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Levítico 7:1-10

Levítico 7:1-10 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

»Los sacrificios por la culpa son una cosa santísima. Estas son las instrucciones en cuanto a ellos: El animal ofrecido por la culpa deberá ser degollado en el lugar donde se matan los animales que se ofrecen para ser quemados, y con su sangre se deberá rociar los costados del altar. Se deberá ofrecer toda la grasa del animal: la que hay en la cola y la que cubre las vísceras, los dos riñones, la grasa que los cubre y la que está sobre los lomos, así como la parte grasosa que está sobre el hígado, la cual se deberá quitar junto con los riñones. Luego el sacerdote quemará esto sobre el altar, como ofrenda quemada en honor del Señor. Es un sacrificio por la culpa, y todos los sacerdotes podrán comer de él, aunque deberán hacerlo en un lugar consagrado, pues es una cosa santísima. »El sacrificio por la culpa es como el sacrificio por el pecado, y las instrucciones son las mismas para los dos: lo ofrecido será para el sacerdote que oficie en el acto del perdón. Igualmente, el sacerdote que sacrifique al animal que alguien haya ofrecido en holocausto, podrá quedarse con la piel del animal. También todas las ofrendas de cereales horneadas, y todo lo preparado en cacerola y sartén, serán para el sacerdote que presente la ofrenda. De la misma manera, todas las ofrendas de cereales, tanto las amasadas con aceite como las secas, serán para todos los descendientes de Aarón por partes iguales.

Levítico 7:1-10 Nueva Traducción Viviente (NTV)

»Estas son las instrucciones para la ofrenda por la culpa; la cual es sumamente santa. El animal sacrificado como ofrenda por la culpa se debe matar en el lugar donde se matan las ofrendas quemadas, y su sangre debe ser salpicada por todos los lados del altar. Después, el sacerdote ofrecerá toda la grasa sobre el altar, que incluye la grasa de la cola gorda, la grasa que rodea las vísceras, los dos riñones junto con la grasa que los rodea cerca de los lomos, así como el lóbulo largo del hígado. Todo esto hay que quitarlo junto con los riñones, y los sacerdotes lo quemarán sobre el altar como una ofrenda especial presentada al SEÑOR. Esta es la ofrenda por la culpa. Cualquier varón de la familia del sacerdote podrá comer la carne. Debe comerla en un lugar sagrado, porque es sumamente santa. »Las mismas instrucciones se aplican tanto para la ofrenda por la culpa como para la ofrenda por el pecado. Ambas le pertenecen al sacerdote que las usa para purificar a alguien, haciendo así que la persona sea justa ante el SEÑOR. En el caso de la ofrenda quemada, el sacerdote podrá quedarse con la piel del animal sacrificado. Toda ofrenda de grano que haya sido cocida al horno, preparada en una cacerola o en un sartén le pertenece al sacerdote que la presenta. Todas las demás ofrendas de grano, ya sean de harina seca o harina humedecida con aceite de oliva, se repartirán equitativamente entre todos los sacerdotes, los descendientes de Aarón.