Levítico 24:3-23
Levítico 24:3-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Aarón preparará las lámparas en la Tienda de reunión, fuera de la cortina donde están las tablas del pacto, para que ardan delante del SEÑOR desde el anochecer hasta la mañana. Este será un estatuto perpetuo para las generaciones venideras. Las lámparas que están sobre el candelabro de oro puro se mantendrán siempre encendidas delante del SEÑOR. SEÑOR »Toma harina refinada y hornea doce tortas de pan. Cada torta debe pesar dos décimas partes de un efa. Ponlas ante el SEÑOR sobre la mesa de oro puro, en dos hileras de seis tortas cada una. En cada hilera pondrás incienso puro. Así el pan será una ofrenda memorial puesta al fuego ante el SEÑOR. Este pan se dispondrá regularmente ante el SEÑOR todos los sábados. Este es un pacto perpetuo de los israelitas. El pan pertenece a Aarón y a sus hijos, quienes lo comerán en un lugar santo. Es una parte sumamente sagrada de las ofrendas puestas al fuego ante el SEÑOR. Es un estatuto perpetuo». Entre los israelitas vivía un hombre, hijo de madre israelita y de padre egipcio. Y sucedió que un día este hombre y un israelita iniciaron un pleito en el campamento. Pero el hijo de la mujer israelita, al lanzar una maldición, pronunció el Nombre; así que se lo llevaron a Moisés. (El nombre de su madre era Selomit hija de Dibrí, de la tribu de Dan). Y lo pusieron bajo arresto hasta que el SEÑOR les dijera qué hacer con él. Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: «Saca al blasfemo fuera del campamento. Quienes lo hayan oído impondrán las manos sobre su cabeza y toda la asamblea lo apedreará. Diles a los israelitas: “Todo el que blasfeme contra su Dios sufrirá las consecuencias de su pecado”. Además, todo el que pronuncie el nombre del SEÑOR al maldecir será condenado a muerte. Toda la asamblea lo apedreará. Sea extranjero o nativo, si pronuncia el Nombre al maldecir, será condenado a muerte. »El que quite la vida a otro ser humano será condenado a muerte. »El que quite la vida a algún animal ajeno, reparará el daño con otro animal. »Al que lesione a su prójimo se le infligirá el mismo daño que haya causado: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. Sufrirá en carne propia el mismo daño que haya causado. »Todo el que mate un animal reparará el daño, pero el que mate a un hombre será condenado a muerte. Una sola ley regirá, tanto para el nativo como para el extranjero. Yo soy el SEÑOR su Dios». Moisés comunicó todo esto a los israelitas, entonces ellos sacaron al blasfemo fuera del campamento y allí lo apedrearon. Los israelitas procedieron tal como el SEÑOR se lo ordenó a Moisés.
Levítico 24:3-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Aarón estará a cargo de ellas, para que ardan en mi santuario toda la noche. Las lámparas estarán en el santuario, sobre el candelabro de oro que está en el Lugar Santo. Esta es una orden que deben cumplir siempre. »Prepara doce panes de la mejor harina y llévalos al Lugar Santo. Ponlos sobre la mesa de oro puro, y acomódalos en dos hileras. Cada pan deberá pesar cuatro kilos y medio. »Pon incienso puro al lado de cada hilera, y quémalo en lugar del pan, como ofrenda quemada en mi honor. El sacerdote deberá presentar este pan en mi santuario todos los sábados, pues él representa a todos los israelitas. Esta será su obligación para siempre. »Los sacerdotes podrán comerse este pan, pero deberán hacerlo en el lugar apartado especialmente para eso, porque es una ofrenda muy especial». Un día, el hijo de una israelita y un egipcio se peleó con otro israelita. La madre israelita se llamaba Selomit, y era hija de Dibrí, de la tribu de Dan. En la pelea, el hijo de Selomit ofendió a Dios. Entonces lo llevaron ante Moisés, y lo pusieron bajo vigilancia hasta que Dios les dijera lo que debían hacer con él. Y Dios le dijo a Moisés: «Como este hombre me ofendió, debes sacarlo del campamento. Todos los que oyeron cómo me ofendió deberán poner las manos sobre su cabeza y matarlo a pedradas. Luego les dirás a los israelitas: “Cualquiera que ofenda a Dios, será condenado a muerte. Sea o no israelita, toda la comunidad deberá matarlo a pedradas”. »El que mate a otra persona lo pagará con su vida. »El que mate un animal lo pagará con otro animal. »El que lastime a su prójimo, sufrirá en carne propia el daño que haya causado: ojo por ojo, diente por diente, fractura por fractura. »Esta misma ley vale para todos, sean israelitas o extranjeros. Yo soy el Dios de Israel». Moisés comunicó todo esto a los israelitas, y ellos sacaron del campamento al que había ofendido a Dios y lo mataron a pedradas. Así cumplieron la orden que Dios les había dado por medio de Moisés.
