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Joel 2:1-11

Joel 2:1-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

¡Toquen la trompeta en Sión; den la voz de alarma en mi santo monte! ¡Tiemblen todos los habitantes del país! Ya viene el día del SEÑOR; en realidad, ya está cerca. Día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y densos nubarrones. Como la aurora que se extiende sobre los montes, así avanza un pueblo fuerte y numeroso, pueblo como nunca lo hubo en la antigüedad ni lo habrá en las generaciones futuras. El fuego devora delante de ellos; detrás, las llamas arden. Antes de su llegada, el país se parece al jardín del Edén; después, queda un desolado desierto. ¡Nada escapa de su poder! Tienen aspecto de caballos; galopan como corceles. Al saltar sobre las cumbres de los montes, producen un estruendo como el de carros de guerra, como el crepitar del fuego al consumir la hojarasca. ¡Son como un ejército poderoso en formación de batalla! Ante él se estremecen las naciones; todo rostro palidece. Atacan como guerreros, escalan muros como soldados. Cada uno mantiene la marcha sin romper la formación. No se atropellan entre sí; cada uno marcha en línea. Se lanzan entre las flechas sin romper filas. Se abalanzan contra la ciudad, escalan los muros, trepan por las casas, se meten por las ventanas como ladrones. Ante este ejército tiembla la tierra y se estremece el cielo, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar. Truena la voz del SEÑOR al frente de su ejército; son innumerables sus tropas y poderosos los que ejecutan su palabra. El día del SEÑOR es grande y terrible. ¿Quién lo podrá resistir?

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Joel 2:1-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

»¡Que toquen la trompeta en Jerusalén! ¡Que suene la alarma en el templo! ¡Que comiencen a temblar todos los habitantes de este país! ¡Nuestro Dios viene! ¡Ya está cerca el día! Será un día de gran oscuridad, un día de nubes y de sombras. »Un ejército grande y poderoso se extenderá sobre los montes, y caerá sobre toda la tierra como las sombras al anochecer. No hubo antes, ni habrá después, otro ejército que se le parezca. Ese ejército es como el fuego, que quema todo lo que encuentra: antes de su llegada, la tierra es un paraíso; después de su llegada, la tierra queda hecha un desierto. ¡No hay nada que se le escape! »Ese ejército de saltamontes ataca como la caballería; cuando saltan sobre los montes, el ruido que hacen se parece al que hacen los carros de guerra; son como el crujido de hojas secas que se queman en el fuego; son como un ejército poderoso que está listo para el ataque. »Estos saltamontes parecen una banda de ladrones, son como un ejército que ataca por sorpresa la ciudad, y siempre ataca de frente. Escalan las murallas, se trepan a las casas, se meten por las ventanas, sin chocar unos con otros. Todos mantienen el paso, jamás rompen la formación, ¡jamás dan un paso atrás! ¡Ni una lluvia de flechas puede hacer que se detengan! Al ver estos saltamontes la gente tiembla y se pone pálida de miedo. Tiemblan el cielo y la tierra, se oscurecen el sol y la luna, y pierden su brillo las estrellas. »Al frente de este ejército, que es muy grande y poderoso, Dios deja oír su voz de mando y este ejército lo obedece. Nuestro Dios viene. ¡El día de su llegada será impresionante y terrible! ¡Nadie podrá mantenerse firme!

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Joel 2:1-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Toquen la trompeta en Sión; den la alarma en mi santo monte; tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque el día del Señor viene, y ya se acerca. Será un día de tinieblas y de oscuridad, un día de nubes y sombras. Se aproxima un ejército grande y poderoso, como nunca antes lo hubo ni lo habrá después durante muchas generaciones. Viene como el alba, cuando se extiende sobre los montes. Lo precede un fuego consumidor, y llamas destructoras cierran su marcha. Antes de que pasen, la tierra es como el huerto de Edén; pero después de que han pasado queda la tierra como un desierto deshabitado. ¡Nadie puede librarse de ellos! Su aspecto y su carrera es semejante al de los caballos y al de los soldados de caballería. Cuando saltan sobre las cumbres de los montes, su estruendo es como el de los carros de guerra, como el crujir de las llamas de fuego cuando consumen la hojarasca, ¡como el de un ejército poderoso y dispuesto para la batalla! Ante ellos, los pueblos se llenan de miedo y todos los rostros palidecen. Corren como soldados, trepan por los muros como guerreros; cada uno de ellos mantiene la marcha, sin cambiar el rumbo. Ninguno estorba a su compañero; cada uno mantiene el paso; ¡no hay espada que los detenga! Como ladrones, caen sobre la ciudad, corren por la muralla, trepan por las casas, ¡entran por las ventanas! Ante ellos, tiembla la tierra y se estremecen los cielos; el sol y la luna se oscurecen, y se apaga el resplandor de las estrellas. El Señor mismo da las órdenes al frente de su ejército. Muy grandes son sus batallones, y fuertes son los que cumplen la orden. ¡Grande y terrible es el día del Señor! ¿Quién podrá resistir?

