S. Juan 9:18-25
S. Juan 9:18-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Pero los judíos no creían que el hombre hubiera sido ciego y ahora viera. Entonces llamaron a sus padres y les preguntaron: —¿Es este su hijo, el que dicen ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? —Sabemos que este es nuestro hijo —contestaron los padres—, y sabemos también que nació ciego. Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver ni quién le abrió los ojos. Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo. Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya estos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo. Por eso dijeron sus padres: «Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad». Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego y le dijeron: —¡Da gloria a Dios! A nosotros nos consta que ese hombre es pecador. —Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.
S. Juan 9:18-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Pero los jefes judíos no creían que ese joven hubiera sido ciego y que ahora pudiera ver. Entonces llamaron a los padres del joven y les preguntaron: —¿Es este su hijo? ¿Es cierto que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? Los padres respondieron: —De que este es nuestro hijo, y de que nació ciego, no tenemos ninguna duda. Pero no sabemos cómo es que ya puede ver, ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él, pues ya es mayor de edad y puede contestar por sí mismo. Los padres dijeron esto porque tenían miedo de los jefes judíos, ya que ellos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a todo el que creyera y dijera que Jesús era el Mesías. Los jefes judíos volvieron a llamar al que había sido ciego, y le dijeron: —Júranos por Dios que nos vas a decir la verdad. Nosotros sabemos que el hombre que te sanó es un pecador. Él les contestó
S. Juan 9:18-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pero los judíos no creían que aquel hombre había sido ciego y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista y les preguntaron: «¿Es este el hijo de ustedes, de quien ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?» Sus padres les respondieron: «Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; lo que no sabemos es cómo es que ahora ve, y tampoco sabemos quién le abrió los ojos. Pero pregúntenle a él, que ya es mayor de edad y puede hablar por sí mismo.» Sus padres dijeron esto porque tenían miedo de los judíos, pues estos ya habían acordado expulsar de la sinagoga a quien confesara que Jesús era el Mesías. Por eso dijeron sus padres: «Ya es mayor de edad; pregúntenle a él.» Entonces volvieron a llamar al que había sido ciego, y le dijeron: «Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador.» Pero él respondió: «Si es pecador, no lo sé; lo que sí sé, es que yo era ciego y ahora veo.»
S. Juan 9:18-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Pero los judíos no quisieron creer que había sido ciego y que ahora podía ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: —¿Es este su hijo? ¿Declaran ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? Sus padres contestaron: —Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; pero no sabemos cómo es que ahora puede ver, ni tampoco sabemos quién le dio la vista. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad, y él mismo puede darles razón. Sus padres dijeron esto por miedo, pues los judíos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a cualquiera que reconociera que Jesús era el Mesías. Por eso dijeron sus padres: «Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad.» Los judíos volvieron a llamar al que había sido ciego, y le dijeron: —Dinos la verdad delante de Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Él les contestó: —Si es pecador, no lo sé. Lo que sí sé es que yo era ciego y ahora veo.
S. Juan 9:18-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron, diciendo: ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
S. Juan 9:18-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces los judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron, diciendo: ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? Sus padres entonces les respondieron, y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo. Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguno confesaba que Jesús era el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a él. Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador. Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo.
S. Juan 9:18-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Aun así los líderes judíos se negaban a creer que el hombre había sido ciego y ahora podía ver, así que llamaron a sus padres. —¿Es este su hijo? —les preguntaron—. ¿Es verdad que nació ciego? Si es cierto, ¿cómo es que ahora ve? Sus padres contestaron: —Sabemos que él es nuestro hijo y que nació ciego, pero no sabemos cómo es que ahora puede ver ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él; ya tiene edad para hablar por sí mismo. Los padres dijeron eso por miedo a los líderes judíos, quienes habían anunciado que cualquiera que dijera que Jesús era el Mesías sería expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron: «Ya tiene edad suficiente, entonces pregúntenle a él». Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: —Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado, porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador. —Yo no sé si es un pecador —respondió el hombre—, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!