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Josué 5:2-15

Josué 5:2-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Dios le habló a Josué y le dijo: «Ordena que se fabriquen unos cuchillos de piedra, y circuncida a los israelitas». Josué hizo lo que Dios le había mandado, y todavía hoy el lugar donde se celebró esa ceremonia se llama Monte Aralot. Fue necesario hacer esto porque todos los israelitas adultos que habían sido circuncidados antes de salir de Egipto ya habían muerto en el desierto. Todos los hombres y muchachos que habían salido de Egipto ya estaban circuncidados. Pero con los que nacieron en el desierto no se había llevado a cabo esta ceremonia. Como los israelitas anduvieron cuarenta años por el desierto, ya habían muerto todos los adultos que habían salido de Egipto. Esa gente había desobedecido a Dios, y por eso, él juró que no les dejaría ver la fértil tierra que había prometido dar a sus antepasados, donde siempre hay abundancia de alimentos. Así que Josué circuncidó a los hijos de ellos, porque durante la marcha no se había llevado a cabo esa ceremonia. Después de la circuncisión, todos se quedaron en el campamento hasta que sanaron de sus heridas. Entonces Dios le dijo a Josué: «Ya les he quitado la vergüenza de haber sido esclavos en Egipto». Por eso hasta hoy ese lugar se llama Guilgal. Los israelitas celebraron la Pascua al caer la tarde del día catorce del mes de Abib, mientras estaban acampados en Guilgal, en la llanura cercana a Jericó. Al día siguiente comieron por primera vez de lo que producía la tierra de Canaán: granos de trigo horneados y pan sin levadura. Ese mismo día el maná dejó de caer. Los israelitas ya no comieron más maná, sino que se alimentaron de lo que producía la tierra de Canaán. Cierto día, cuando todavía estaban acampando cerca de Jericó, Josué vio de pie, delante de él, a un hombre con una espada en la mano. Josué se acercó y le preguntó: —¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? —Ni lo uno ni lo otro —respondió el hombre—. Yo soy el jefe del ejército de Dios. Y aquí me tienes. Josué cayó de rodillas, y con gran reverencia se inclinó hasta el suelo y le dijo: —Estoy a tus órdenes. Haré cualquier cosa que me pidas. El jefe del ejército de Dios le dijo entonces a Josué

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Josué 5:2-15 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot. Esta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto. Pues todos los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaba circuncidado. Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel. A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino. Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que sanaron. Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy. Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó. Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra, los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas. Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año. Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Él respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.

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Josué 5:2-15 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

En aquel tiempo, el SEÑOR dijo a Josué: «Prepara cuchillos de piedra afilada y vuelve a practicar la circuncisión entre los israelitas». Así que Josué hizo los cuchillos y circuncidó a los varones israelitas en la colina de Aralot. Realizó la ceremonia porque los israelitas en edad militar que habían salido de Egipto ya habían muerto en el desierto. Todos ellos habían sido circuncidados, pero no los que nacieron en el desierto mientras el pueblo peregrinaba después de salir de Egipto. El SEÑOR había prometido a sus antepasados que les daría una tierra donde abundan la leche y la miel. Pero los israelitas que salieron de Egipto no obedecieron al SEÑOR y, por ello, él juró que no verían esa tierra. En consecuencia, deambularon por el desierto durante cuarenta años hasta que murieron todos los varones en edad militar. A los hijos de estos, a quienes Dios puso en lugar de ellos, los circuncidó Josué, pues no habían sido circuncidados durante el viaje. Una vez que todos fueron circuncidados, permanecieron en el campamento hasta que se recuperaron. Luego el SEÑOR dijo a Josué: «Hoy les he quitado de encima la vergüenza de haber sido esclavos en Egipto». Por esa razón, aquel lugar se llama Guilgal hasta el día de hoy. Al caer la tarde del día catorce del mes primero, mientras acampaban en la llanura de Jericó, los israelitas celebraron la Pascua. Al día siguiente, después de la Pascua, el pueblo empezó a alimentarse de los productos de la tierra, de panes sin levadura y de trigo tostado. Un día después dejó de caer maná y durante ese año el pueblo se alimentó de los frutos de la tierra de Canaán. SEÑOR Josué, que acampaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a él, espada en mano. Josué se acercó y preguntó: —¿Es usted de los nuestros o del enemigo? —¡De ninguno! —respondió—. Me presento ante ti como comandante del ejército del SEÑOR. Entonces Josué se postró rostro en tierra y preguntó: —¿Qué órdenes trae usted, mi Señor, para este siervo suyo? El comandante del ejército del SEÑOR contestó: —Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. Y Josué obedeció.