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Joel 2:1-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Toquen la trompeta en el monte Sión; den el toque de alarma en el santo monte del Señor. Tiemblen todos los que viven en Judá, porque ya está cerca el día del Señor: día de oscuridad y tinieblas, día de nubes y sombras. Un ejército fuerte y numeroso se ha desplegado sobre los montes como la luz del amanecer. Nunca antes se vio, ni se verá jamás, nada que se le parezca. Son como el fuego, que todo lo devora; que ya quema antes de pasar, y aun después que ha pasado. La tierra, que antes de su llegada era un paraíso, cuando se van parece un desierto. ¡No hay nada que se les escape! Su aspecto es como de caballos, corren como jinetes y su estruendo al saltar sobre los montes es como el estruendo de los carros de guerra, como el crujir de las hojas secas que arden en el fuego. Son como un ejército poderoso en formación de batalla. La gente tiembla al verlas, y todas las caras palidecen. Como valientes hombres de guerra, corren, trepan por los muros y avanzan de frente, sin torcer ninguna su camino. No se atropellan unas a otras; cada una sigue su camino, y se lanzan entre las flechas sin romper la formación. Asaltan la ciudad, corren sobre los muros, trepan por las casas y como ladrones se cuelan por las ventanas. La tierra tiembla ante ellas, el cielo se estremece, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo. El Señor, al frente de su ejército, hace oír su voz de trueno. Muy numeroso es su ejército; incontables los que cumplen sus órdenes. ¡Qué grande y terrible es el día del Señor! No hay quien pueda resistirlo.

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Joel 2:1-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto de Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape. Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla. Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes. Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo. Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán. Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones. Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?

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Joel 2:1-11 La Biblia de las Américas (LBLA)

Tocad trompeta en Sión, y sonad alarma en mi santo monte. Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque viene el día del SEÑOR, porque está cercano; día de tinieblas y lobreguez, día nublado y de densa oscuridad. Como la aurora sobre los montes, se extiende un pueblo grande y poderoso; nunca ha habido nada semejante a él, ni tampoco lo habrá después por años de muchas generaciones. Delante de él consume el fuego, y detrás de él abrasa la llama. Como el huerto del Edén es la tierra delante de él; y detrás de él, un desierto desolado, y de él nada escapa. Como aspecto de caballos es su aspecto, y como corceles de guerra, así corren. Como estrépito de carros saltan sobre las cumbres de los montes, como el crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca, como pueblo poderoso dispuesto para la batalla. Ante él tiemblan los pueblos, palidecen todos los rostros. Como valientes corren, como soldados escalan la muralla; cada uno marcha por su camino, y no se desvían de sus sendas. No se aprietan uno contra otro, cada cual marcha por su calzada; y cuando irrumpen por las defensas, no rompen las filas. Se lanzan sobre la ciudad, corren por la muralla, suben a las casas, entran por las ventanas como ladrones. Ante ellos tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas pierden su resplandor. El SEÑOR da su voz delante de su ejército, porque es inmenso su campamento, porque poderoso es el que ejecuta su palabra. Grande y terrible es en verdad el día del SEÑOR, ¿y quién podrá soportarlo?

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Joel 2:1-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)

¡Toquen las trompetas en Jerusalén! ¡Den la alarma en mi monte santo! Que todos tiemblen de miedo porque está cerca el día del SEÑOR. Es un día de oscuridad y penumbra, un día de nubes densas y sombras profundas. De repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas, aparece un ejército grande y poderoso. Nunca antes se había visto algo semejante, ni volverá a verse jamás. Fuego va delante del ejército y llamas detrás. Delante de ellos, la tierra se extiende tan hermosa como el jardín del Edén. Detrás solo queda desolación; nada escapa. Parecen caballos; van a la carga como caballos de guerra. Mírenlos saltar a lo largo de las cumbres. Escuchen el estruendo que producen, como el retumbar de carros de guerra, como el rugir del fuego que arrasa los campos de hierba seca o el despliegue de un poderoso ejército en batalla. El miedo se apodera de la gente; cada rostro palidece de terror. Los agresores marchan como guerreros y escalan los muros de la ciudad como soldados. Marchan hacia adelante, sin romper filas. No se empujan unos a otros; cada uno se mueve en la posición exacta. Atraviesan las líneas de defensa sin perder la formación. Irrumpen en la ciudad y corren a lo largo de sus muros. Se meten en todas las casas; como ladrones trepan por las ventanas. La tierra tiembla mientras avanzan y los cielos se estremecen. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar. El SEÑOR va a la cabeza de la columna; con un grito los guía. Este es su ejército poderoso y ellos siguen sus órdenes. El día del SEÑOR es algo imponente y pavoroso. ¿Quién lo podrá sobrevivir?

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Joel 2:1-11

Joel 2:1-11 RVR1960

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