Job 22:1-11
Job 22:1-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
¿Crees tú que el hombre, por muy sabio que sea, puede serle a Dios de alguna utilidad? ¿Qué interés o beneficio obtiene el Todopoderoso de que tú seas recto e intachable? Si él te corrige y te llama a juicio, no es porque tú le sirvas con fidelidad, sino porque tu maldad es mucha y tus pecados no tienen límite. Tú, sin necesitarlo, exigías prenda a tus hermanos; les quitabas su ropa y los dejabas desnudos. A quien tenía sed, no le dabas agua; a quien tenía hambre, no le dabas de comer. ¡Como eras poderoso y respetable, te creías el dueño de la tierra! Dejabas ir a las viudas con las manos vacías, y maltratabas a los huérfanos. Por eso ahora el peligro te rodea y te sientes de pronto lleno de terror. Todo es oscuridad, no puedes ver nada; un torrente de agua te inunda.
Job 22:1-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
A esto respondió Elifaz de Temán: «¿Puede alguien, por muy sabio que sea, serle a Dios de algún provecho? ¿Sacará alguna ventaja el Todopoderoso con que seas un hombre justo? ¿Tendrá algún beneficio si tu conducta es intachable? »¿Acaso te reprende por temerlo y por eso te lleva a juicio? ¿No es acaso demasiada tu maldad? ¿Y no son incontables tus pecados? Sin motivo demandabas fianza de tus hermanos, y en prenda los despojabas de sus mantos; desnudos los dejabas. Al sediento no le dabas agua; al hambriento le negabas la comida. Como hombre de poder te adueñaste de la tierra; como hombre prominente, en ella te asentaste. No dabas nada a las viudas y rompías los brazos a los huérfanos. Por eso ahora te ves rodeado de trampas y te asaltan temores repentinos; la oscuridad te impide ver y te ahogan las aguas torrenciales.
Job 22:1-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Entonces respondió Elifaz: «Tú podrás ser muy sabio, pero eso a Dios no le sirve de nada. Nada gana el Dios todopoderoso con que seas un hombre bueno. Si realmente obedecieras a Dios, él no te reclamaría nada. ¡Pero tu maldad es demasiada, y tus pecados ni se pueden contar! Y hasta por deudas pequeñas exigiste ropa en garantía, ¡y dejaste desnudo al pobre! No dabas agua al que tenía sed, ni comida al que tenía hambre. Fuiste un hombre poderoso que se adueñó de la tierra; a las viudas no les diste nada, y a los huérfanos les quitaste todo. Por eso ahora te ves atrapado, y de pronto te asustas, como si anduvieras en la oscuridad, o la corriente de un río te arrastrara.
Job 22:1-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pero Elifaz el temanita le respondió a Job: «¿En qué se beneficia Dios con el hombre, aun cuando este sea un hombre inteligente? ¿Se complace el Todopoderoso en tu inocencia, o gana algo con que vayas por el buen camino? ¿Acaso te castiga por tu piedad, y por eso te somete a juicio? ¡Demasiado grande es tu maldad! ¡Tu pecado no tiene límites! Sin razón tomaste prenda de tus hermanos, y a los pobres los despojaste de sus ropas. No le diste de beber al sediento, y al hambriento no le diste de comer. En cambio, a los poderosos les diste tierras, y a los magnates les permitiste habitarlas. A las viudas las despediste con las manos vacías, y a los huérfanos los despojaste de todo. Por eso te ves enredado en esas trampas, y te asaltan temores repentinos. Las tinieblas no te dejan ver, y las aguas profundas te abruman.
Job 22:1-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
¿Crees tú que el hombre, por muy sabio que sea, puede serle a Dios de alguna utilidad? ¿Qué interés o beneficio obtiene el Todopoderoso de que tú seas recto e intachable? Si él te corrige y te llama a juicio, no es porque tú le sirvas con fidelidad, sino porque tu maldad es mucha y tus pecados no tienen límite. Tú, sin necesitarlo, exigías prenda a tus hermanos; les quitabas su ropa y los dejabas desnudos. A quien tenía sed, no le dabas agua; a quien tenía hambre, no le dabas de comer. ¡Como eras poderoso y respetable, te creías el dueño de la tierra! Dejabas ir a las viudas con las manos vacías, y maltratabas a los huérfanos. Por eso ahora el peligro te rodea y te sientes de pronto lleno de terror. Todo es oscuridad, no puedes ver nada; un torrente de agua te inunda.
Job 22:1-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Respondió Elifaz temanita, y dijo: ¿Traerá el hombre provecho a Dios? Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio. ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos? ¿Acaso te castiga, O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad? Por cierto tu malicia es grande, Y tus maldades no tienen fin. Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa, Y despojaste de sus ropas a los desnudos. No diste de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento. Pero el hombre pudiente tuvo la tierra, Y habitó en ella el distinguido. A las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados. Por tanto, hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino; O tinieblas, para que no veas, Y abundancia de agua te cubre.
Job 22:1-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo: ¿Puede un hombre ser útil a Dios, o un sabio útil para sí mismo? ¿Es de algún beneficio al Todopoderoso que tú seas justo, o gana algo si haces perfectos tus caminos? ¿Es a causa de tu piedad que Él te reprende, que entra en juicio contigo? ¿No es grande tu maldad, y sin fin tus iniquidades? Porque sin razón tomabas prendas de tus hermanos, y has despojado de sus ropas a los desnudos. No dabas de beber agua al cansado, y le negabas pan al hambriento. Mas la tierra es del poderoso, y el privilegiado mora en ella. Despedías a las viudas con las manos vacías y quebrabas los brazos de los huérfanos. Por eso te rodean lazos, y te aterra temor repentino, o tinieblas, y no puedes ver, y abundancia de agua te cubre.
Job 22:1-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces Elifaz el temanita respondió: «¿Puede una persona hacer algo para ayudar a Dios? ¿Puede aun el sabio ser de ayuda para él? ¿Saca algún provecho el Todopoderoso con que tú seas justo? Y si fueras perfecto, ¿le sería de beneficio? ¿Acaso él te acusa y trae juicio contra ti porque eres tan piadoso? ¡No! ¡Se debe a tu maldad! ¡Tus pecados no tienen límite! »Por ejemplo, debes haber prestado dinero a tu amigo y le exigiste alguna prenda como garantía. Sí, lo dejaste desnudo. Debes haber negado agua a quien tenía sed y comida al hambriento. Probablemente pienses que la tierra le pertenece a los poderosos, ¡y que solo los privilegiados tienen derecho a ella! Debes haber despedido a las viudas con las manos vacías y acabado con las esperanzas de los huérfanos. Por eso estás rodeado de trampas y tiemblas de temores repentinos. Por eso no puedes ver en la oscuridad y olas de agua te cubren.