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Josué 5:2-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Entonces el Señor le dijo a Josué: «Prepara cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar a los hijos de Israel.» Josué preparó los cuchillos y circuncidó a los hijos de Israel en la colina de Aralot. La razón de circuncidarlos fue que todos los varones del pueblo y los hombres de guerra que habían salido de Egipto, habían muerto en el desierto o por el camino. Todos aquellos hombres estaban circuncidados, pero no así los que nacieron en el desierto o por el camino. Los hijos de Israel anduvieron cuarenta años por el desierto, hasta que murieron todos los hombres de guerra que salieron de Egipto por no haber obedecido al Señor. Por eso el Señor les dijo que no verían la tierra que les había prometido a sus padres, una tierra abundante en leche y miel. Así que Josué circuncidó a los hijos de aquellos hombres, que ahora ocupaban su lugar, pues no habían sido circuncidados en el camino. Una vez circuncidados, todos los hombres se quedaron en el campamento hasta que sanaron. El Señor le dijo entonces a Josué: «Hoy les he quitado la vergüenza de los egipcios.» Y ese lugar se llama Gilgal hasta el día de hoy. Los israelitas acamparon en Gilgal, y el día catorce del mes primero por la tarde celebraron la pascua en los llanos de Jericó. Un día después de la pascua comieron de lo que la tierra producía, y de panes sin levadura y de trigo tostado. Y al día siguiente de que comieron de los productos de la tierra, el maná dejó de caer. Nunca más los hijos de Israel volvieron a tener maná, porque a partir de ese año comieron de lo que la tierra de Canaán producía. Un día en que Josué estaba cerca de Jericó, de pronto levantó la vista y vio delante de él a un hombre con una espada desenvainada en la mano. Se acercó a él y le preguntó: «¿Eres uno de los nuestros, o eres de nuestros enemigos?» El hombre respondió: «Ni lo uno ni lo otro. Estoy al mando del ejército del Señor, y por eso he venido.» Entonces Josué se inclinó con el rostro en tierra, y lo adoró, mientras decía: «¿Qué órdenes tiene mi Señor para este siervo suyo?» El comandante del ejército del Señor le respondió: «Quítate las sandalias de tus pies, porque estás pisando un lugar sagrado.» Y Josué obedeció.

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Josué 5:2-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Fue entonces cuando el Señor le dijo a Josué: «Haz unos cuchillos de piedra, y vuelve a circuncidar a los israelitas.» Josué hizo los cuchillos, y circuncidó a los hombres israelitas en el monte de Aralot. Los circuncidó porque todos los hombres que estaban en edad militar cuando salieron de Egipto ya habían muerto por el camino, en el desierto. Y aunque todos los que salieron de Egipto estaban circuncidados, los que nacieron después, por el camino, en el desierto, no lo estaban. Como los israelitas anduvieron cuarenta años por el desierto, ya habían muerto todos los hombres que habían salido de Egipto en edad militar. Esos hombres no obedecieron al Señor, y por eso él les juró que no les dejaría ver la tierra que a sus antepasados había prometido darles, tierra donde la leche y la miel corren como el agua. Por eso Josué circuncidó a los hijos de aquellos hombres, es decir, a los que el Señor había puesto en lugar de ellos, los cuales no habían sido circuncidados antes porque estaban de camino. Cuando todos estuvieron ya circuncidados, se quedaron descansando en el campamento hasta que sanaron. Entonces el Señor le dijo a Josué: «Con esta circuncisión les he quitado la vergüenza de los egipcios.» Por esta razón, aquel lugar todavía se llama Guilgal. Los israelitas acamparon en Guilgal, y el día catorce del mes, por la tarde, celebraron la Pascua en los llanos de Jericó. Ese mismo día comieron panes sin levadura y trigo tostado, pero al día siguiente comieron ya de lo que la tierra producía. Desde entonces no volvió a haber maná, así que los israelitas se alimentaron aquel año de lo que producía la tierra de Canaán. Un día, estando Josué cerca de Jericó, vio delante de él a un hombre con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó: —¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? —Ni lo uno ni lo otro —contestó el hombre—. Vengo como jefe del ejército del Señor. Entonces Josué se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y le preguntó: —¿Qué le manda mi Señor a este siervo suyo? El jefe del ejército del Señor le contestó: —Descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado. Y Josué le obedeció.

