Job 3:1-12
Job 3:1-12 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, Y la noche en que se dijo: Varón es concebido. Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca. Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado Que lo haga horrible como día caliginoso. Ocupe aquella noche la oscuridad; No sea contada entre los días del año, Ni venga en el número de los meses. ¡Oh, que fuera aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! Maldíganla los que maldicen el día, Los que se aprestan para despertar a Leviatán. Oscurézcanse las estrellas de su alba; Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana; Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria. ¿Por qué no morí yo en la matriz, O expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase?
Job 3:1-12 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Después de esto, Job rompió el silencio para maldecir el día en que había nacido. Dijo así: «Que perezca el día en que yo nací y la noche en que se anunció: “¡Un niño ha sido concebido!”. Que ese día se vuelva oscuridad; que Dios en lo alto no lo tome en cuenta; que no brille en él ninguna luz. Que las tinieblas y la densa oscuridad vuelvan a reclamarlo; Que una nube lo cubra con su sombra; que la oscuridad domine su esplendor. Que densas tinieblas caigan sobre esa noche; que no sea contada entre los días del año, ni registrada en ninguno de los meses. Que esa noche permanezca estéril; que no haya en ella gritos de alegría. Que maldigan ese día los que profieren maldiciones, los expertos en provocar a Leviatán. Que se oscurezcan sus estrellas matutinas; que en vano esperen la luz del día y que no vean los primeros rayos de la aurora. Pues no cerró el vientre de mi madre ni evitó que mis ojos vieran tanta miseria. »¿Por qué no perecí al momento de nacer? ¿Por qué no morí cuando salí del vientre? ¿Por qué hubo rodillas que me recibieran y pechos que me amamantaran?
Job 3:1-13 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Llegó el momento en que Job ya no pudo más y comenzó a maldecir el día en que nació. Entonces, dijo: «¡Maldito sea el día en que nací! Maldita la noche en que anunciaron: “¡Fue niño!” ¡Que borren del calendario ese día! ¡Que nadie se acuerde de él, ni siquiera el Dios del cielo! ¡Que sea arrojado en las tinieblas y todos se olviden de él! »¡Que en esa noche nadie vuelva a nacer! ¡Que nadie grite de alegría! ¡Que maldigan ese día los que tienen poder sobre el monstruo del mar! ¡Que ese día no salga el sol ni se vea la estrella de la mañana, porque me dejó nacer en un mundo de miserias! »Mejor hubiera nacido muerto. ¡Así nadie me habría abrazado ni me habría amamantado, y ahora estaría descansando en paz!
Job 3:1-12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Después de eso, Job habló y maldijo el día de su nacimiento. Y dijo: «Que perezca el día en que me concibieron, y la noche en que dijeron: “¡Ya nació un varón!” Que se oscurezca ese día, y que Dios en lo alto no lo tome en cuenta. Que ese día el sol deje de brillar, y las tinieblas de muerte lo oscurezcan. Que lo envuelva un manto de oscuridad y lo deje como un día horrible y bochornoso. Que sea esa noche todo oscuridad; que nadie la cuente entre los días del año; ¡que no sea incluida en ninguno de los meses! Que sea contada como una noche estéril, en la que nadie emitió un solo grito de alegría. Que maldigan esa noche los que conjuran al mar, los que saben despertar al furioso Leviatán. Que no brillen las estrellas en el alba, ni llegue nunca la esperada luz; ¡que no se vea la luz de la mañana! »¿Por qué no fue cegado el vientre de mi madre? ¿Por qué no se escondió de mis ojos la miseria? ¿Por qué no morí dentro de su vientre, o al momento mismo de nacer? ¿Por qué me recibió entre sus rodillas? ¿Por qué me amamantó en su pecho?
Job 3:1-12 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Por fin Job rompió el silencio, y maldijo el día en que había nacido. ¡Maldita sea la noche en que fui concebido! ¡Maldito sea el día en que nací! ¡Ojalá aquel día se hubiera convertido en noche, y Dios lo hubiera pasado por alto y no hubiera amanecido! ¡Ojalá una sombra espesa lo hubiera oscurecido, o una nube negra lo hubiera envuelto, o un eclipse lo hubiera llenado de terror! ¡Ojalá aquella noche se hubiera perdido en las tinieblas y aquel día no se hubiera contado entre los días del mes y del año! ¡Ojalá hubiera sido una noche estéril, en que faltaran los gritos de alegría! ¡Ojalá la hubieran maldecido los hechiceros, que tienen poder sobre Leviatán! ¡Ojalá aquella mañana no hubieran brillado los luceros, ni hubiera llegado la luz tan esperada, ni se hubiera visto parpadear la aurora! ¡Maldita sea aquella noche, que me dejó nacer y no me ahorró ver tanta miseria! ¿Por qué no habré muerto en el vientre de mi madre, o en el momento mismo de nacer? ¿Por qué hubo rodillas que me recibieran y pechos que me alimentaran?
Job 3:1-12 La Biblia de las Américas (LBLA)
Después abrió Job su boca y maldijo el día de su nacimiento. Y Job dijo: Perezca el día en que yo nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido». Sea ese día tinieblas, no lo tome en cuenta Dios desde lo alto, ni resplandezca sobre él la luz. Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad, pósese sobre él una nube, llénelo de terror la negrura del día. Y en cuanto a aquella noche, apodérense de ella las tinieblas; que no se alegre entre los días del año, ni se cuente en el número de los meses. He aquí, sea estéril aquella noche, no entren en ella gritos de júbilo. Maldíganla los que maldicen el día, los que están listos para despertar a Leviatán. Oscurézcanse las estrellas de su alba; que espere la luz mas no la tenga, que tampoco vea el rayar de la aurora; porque no cerró las puertas del vientre de mi madre, ni escondió la aflicción de mis ojos. ¶¿Por qué no morí yo al nacer, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas, y para qué los pechos que me dieron de mamar?
Job 3:1-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Por fin habló Job y maldijo el día de su nacimiento. Dijo: «Que sea borrado el día en que nací, y la noche en que fui concebido. Que ese día se convierta en oscuridad; que se pierda aun para Dios en las alturas, y que ninguna luz brille en él. Que la oscuridad y la penumbra absoluta reclamen ese día para sí; que una nube negra lo ensombrezca y la oscuridad lo llene de terror. Que esa noche sea borrada del calendario y que nunca más se cuente entre los días del año ni aparezca entre los meses. Que esa noche sea estéril, que no tenga ninguna alegría. Que maldigan ese día los expertos en maldiciones, los que, con una maldición, podrían despertar al Leviatán. Que las estrellas de la mañana de ese día permanezcan en oscuridad; que en vano espere la luz y que nunca llegue a ver la aurora. Maldigo ese día por no haber cerrado el vientre de mi madre, por haberme dejado nacer para presenciar toda esta desgracia. »¿Por qué no nací muerto? ¿Por qué no morí al salir del vientre? ¿Por qué me pusieron en las rodillas de mi madre? ¿Por qué me alimentó con sus pechos?