Job 18:5-21
Job 18:5-21 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
»La lámpara del malvado se apagará; la llama de su fuego dejará de arder. Languidece la luz de su morada; la lámpara que lo alumbra se apagará. El vigor de sus pasos se irá debilitando; sus propios planes lo derribarán. Sus pies lo harán caer en una trampa y entre sus redes quedará atrapado. Quedará sujeto por los tobillos; quedará atrapado por completo. Un lazo le espera escondido en el suelo; una trampa está tendida a su paso. El terror lo asalta por doquier y anda tras sus pasos. La calamidad lo acosa sin descanso; el desastre no lo deja un solo instante. Carcome el cuerpo; la muerte devora sus miembros. Lejos de la seguridad de su morada, marcha ahora hacia el rey de los terrores. El fuego se ha apoderado de su vivienda; hay azufre ardiente esparcido en su morada. En el tronco, sus raíces se han secado; en la copa, sus ramas se marchitan. Borrada de la tierra ha sido su memoria; de su fama nada queda en el país. De la luz es lanzado a las tinieblas; ha sido expulsado de este mundo. No tiene entre su pueblo hijos ni descendientes; nadie le sobrevive donde él habitó. Del oriente al occidente los pueblos se asombran de su ruina y se estremecen de terror. Así es la morada del malvado, el lugar del que no conoce a Dios».
Job 18:5-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»La vida de los malvados es como lámpara que se apaga; es como la luz de una casa, que de pronto deja de alumbrar. Sus pasos van perdiendo fuerza; caen en sus propias trampas, y allí se quedan atrapados. El miedo y el desastre los siguen por todas partes; ¡no los dejan ni un momento! La enfermedad y la muerte les devoran todo el cuerpo. La muerte los arranca de la tranquilidad del hogar; en su casa hay olor a azufre porque el fuego la consume. Los malvados son como un árbol, al que se le secan las raíces y se le marchitan las ramas. Nadie se acuerda de ellos; son lanzados a la oscuridad y su fama queda en el olvido. En el pueblo donde vivían, no les queda ningún pariente. De un extremo al otro de la tierra, la gente se asombra y se asusta al saber cómo acabaron. Así terminan los malvados, los que no reconocen a Dios».
Job 18:5-21 Reina Valera Contemporánea (RVC)
»La vida del malvado habrá de extinguirse, y el resplandor de su fuego dejará de brillar. La luz se irá apagando en su casa, y su lámpara dejará de alumbrar; sus pasos irán perdiendo su vigor, y sus planes se volverán contra él. A su paso se le tenderán trampas, y quedará enredado entre redes. Sus tobillos quedarán atrapados en la trampa que se le tienda. Le esperan trampas ocultas en el suelo; hay trampas escondidas, esperando que pase. Por todas partes lo asaltará el terror; por todos lados se verá perseguido. El hambre le hará perder fuerzas, y el desastre no lo abandonará. La enfermedad irá minando su cuerpo, y la muerte le roerá las manos y los pies. Arrancado de la seguridad de su casa, será arrastrado por el rey de los terrores. Vivirá en su propia casa como en casa ajena, y sobre su casa caerá polvo de azufre. Será desarraigado de su pueblo, y nunca llegará a formar una familia. Su nombre será olvidado por todos, y nadie en la calle lo reconocerá. Será arrojado de la luz a las tinieblas, y expulsado de este mundo. No tendrá entre su pueblo pariente alguno, ni habrá tampoco quien herede sus posesiones. Su final aterrará a los de occidente, y hará temblar de miedo a los de oriente. Así termina la vida de los malvados; en eso paran los que no reconocen a Dios.»
Job 18:5-21 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Al malvado se le apagará la luz, y su fuego no volverá a dar llama. Su lámpara se apagará; en su casa no brillará la luz. Su paso firme perderá fuerza, y quedará atrapado en su propia trampa. Se pondrá una red a su paso, y en esa red quedará atrapado. Se tenderá un lazo a sus pies, y alrededor del tobillo se le cerrará el nudo. La trampa estará oculta en el camino para atraparle cuando pase. Por todas partes se siente amenazado; se siente perseguido a cada paso. Sus fuerzas se acaban por el hambre; la desgracia está lista a caerle encima. La enfermedad, hija preferida de la muerte, le devora la carne poco a poco. Arrancado es también de la paz de su hogar y llevado a rastras ante el rey del terror. Se prende fuego a su casa; sus posesiones son rociadas con azufre. Es como un árbol de raíces secas y ramas marchitas. Su recuerdo se borrará de la tierra y no se volverá a pronunciar su nombre. Lo arrojarán de la luz a las tinieblas; lo expulsarán de este mundo. No tendrá descendientes en su pueblo; nadie en su casa quedará con vida. Cuando sepan su destino, en oriente y occidente quedarán espantados, llenos de terror. En eso acaba la vida del malvado, del hombre que desprecia a Dios.
