S. Juan 7:40-52
S. Juan 7:40-52 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Al oír sus palabras, algunos de entre la multitud decían: «Verdaderamente este es el profeta». Otros afirmaban: «¡Es el Cristo!». Pero otros objetaban: «¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea? ¿Acaso no dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y que será de Belén, el pueblo de donde era David?». Por causa de Jesús la gente estaba dividida. Algunos querían arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima. Los guardias del Templo volvieron a los jefes de los sacerdotes y a los fariseos, quienes los interrogaron: —¿Se puede saber por qué no lo han traído? —¡Nunca nadie ha hablado como ese hombre! —declararon los guardias. —¿Así que también ustedes se han dejado engañar? —replicaron los fariseos—. ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos? ¡No! Pero esta gente, que no sabe nada de la Ley, está bajo maldición. Nicodemo, que era uno de ellos y antes había ido a ver a Jesús, les preguntó: —¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace? —¿También tú eres de Galilea? —respondieron—. Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.
S. Juan 7:40-52 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando algunos de los que estaban allí oyeron esto, dijeron: «De veras que este hombre es el profeta que Dios nos iba a enviar.» Otros decían: «Este hombre es el Mesías». Y aun otros decían: «El Mesías no puede venir de la región de Galilea. La Biblia dice que el Mesías debe ser de la misma familia del rey David, y que nacerá en Belén, el pueblo de donde era David.» Así que nadie se ponía de acuerdo acerca de quién era Jesús. Y aunque no faltaba quien quería llevárselo a la cárcel, nadie se atrevía a tocarlo. Los guardias del templo regresaron a donde estaban los sacerdotes principales y los fariseos, quienes les preguntaron: —¿Por qué no trajeron a Jesús? Los guardias contestaron: —¡Nunca ha hablado nadie como lo hace ese hombre! Los fariseos les dijeron: —¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o alguno de los fariseos? Los que creen en él no conocen la ley de Moisés, y por eso Dios los castigará. Allí estaba Nicodemo, el fariseo que una noche fue a ver a Jesús, y les dijo: —Según nuestras leyes, no podemos condenar a nadie sin antes escucharlo. Ellos le respondieron
S. Juan 7:40-52 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Algunos de la multitud, al oír estas palabras, decían: «En verdad, este es el profeta.» Otros decían: «Este es el Cristo.» Pero algunos otros decían: «¿Y de Galilea habría de venir el Cristo? ¿Acaso no dice la Escritura que el Cristo será descendiente de David, y que vendrá de la aldea de Belén, de donde era David?» Y por causa de él hubo disensión entre la gente. Algunos de ellos querían aprehenderlo; pero ninguno le puso la mano encima. Los guardias fueron adonde estaban los principales sacerdotes y los fariseos, y estos les dijeron: «¿Por qué no lo han traído?» Los guardias respondieron: «¡Nunca antes alguien ha hablado como este hombre!» Pero los fariseos les respondieron: «¿También ustedes han sido engañados? ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Pero esta gente, que no conoce la ley, está bajo maldición.» Nicodemo, que había ido a hablar con Jesús de noche y era uno de ellos, les dijo: «¿Acaso nuestra ley juzga a un hombre sin antes oírlo y sin saber lo que ha hecho?» Los fariseos le respondieron: «¿Qué, también tú eres galileo? Escudriña y verás que de Galilea nunca ha surgido un profeta.»
S. Juan 7:40-52 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron: —Seguro que este hombre es el profeta. Otros decían: —Este es el Mesías. Pero otros decían: —No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David. Así que la gente se dividió por causa de Jesús. Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo. Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron: —¿Por qué no lo trajeron? Los guardianes contestaron: —¡Jamás ningún hombre ha hablado así! Entonces los fariseos les dijeron: —¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos? Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita. Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo: —Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho. Ellos le contestaron: —¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta.
S. Juan 7:40-52 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente este es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él. Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano. Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y estos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.
S. Juan 7:40-52 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea? ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David? Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de Él. Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano. Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? ¿Acaso ha creído en Él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es. Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo*: ¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace? Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea.
S. Juan 7:40-52 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Algunos de la multitud, al oír lo que Jesús decía, afirmaron: «Seguramente este hombre es el Profeta que estábamos esperando». Otros decían: «Es el Mesías». Pero otros expresaban: «¡No puede ser! ¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? Pues las Escrituras dicen claramente que el Mesías nacerá del linaje real de David, en Belén, la aldea donde nació el rey David». Así que hubo división entre la multitud a causa de él. Algunos querían que lo arrestaran, pero nadie le puso las manos encima. Cuando los guardias del templo regresaron sin haber arrestado a Jesús, los principales sacerdotes y los fariseos les preguntaron: —¿Por qué no lo trajeron? —¡Jamás hemos oído a nadie hablar como él! —contestaron los guardias. —¿También ustedes se han dejado engañar? —se burlaron los fariseos—. ¿Habrá siquiera uno de nosotros, gobernantes o fariseos, que crea en él? Esa multitud tonta que lo sigue es ignorante de la ley, ¡está bajo la maldición de Dios! Entonces tomó la palabra Nicodemo, el líder que había ido a ver a Jesús: —¿Es legal condenar a un hombre antes de darle la oportunidad de defenderse? —preguntó. —¿También tú eres de Galilea? —contestaron ellos—. Estudia las Escrituras y compruébalo tú mismo: jamás ha salido un profeta de Galilea.