Levítico 24:3-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Aarón pondrá las lámparas delante de mí en el tabernáculo de reunión, fuera del velo del testimonio, desde la tarde hasta el amanecer. Este es un estatuto perpetuo para sus descendientes. Las pondrá siempre en orden delante de mí, sobre el candelero limpio. »Tomarás flor de harina, y con ella harás doce tortas, cada una con cuatro litros de harina. Las pondrás en mi presencia sobre la mesa de oro puro, en dos hileras de seis panes cada una. Sobre cada hilera pondrás también incienso puro, que aromatizará el pan como ofrenda encendida en mi honor. Se trata de un pacto perpetuo. Todos los días de reposo, sin falta, Aarón pondrá el pan en orden delante de mí, de parte de los hijos de Israel. Este pan será para Aarón y sus descendientes, por derecho perpetuo. Deberán comerlo en un lugar santo, porque de las ofrendas encendidas en mi honor esta es una ofrenda muy santa.» Por esos días, un hombre que era hijo de una israelita y de un egipcio, y que vivía entre los hijos de Israel, salió del campamento y se peleó con un israelita. La israelita, madre de ese hombre, se llamaba Selomit, y era hija de un danita llamado Dibri. Y sucedió que ese hombre blasfemó contra el nombre del Señor y lanzó una maldición, así que lo llevaron ante Moisés y lo pusieron en la cárcel, hasta tener una palabra del Señor al respecto. El Señor habló con Moisés, y le dijo: «Saca del campamento a ese blasfemo, para que todos los que lo oyeron maldecir pongan las manos sobre su cabeza, y toda la congregación lo apedree. Habla luego con los hijos de Israel, y diles que todo el que maldiga a su Dios tendrá que cargar con su pecado; que todo el que blasfeme contra mi nombre será condenado a muerte, y que toda la congregación lo apedreará. Esto vale tanto para los extranjeros como para los israelitas por nacimiento: si blasfeman contra mi Nombre, serán condenados a muerte. »El que hiera de muerte a otra persona, será condenado a muerte. »El que hiera a un animal tendrá que restituirlo con otro animal. »Al que hiera a su prójimo se le infligirá el mismo daño: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente. Según el daño que cause a otro, será el daño que recibirá. »El que hiera a un animal tendrá que restituirlo, pero el que hiera de muerte a un hombre será condenado a muerte. »Un mismo estatuto se aplicará al extranjero y al israelita por nacimiento. Yo soy el Señor su Dios.» Y Moisés habló con los hijos de Israel, y ellos sacaron del campamento al blasfemo y lo apedrearon. Así cumplieron los hijos de Israel con lo que el Señor le había ordenado a Moisés.