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Josué 5:2-15 La Biblia de las Américas (LBLA)

En aquel tiempo el SEÑOR dijo a Josué: Hazte cuchillos de pedernal y vuelve a circuncidar, por segunda vez, a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot. Esta es la razón por la cual Josué los circuncidó: todos los del pueblo que salieron de Egipto que eran varones, todos los hombres de guerra, murieron en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto. Porque todos los del pueblo que salieron fueron circuncidados, pero todos los del pueblo que nacieron en el desierto, por el camino, después de salir de Egipto, no habían sido circuncidados. Pues los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que pereció toda la nación, es decir, los hombres de guerra que salieron de Egipto, porque no escucharon la voz del SEÑOR; a ellos el SEÑOR les juró que no les permitiría ver la tierra que el SEÑOR había jurado a sus padres que nos daría, una tierra que mana leche y miel. Y a los hijos de ellos, que Él levantó en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no los habían circuncidado en el camino. Y sucedió que cuando terminaron de circuncidar a toda la nación, permanecieron en sus lugares en el campamento hasta que sanaron. Entonces el SEÑOR dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto. Por eso aquel lugar se ha llamado Gilgal hasta hoy. Estando los hijos de Israel acampados en Gilgal, celebraron la Pascua en la noche del día catorce del mes en los llanos de Jericó. Y el día después de la Pascua, ese mismo día, comieron del producto de la tierra, panes sin levadura y cereal tostado. Y el maná cesó el día después que habían comido del producto de la tierra, y los hijos de Israel no tuvieron más maná, sino que comieron del producto de la tierra de Canaán durante aquel año. EÑOR Y sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, levantó los ojos y miró, y he aquí, un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos? Y él respondió: No; más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del SEÑOR. Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: ¿Qué dice mi señor a su siervo? Entonces el capitán del ejército del SEÑOR dijo a Josué: Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y así lo hizo Josué.

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Josué 5:2-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)

En esos días, el SEÑOR le dijo a Josué: «Prepara cuchillos de piedra y circuncida a esta segunda generación de israelitas». Así que Josué preparó cuchillos de piedra y circuncidó a toda la población masculina de Israel en Guibeá-haaralot. Josué tuvo que circuncidarlos, porque todos los hombres que tenían edad suficiente para ir a la guerra cuando salieron de Egipto habían muerto en el desierto. Todos los que salieron de Egipto habían sido circuncidados, pero no los que nacieron después del éxodo, durante los años en el desierto. Los israelitas anduvieron cuarenta años por el desierto hasta que murieron todos los hombres que salieron de Egipto y que tenían edad para ir a la guerra. Ellos habían desobedecido al SEÑOR, por eso el SEÑOR juró que no los dejaría entrar en la tierra que había prometido darnos, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Entonces Josué circuncidó a los hijos de esos israelitas —los que habían crecido para tomar el lugar de sus padres— porque no habían sido circuncidados en el camino a la Tierra Prometida. Después de ser circuncidados, todos los varones descansaron en el campamento hasta que sanaron. Luego el SEÑOR le dijo a Josué: «Hoy he hecho que la vergüenza de su esclavitud en Egipto salga rodando como una piedra». Por eso, ese lugar se llama Gilgal hasta el día de hoy. Mientras los israelitas acampaban en Gilgal, sobre la llanura de Jericó, celebraron la Pascua al atardecer del día catorce del primer mes. Justo al día siguiente, empezaron a comer pan sin levadura y grano tostado, cosechado de la tierra. El maná dejó de caer el día que empezaron a comer de las cosechas de la tierra y nunca más se vio. Así que, desde ese momento, los israelitas comieron de las cosechas de Canaán. SEÑOR Cuando Josué estaba cerca de la ciudad de Jericó, miró hacia arriba y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó: —¿Eres amigo o enemigo? —Ninguno de los dos —contestó—. Soy el comandante del ejército del SEÑOR. Entonces Josué cayó rostro en tierra ante él con reverencia. —Estoy a tus órdenes —dijo Josué—. ¿Qué quieres que haga tu siervo? El comandante del ejército del SEÑOR contestó: —Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás parado es santo. Y Josué hizo lo que se le indicó.

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