Job 18:5-21 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Ciertamente la luz de los impíos será apagada, Y no resplandecerá la centella de su fuego. La luz se oscurecerá en su tienda, Y se apagará sobre él su lámpara. Sus pasos vigorosos serán acortados, Y su mismo consejo lo precipitará. Porque red será echada a sus pies, Y sobre mallas andará. Lazo prenderá su calcañar; Se afirmará la trampa contra él. Su cuerda está escondida en la tierra, Y una trampa le aguarda en la senda. De todas partes lo asombrarán temores, Y le harán huir desconcertado. Serán gastadas de hambre sus fuerzas, Y a su lado estará preparado quebrantamiento. La enfermedad roerá su piel, Y a sus miembros devorará el primogénito de la muerte. Su confianza será arrancada de su tienda, Y al rey de los espantos será conducido. En su tienda morará como si no fuese suya; Piedra de azufre será esparcida sobre su morada. Abajo se secarán sus raíces, Y arriba serán cortadas sus ramas. Su memoria perecerá de la tierra, Y no tendrá nombre por las calles. De la luz será lanzado a las tinieblas, Y echado fuera del mundo. No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas. Sobre su día se espantarán los de occidente, Y pavor caerá sobre los de oriente. Ciertamente tales son las moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció a Dios.
Job 18:5-21 La Biblia de las Américas (LBLA)
Ciertamente la luz de los impíos se apaga, y no brillará la llama de su fuego. La luz en su tienda se oscurece, y su lámpara sobre él se apaga. Su vigoroso paso es acortado, y su propio designio lo hace caer. Porque es arrojado en la red por sus propios pies, y sobre mallas camina. Por el calcañar lo aprisiona un lazo, y una trampa se cierra sobre él. Escondido está en la tierra un lazo para él, y una trampa le aguarda en la senda. Por todas partes le atemorizan terrores, y le hostigan a cada paso. Se agota por el hambre su vigor, y la desgracia está presta a su lado. Devora su piel la enfermedad, devora sus miembros el primogénito de la muerte. Es arrancado de la seguridad de su tienda, y se le conduce al rey de los terrores. Nada suyo mora en su tienda; azufre es esparcido sobre su morada. Por abajo se secan sus raíces, y por arriba se marchita su ramaje. Su memoria perece de la tierra, y no tiene nombre en toda la región. Es lanzado de la luz a las tinieblas, y de la tierra habitada lo echan. No tiene descendencia ni posteridad entre su pueblo, ni sobreviviente alguno donde él peregrinó. De su destino se asombran los del occidente, y los del oriente se sobrecogen de terror. Ciertamente tales son las moradas del impío, este es el lugar del que no conoce a Dios.
Job 18:5-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»Ciertamente la luz de los malvados se apagará; las chispas de su fuego no brillarán. La luz en su carpa se oscurecerá; la lámpara colgada del techo se extinguirá. La zancada confiada de los malvados se acortará. Sus propias artimañas provocarán su ruina. Los malos quedan atrapados por una red; caen en el pozo. Una trampa los agarra por los talones; el cepo los aprieta con fuerza. Un lazo está escondido en el suelo; una cuerda atraviesa su camino. »El terror rodea a los malvados y les causa problemas a cada paso. El hambre agota sus fuerzas y la calamidad queda a la espera de que tropiecen. La enfermedad les carcome la piel; la muerte devora sus miembros. Son arrancados de la seguridad de sus hogares y llevados al rey de los terrores. Los hogares de los malvados se quemarán por completo; azufre ardiente llueve sobre sus casas. Sus raíces se secarán y sus ramas se marchitarán. Desaparecerá de la tierra todo recuerdo de su existencia; nadie se acordará de sus nombres. Serán sacados de la luz, arrojados a las tinieblas y expulsados del mundo. No tendrán hijos ni nietos, ni habrá sobrevivientes donde habitaban. La gente del occidente se queda consternada por su destino, y la gente del oriente está horrorizada. Dirán: “Este fue el hogar de una persona malvada, el lugar de alguien que rechazó a Dios”».