Levítico 24:3-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Aarón se encargará de arreglarlas, para que durante toda la noche ardan sin cesar delante del Señor en la tienda del encuentro, fuera del velo que está junto al arca de la alianza. Esta es una ley permanente, que pasará de padres a hijos. Ha de arreglar las lámparas en el candelabro de oro puro para que ardan delante del Señor. »Toma de la mejor harina y cuece doce tortas, de cuatro kilos y medio cada una, y ponlas sobre la mesa de oro puro que está ante el Señor, en dos hileras de seis tortas cada una. Pon en cada hilera incienso puro, que le servirá al pan como ofrenda de recordación quemada en honor del Señor. Esto deberá ser puesto sin falta ante el Señor cada sábado, como una alianza eterna por parte de los israelitas. Es la parte que les corresponderá siempre a Aarón y a sus descendientes, los cuales deberán comer ese pan en un lugar santo, porque de las ofrendas que se queman en honor del Señor, esta es una de las más sagradas.» Entre los israelitas había un hombre nacido de madre israelita y padre egipcio. Su madre se llamaba Selomit, y era hija de Dibrí, de la tribu de Dan. Este hombre y un israelita tuvieron una discusión en el campamento, durante la cual el hijo de madre israelita ofendió y maldijo el nombre del Señor. Entonces lo llevaron ante Moisés, y lo tuvieron bajo vigilancia mientras el Señor les decía lo que tenían que hacer. Y el Señor le habló a Moisés y le dijo: «Saca del campamento al que me maldijo; que pongan la mano sobre su cabeza todos los que lo oyeron, y que lo maten a pedradas todos los de la comunidad. Por lo que toca a los israelitas, diles lo siguiente: El que ofenda y maldiga el nombre del Señor su Dios, tendrá que cargar con su pecado y será muerto a pedradas por toda la comunidad. Tanto si es extranjero como si es natural del país, si ofende el nombre del Señor, será condenado a muerte. »El que le quite la vida a otra persona, será condenado a muerte. »El que mate una cabeza de ganado, tendrá que reponerla: animal por animal. »El que cause daño a alguno de su pueblo, tendrá que sufrir el mismo daño que hizo: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; tendrá que sufrir en carne propia el mismo daño que haya causado. »El que mate un animal, tendrá que reponerlo. El que mate a un hombre, será condenado a muerte. »La misma ley vale tanto para los extranjeros como para los naturales del país. Yo soy el Señor su Dios.» Moisés habló entonces con los israelitas, y ellos sacaron del campamento al que había maldecido a Dios, y allí lo mataron a pedradas. Lo hicieron los israelitas tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Levítico 24:3-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Fuera del velo del testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá Aarón desde la tarde hasta la mañana delante de Jehová; es estatuto perpetuo por vuestras generaciones. Sobre el candelero limpio pondrá siempre en orden las lámparas delante de Jehová. Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Cada día de reposo lo pondrá continuamente en orden delante de Jehová, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo. En aquel tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan. Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. Asimismo el hombre que hiere de muerte a cualquiera persona, que sufra la muerte. El que hiere a algún animal ha de restituirlo, animal por animal. Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él. El que hiere algún animal ha de restituirlo; mas el que hiere de muerte a un hombre, que muera. Un mismo estatuto tendréis para el extranjero, como para el natural; porque yo soy Jehová vuestro Dios. Y habló Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron del campamento al blasfemo y lo apedrearon. Y los hijos de Israel hicieron según Jehová había mandado a Moisés.
