S. Juan 18:1-9
S. Juan 18:1-9 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto en el que entró con sus discípulos. También Judas, el que lo traicionaba, conocía aquel lugar porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas llegó al huerto, a la cabeza de un destacamento de soldados y guardias de los jefes de los sacerdotes y de los fariseos. Llevaban antorchas, lámparas y armas. Jesús, que sabía todo lo que iba a suceder, les salió al encuentro. —¿A quién buscan? —preguntó. —A Jesús de Nazaret —contestaron. Jesús dijo: —Yo soy. Judas, el traidor, también estaba con ellos. Cuando Jesús dijo: “Yo soy”, dieron un paso atrás y se desplomaron. —¿A quién buscan? —volvió a preguntar Jesús. —A Jesús de Nazaret —repitieron. Jesús contestó: —Ya dije que yo soy. Si es a mí a quien buscan, dejen que estos se vayan. Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho: «De los que me diste ninguno se perdió».
S. Juan 18:1-9 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Después de que Jesús terminó de orar, fue con sus discípulos a un jardín que estaba junto al arroyo de Cedrón. Judas Iscariote había prometido traicionar a Jesús. Conocía bien el lugar donde estaban Jesús y los otros discípulos, porque allí se habían reunido muchas veces. Entonces, llegó Judas al jardín con una tropa de soldados romanos. Los acompañaban unos guardias del templo, que habían sido enviados por los sacerdotes principales y por los fariseos. Iban armados, y llevaban lámparas y antorchas. Jesús ya sabía lo que iba a suceder. Cuando los vio venir, salió a su encuentro y les preguntó: —¿A quién buscan? —A Jesús de Nazaret —respondieron ellos. Jesús les dijo: —Yo soy. Los soldados y los guardias del templo cayeron de espaldas al suelo. Entonces, Jesús volvió a preguntarles: —¿A quién buscan? —A Jesús de Nazaret —respondieron de nuevo. —Ya les dije que soy yo —contestó Jesús—. Si es a mí a quien buscan, dejen ir a mis seguidores. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el mismo Jesús había dicho: «No se perdió ninguno de los que me diste.»
S. Juan 18:1-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Luego de haber dicho estas cosas, Jesús salió con sus discípulos hacia el otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, y entró en él con sus discípulos. También Judas, el que lo entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas tomó una compañía de soldados, y algunos alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, y fue allí con linternas, antorchas y armas. Pero Jesús, que sabía todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les preguntó: «¿A quién buscan?» Le respondieron: «A Jesús nazareno.» Jesús les dijo: «Yo soy.» Y con ellos estaba también Judas, el que lo entregaba. Cuando les dijo: «Yo soy», ellos retrocedieron y cayeron por tierra. Él volvió a preguntarles: «¿A quién buscan?» Y ellos dijeron: «A Jesús nazareno.» Respondió Jesús: «Ya les he dicho que yo soy. Si es a mí a quien buscan, dejen que estos se vayan.» Esto, para que se cumpliera lo que había dicho: «De los que me diste, no perdí a ninguno.»
S. Juan 18:1-9 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Después de decir esto, Jesús salió con sus discípulos para ir al otro lado del arroyo Cedrón. Allí había un huerto, donde Jesús entró con sus discípulos. También Judas, el que lo estaba traicionando, conocía el lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas llegó con una tropa de soldados y con algunos guardianes del templo enviados por los jefes de los sacerdotes y por los fariseos. Estaban armados, y llevaban lámparas y antorchas. Pero como Jesús ya sabía todo lo que le iba a pasar, salió y les preguntó: —¿A quién buscan? Ellos le contestaron: —A Jesús de Nazaret. Jesús dijo: —Yo soy. Judas, el que lo estaba traicionando, se encontraba allí con ellos. Cuando Jesús les dijo: «Yo soy», se echaron hacia atrás y cayeron al suelo. Jesús volvió a preguntarles: —¿A quién buscan? Y ellos repitieron: —A Jesús de Nazaret. Jesús les dijo otra vez: —Ya les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que estos otros se vayan. Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús mismo había dicho: «Padre, de los que me diste, no se perdió ninguno.»
S. Juan 18:1-9 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Judas, pues, tomando una compañía de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas y antorchas, y con armas. Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. Volvió, pues, a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a estos; para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.
S. Juan 18:1-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
Después de haber dicho esto, Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró Él con sus discípulos. También Judas, el que le iba a entregar, conocía el lugar, porque Jesús se había reunido allí a menudo con sus discípulos. Entonces Judas, tomando la cohorte romana, y a varios alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue* allá con linternas, antorchas y armas. Jesús, pues, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les dijo*: ¿A quién buscáis? Ellos le respondieron: A Jesús el Nazareno. Él les dijo*: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, estaba con ellos. Y cuando Él les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús entonces volvió a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús el Nazareno. Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; por tanto, si me buscáis a mí, dejad ir a estos; para que se cumpliera la palabra que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.
S. Juan 18:1-9 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Después de decir esas cosas, Jesús cruzó el valle de Cedrón con sus discípulos y entró en un huerto de olivos. Judas, el traidor, conocía ese lugar, porque Jesús solía reunirse allí con sus discípulos. Los principales sacerdotes y los fariseos le habían dado a Judas un grupo de soldados romanos y guardias del templo para que lo acompañaran. Llegaron al huerto de olivos con antorchas encendidas, linternas y armas. Jesús ya sabía todo lo que le iba a suceder, así que salió al encuentro de ellos. —¿A quién buscan? —les preguntó. —A Jesús de Nazaret —contestaron. —YO SOY —dijo Jesús. (Judas, el que lo traicionó, estaba con ellos). Cuando Jesús dijo «YO SOY», ¡todos retrocedieron y cayeron al suelo! Una vez más les preguntó: —¿A quién buscan? Y nuevamente ellos contestaron: —A Jesús de Nazaret. —Ya les dije que YO SOY —dijo Jesús—. Ya que soy la persona a quien buscan, dejen que los demás se vayan. Lo hizo para que se cumplieran sus propias palabras: «No perdí ni a uno solo de los que me diste».