Jeremías 4:20-26
Jeremías 4:20-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Un desastre llama a otro desastre; toda mi tierra está devastada. De repente fueron destruidas las cortinas y las tiendas donde habito. ¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera y escuchar el toque de la trompeta? «Mi pueblo es necio, no me conoce; son hijos insensatos que no tienen entendimiento. Son hábiles para hacer el mal; no saben hacer el bien». Miré a la tierra y estaba sin forma y vacía; miré a los cielos y no había luz. Miré las montañas y estaban temblando; ¡se sacudían todas las colinas! Miré y no quedaba nadie; habían huido todas las aves del cielo. Miré y la tierra fértil era un desierto; estaban en ruinas todas las ciudades, por la acción del SEÑOR, por causa de su ardiente ira.
Jeremías 4:20-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Tras un desastre viene otro, y el país va quedando en ruinas. De repente me he quedado sin casa, pues mis campamentos fueron destruidos. Solo veo banderas enemigas y escucho sus trompetas victoriosas. ¿Hasta cuándo tendré que soportarlo? »Dios dice que no lo conocemos; que somos hijos necios que no entendemos nada; que somos hábiles para hacer lo malo, pero incapaces de hacer lo bueno. »Veo la tierra: no tiene forma ni vida; miro el cielo, y todo es oscuridad. Las montañas tiemblan, las colinas se estremecen. Me fijo, y no veo a nadie; todas las aves del cielo se han ido. La tierra que antes era fértil ahora parece un desierto. ¡Todas las ciudades están en ruinas! Dios, en su terrible enojo, hizo que todo esto sucediera».
Jeremías 4:20-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Ya se habla de un desastre tras otro. Todo el país está siendo devastado. ¡Ora destruyen mis carpas, ora destruyen mis campamentos! ¿Hasta cuándo tendré que ver agitarse las banderas, y oír los toques de trompeta? «Y es que mi pueblo es necio, y no me conoce; son gente que no piensa ni entiende; son sabios para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.» Me fijé en la tierra, y la vi desordenada y vacía. Me fijé en los cielos, y no había en ellos luz. Me fijé en los montes, y los vi temblar, y todas las colinas se estremecían. Me fijé, y no había un solo ser humano, y todas las aves del cielo habían desaparecido. Me fijé, y los ricos viñedos eran ahora un desierto, y todas sus ciudades habían quedado en ruinas. ¡Y esto lo hizo el Señor! ¡Esto lo hizo el ardor de su ira!
Jeremías 4:20-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Llegan noticias de continuos desastres; todo el país está en ruinas. De repente han sido destruidos mis campamentos, han quedado deshechas mis tiendas de campaña. ¿Cuánto tiempo aún veré en lo alto la bandera y escucharé el toque de la trompeta? «Mi pueblo es estúpido, no me conoce —dice el Señor. Son hijos sin juicio, que no reflexionan. Les sobra talento para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.» Miré a la tierra, y era un desierto sin forma; miré al cielo, y no había luz. Miré a los montes, y estaban temblando; todas las colinas se estremecían. Miré y ya no había ningún hombre, y todas las aves se habían escapado. Miré y vi los jardines convertidos en desierto, y todas las ciudades estaban en ruinas. La ira terrible del Señor había causado todo esto.
Jeremías 4:20-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Quebrantamiento sobre quebrantamiento es anunciado; porque toda la tierra es destruida; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas. ¿Hasta cuándo he de ver bandera, he de oír sonido de trompeta? Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron. Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová, delante del ardor de su ira.
Jeremías 4:20-26 La Biblia de las Américas (LBLA)
Desastre sobre desastre se anuncia, porque es arrasada toda la tierra; de repente son arrasadas mis tiendas, en un instante mis cortinas. ¿Hasta cuándo he de ver la bandera y he de oír el sonido de la trompeta? Porque mi pueblo es necio, no me conoce; hijos torpes son, no son inteligentes. Astutos son para hacer el mal, pero hacer el bien no saben. Miré a la tierra, y he aquí que estaba sin orden y vacía; y a los cielos, y no tenían luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todas las colinas se estremecían. Miré, y he aquí que no había hombre alguno, y todas las aves del cielo habían huido. Miré, y he aquí que la tierra fértil era un desierto, y todas sus ciudades estaban arrasadas delante del SEÑOR, delante del ardor de su ira.
Jeremías 4:20-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Olas de destrucción cubren la tierra, hasta dejarla en completa desolación. Súbitamente mis carpas son destruidas; de repente mis refugios son demolidos. ¿Hasta cuándo tendré que ver las banderas de combate y oír el toque de trompetas de guerra? «Mi pueblo es necio y no me conoce —dice el SEÑOR—. Son hijos tontos, sin entendimiento. Son lo suficientemente listos para hacer lo malo, ¡pero no tienen ni idea de cómo hacer lo correcto!». Miré a la tierra y estaba vacía y no tenía forma; miré a los cielos y no había luz. Miré a las montañas y colinas que temblaban y se agitaban. Miré y toda la gente se había ido; todos los pájaros del cielo se habían volado. Miré y los terrenos fértiles se habían convertido en desiertos; las ciudades estaban en ruinas, destruidas por la ira feroz del SEÑOR.