Jonás 2:2-7
Jonás 2:2-7 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Dijo: «En mi angustia clamé al SEÑOR, y él me respondió. Desde lo profundo de los dominios de la muerte pedí auxilio, y tú escuchaste mi clamor. A lo profundo me arrojaste, al corazón mismo de los mares; las corrientes me envolvían, todas tus ondas y tus olas pasaban sobre mí. Y pensé: “He sido expulsado de tu presencia; pero volveré a contemplar tu santo Templo”. Las aguas me llegaban hasta el cuello, lo profundo del mar me envolvía; las algas se me enredaban en la cabeza, arrastrándome a los cimientos de las montañas. Me tragó la tierra y para siempre sus cerrojos se cerraron tras de mí. Pero tú, SEÑOR, Dios mío, rescataste mi vida de la fosa. »Al sentir que se me iba la vida, me acordé del SEÑOR, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo.
Jonás 2:2-7 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
2 (3) «Cuando estaba sufriendo, tú, mi Dios, me ayudaste. Cuando estaba casi muerto, pedí ayuda y me la diste. 3 (4) »Me arrojaste a lo más hondo del mar. Solo agua veía yo por todos lados; grandes olas cruzaban sobre mí. 4 (5) »Llegué a pensar que ya no me querías, que no volvería a entrar en tu templo. 5 (6) »Me había hundido por completo. El mar me cubría todo, y las algas se enredaban en mi cabeza. 6 (7) »Creí que ya nunca saldría del fondo del mar. Pero tú, Dios mío, me salvaste la vida. 7 (8) »Cuando ya estaba sin fuerzas, me acordé de ti, y oré. Mi oración llegó hasta tu santuario.
Jonás 2:2-7 Reina Valera Contemporánea (RVC)
y dijo: «Señor, en mi angustia te invoqué, y tú me oíste. Desde el fondo del abismo clamé a ti, y tú escuchaste mi voz. Me echaste a las profundidades del mar, y las corrientes me rodearon; ¡todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí! Entonces dije: “Me has desechado delante de tus ojos, pero todavía he de ver tu santo templo.” »Las aguas me rodearon hasta el cuello, y el abismo me envolvió. ¡Las algas se enredaron en mi cabeza! Bajé hasta los cimientos de los montes; la tierra echó para siempre sus cerrojos sobre mí; pero tú, mi Señor y Dios, rescataste mi vida del sepulcro. Cuando dentro de mí desfallecía mi alma, me acordé de ti, Señor, Y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo.
Jonás 2:2-7 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
2 (3) diciendo: «En mi angustia clamé a ti, Señor, y tú me respondiste. Desde las profundidades de la muerte clamé a ti, y tú me oíste. 3 (4) Me arrojaste a lo más hondo del mar, y las corrientes me envolvieron. Las grandes olas que tú mandas pasaban sobre mí. 4 (5) Llegué a sentirme echado de tu presencia; pensé que no volvería a ver tu santo templo. 5 (6) Las aguas me rodeaban por completo; me cubría el mar profundo; las algas se enredaban en mi cabeza. 6 (7) Me hundí hasta el fondo de la tierra; ¡ya me sentía su eterno prisionero! Pero tú, Señor, mi Dios, me salvaste de la muerte. 7 (8) Al sentir que la vida se me iba, me acordé de ti, Señor; mi oración llegó a ti en tu santo templo.
Jonás 2:2-7 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeome el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
Jonás 2:2-7 La Biblia de las Américas (LBLA)
y dijo: En mi angustia clamé al SEÑOR, y Él me respondió. Desde el seno del Seol pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz; pues me habías echado a lo profundo, en el corazón de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus encrespadas olas y tus ondas pasaron sobre mí. Entonces dije: «He sido expulsado de delante de tus ojos; sin embargo volveré a mirar hacia tu santo templo». Me rodearon las aguas hasta el alma, el gran abismo me envolvió, las algas se enredaron a mi cabeza. Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con sus cerrojos me ponía cerco para siempre; pero tú sacaste de la fosa mi vida, oh SEÑOR, Dios mío. Cuando en mí desfallecía mi alma, del SEÑOR me acordé; y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo.
Jonás 2:2-7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
y dijo: «En mi gran aflicción clamé al SEÑOR y él me respondió. Desde la tierra de los muertos te llamé, ¡y tú, SEÑOR, me escuchaste! Me arrojaste a las profundidades del mar y me hundí en el corazón del océano. Las poderosas aguas me envolvieron; tus salvajes y tempestuosas olas me cubrieron. Entonces dije: “Oh SEÑOR, me has expulsado de tu presencia; aun así volveré a mirar hacia tu santo templo”. »Me hundí bajo las olas y las aguas se cerraron sobre mí; las algas se enredaban en mi cabeza. Me hundí hasta las raíces de las montañas. Me quedé preso en la tierra, cuyas puertas se cierran para siempre. Pero tú, oh SEÑOR mi Dios, ¡me arrebataste de las garras de la muerte! Cuando la vida se me escapaba, recordé al SEÑOR. Elevé mi oración sincera hacia ti en tu santo templo.