S. Lucas 1:19-20
S. Lucas 1:19-20 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
—Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios —contestó el ángel—. He sido enviado para hablar contigo y darte estas buenas noticias. Pero como no creíste en mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, te vas a quedar mudo. No podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda.
S. Lucas 1:19-20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El ángel le respondió: —Yo soy Gabriel, ayudante especial de Dios. Él me envió a darte esta buena noticia. Pero como no me creíste, no vas a poder hablar hasta que suceda lo que te dije.
S. Lucas 1:19-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, y estoy en presencia de Dios. He sido enviado a hablar contigo para comunicarte estas buenas noticias. Pero como no has creído mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, ahora vas a quedarte mudo, y no podrás hablar hasta el día en que esto suceda.»
S. Lucas 1:19-20 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El ángel le contestó: —Yo soy Gabriel, y estoy al servicio de Dios; él me mandó a hablar contigo y darte estas buenas noticias. Pero ahora, como no has creído lo que te he dicho, vas a quedarte mudo; no podrás hablar hasta que, a su debido tiempo, suceda todo esto.
S. Lucas 1:19-20 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
S. Lucas 1:19-20 La Biblia de las Américas (LBLA)
Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
S. Lucas 1:19-20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces el ángel dijo: —¡Yo soy Gabriel! Estoy en la presencia misma de Dios. ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia! Pero ahora, como no creíste lo que te dije, te quedarás mudo, sin poder hablar hasta que nazca el niño. Te aseguro que mis palabras se cumplirán a su debido tiempo.