Job 31:16-22
Job 31:16-22 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
»Jamás he desoído los ruegos de los pobres ni he dejado que las viudas desfallezcan; jamás el pan me lo he comido solo, sin querer compartirlo con los huérfanos. Desde mi juventud he sido un padre para ellos; a las viudas las he guiado desde mi nacimiento. Si he dejado que alguien muera por falta de vestido o que un necesitado no tenga qué ponerse; si este no me ha bendecido de corazón por haberlo abrigado con lana de mis rebaños; o si he levantado contra el huérfano mi mano por contar con influencias en los tribunales, ¡que los brazos se me caigan de los hombros!, ¡que se me zafen de sus articulaciones!
Job 31:16-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Jamás he dejado de atender los ruegos de los pobres; jamás he dejado que las viudas se desmayen de hambre; jamás he probado un bocado sin compartirlo con los huérfanos. Desde mi más temprana edad, siempre he sido el apoyo de huérfanos y viudas; jamás he dejado que los pobres mueran por falta de ropa. Muchos me agradecieron el abrigarlos con ropa de lana. Nunca abusé de mi autoridad para amenazar a los huérfanos. ¡No quiero que Dios me castigue! ¡No podría resistir su poder! Pero si acaso he actuado así, ¡que me quede yo sin brazos!
Job 31:16-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)
»¿Acaso impedí la felicidad del pobre, o dejé que las viudas desfallecieran de hambre? ¿Acaso me aparté para comer a solas, para no compartir mi pan con los huérfanos? ¡Más bien, para los huérfanos fui un padre, y protegí a las viudas como a mi propia madre! »¿Acaso vi a alguien totalmente desnudo, y dejé al pobre sin un abrigo con qué cubrirse? ¡Más bien, me bendijo de todo corazón cuando entró en calor con mis vestidos de lana! »Jamás alcé mi mano contra el huérfano, cuando estuvo en mi mano impartir justicia. ¡Que se me zafen los brazos si miento! ¡Que se me rompan los huesos del brazo!
Job 31:16-22 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Nunca dejé de socorrer al pobre en su necesidad, ni permití que las viudas pasaran hambre. Nunca comí yo solo mi bocado sin compartirlo con el huérfano. Siempre traté al huérfano como un padre; siempre fui protector de las viudas. Cuando yo veía que alguien moría por falta de ropa, o que un pobre no tenía con qué cubrirse, con la lana de mis propias ovejas le daba calor, y él me quedaba agradecido. Jamás amenacé a un huérfano valiéndome de mi influencia con los jueces. Y si esto no es verdad, que los brazos se me rompan; que se me caigan de los hombros.
Job 31:16-22 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda; Si comí mi bocado solo, Y no comió de él el huérfano (Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, Y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda); Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin abrigo; Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron; Si alcé contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudaran en la puerta; Mi espalda se caiga de mi hombro, Y el hueso de mi brazo sea quebrado.
Job 31:16-22 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Si he impedido a los pobres su deseo, o he hecho desfallecer los ojos de la viuda, o si he comido mi bocado solo, y el huérfano no ha comido de él (aunque desde mi juventud él creció conmigo como con un padre, y a la viuda la guié desde mi infancia); si he visto a alguno perecer por falta de ropa, y sin abrigo al necesitado, si sus lomos no me han expresado gratitud, pues no se ha calentado con el vellón de mis ovejas; si he alzado contra el huérfano mi mano, porque vi que yo tenía apoyo en la puerta, que mi hombro se caiga de la coyuntura, y mi brazo se quiebre en el codo.
Job 31:16-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»¿He rehusado ayudar al pobre o he acabado con las esperanzas de las viudas? ¿He sido tacaño con mi comida o me he negado a compartirla con los huérfanos? No, desde la niñez he cuidado a los huérfanos como un padre, y toda mi vida me he ocupado de las viudas. Cuando veía sin vestido a los que no tienen hogar y a los necesitados sin nada que ponerse, ¿acaso no me alababan por darles ropas de lana para combatir el frío? »Si he levantado la mano contra un huérfano sabiendo que los jueces se pondrían de mi parte, entonces, ¡que se disloque mi hombro! ¡Que mi brazo se descoyunte!