestros enemigos y de todos los que nos odian. Él ha sido misericordioso con nuestros antepasados al recordar su pacto sagrado, el pacto que prometió mediante un juramento a nuestro antepasado Abraham. Hemos sido rescatados de nuestros enemigos para poder servir a Dios sin temor, en santidad y justicia, mientras vivamos.