Levítico 24:3-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
Fuera del velo del testimonio, en la tienda de reunión, Aarón las dispondrá para que ardan desde el anochecer hasta la mañana delante del SEÑOR continuamente; será estatuto perpetuo para todas vuestras generaciones. Mantendrá las lámparas en orden en el candelabro de oro puro, continuamente delante del SEÑOR. Tomarás flor de harina y con ella cocerás doce tortas; en cada torta habrá dos décimas de efa. Y las colocarás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa de oro puro delante del SEÑOR. Y en cada hilera pondrás incienso puro, para que sea porción memorial del pan, una ofrenda encendida para el SEÑOR. Cada día de reposo, continuamente, se pondrá en orden delante del SEÑOR; es un pacto eterno para los hijos de Israel. Y será para Aarón y para sus hijos, y lo comerán en un lugar santo; porque lo tendrá como cosa muy sagrada de las ofrendas encendidas para el SEÑOR, por derecho perpetuo. El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel lucharon en el campamento. Y el hijo de la israelita blasfemó el Nombre, y maldijo. Entonces lo llevaron a Moisés. (El nombre de su madre era Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan.) Y lo pusieron en la cárcel, hasta que se les aclarara la palabra del SEÑOR. Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Saca fuera del campamento al que maldijo, y que todos los que lo oyeron pongan las manos sobre su cabeza, y que toda la congregación lo apedree. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: «Si alguien maldice a su Dios, llevará su pecado. Además, el que blasfeme el nombre del SEÑOR, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el forastero como el nativo, cuando blasfeme el Nombre, ha de morir. »Si un hombre quita la vida a cualquier ser humano, ciertamente ha de morir. Y el que quite la vida a un animal lo restituirá, vida por vida. Si un hombre hiere a su prójimo, según hizo, así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará. El que mate un animal, lo restituirá, pero el que mate a un hombre, ha de morir. Habrá una misma ley para vosotros; será tanto para el forastero como para el nativo; porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios». Moisés entonces habló a los hijos de Israel, y ellos sacaron fuera del campamento al que había maldecido, y lo apedrearon. Los hijos de Israel hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés.
Levítico 24:3-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
las lámparas del candelabro que está en el tabernáculo frente a la cortina interior que protege el arca del pacto. Aarón deberá mantener las lámparas encendidas en la presencia del SEÑOR toda la noche. Esta es una ley perpetua para el pueblo que se cumplirá de generación en generación. Aarón y los sacerdotes se ocuparán de las lámparas que están en el candelabro de oro puro, a fin de que ardan continuamente en la presencia del SEÑOR. »También deberás hornear doce panes planos de harina selecta, usarás cuatro litros para cada pan. Pon los panes delante del SEÑOR sobre la mesa de oro puro y colócalos en dos columnas, con seis panes en cada columna. Pon un poco de incienso puro cerca de cada columna para que sirva como una ofrenda representativa, una ofrenda especial presentada al SEÑOR. Cada día de descanso colocarás este pan ante el SEÑOR como una ofrenda de parte de los israelitas; es un recordatorio perpetuo del pacto eterno. Los panes les pertenecerán a Aarón y a sus descendientes, quienes los comerán en un lugar sagrado, porque son sumamente santos. Los sacerdotes tendrán el derecho perpetuo de exigir esta porción de las ofrendas especiales presentadas al SEÑOR». Cierto día, un hombre de madre israelita y de padre egipcio salió de su carpa y tuvo una pelea con un israelita. Durante la pelea, el hijo de la madre israelita blasfemó el Nombre del SEÑOR con una maldición. Así que llevaron a este hombre ante Moisés para ser juzgado. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri de la tribu de Dan. Lo tuvieron bajo vigilancia hasta que les fuera clara la voluntad del SEÑOR sobre este asunto. Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Saca al blasfemo fuera del campamento, y diles a los que escucharon la maldición que pongan las manos sobre la cabeza del blasfemo. Después permite que toda la comunidad lo mate a pedradas. Dile al pueblo de Israel: los que maldigan a su Dios serán castigados por su pecado. Todo el que blasfeme el Nombre del SEÑOR morirá apedreado por toda la comunidad de Israel. Cualquier israelita de nacimiento o extranjero entre ustedes que blasfeme el Nombre del SEÑOR será ejecutado. »El que le quite la vida a otra persona será ejecutado. »El que mate a un animal que pertenece a otra persona tendrá que reponerlo: un animal vivo por el muerto. »El que hiera a una persona recibirá la misma herida que haya hecho: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. Lo que uno haga para lastimar a otro, eso mismo deberá recibir. »El que mate a un animal tendrá que reponerlo, pero el que mate a una persona será ejecutado. »La misma ley es aplicable tanto para los israelitas de nacimiento como para los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el SEÑOR su Dios». Después que Moisés dio todas estas instrucciones a los israelitas, sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo apedrearon a muerte. Los israelitas hicieron tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés.