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Jeremías 23:23-32

Jeremías 23:23-32 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

»¿Soy acaso Dios solo de cerca? ¿No soy Dios también de lejos?», afirma el SEÑOR. «¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo?», afirma el SEÑOR. «¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?», afirma el SEÑOR. «He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!”. ¿Hasta cuándo continuarán los profetas hablando mentiras y delirios de sus propios corazones? Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal. El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?», afirma el SEÑOR. «¿No es acaso mi palabra como fuego y como martillo que pulveriza la roca?», afirma el SEÑOR. «Por eso yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras entre sí», afirma el SEÑOR. «Yo estoy contra los profetas que con sus propias lenguas hablan por hablar», afirma el SEÑOR. «Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos y que, al contarlos, hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones», afirma el SEÑOR. «Yo no los he enviado ni he dado ninguna orden. No traen ningún beneficio a este pueblo», afirma el SEÑOR.

Jeremías 23:23-32 Reina Valera Contemporánea (RVC)

»¿Acaso soy Dios solo de cerca? ¡No! ¡También a la distancia soy Dios! —Palabra del Señor. »¿Podrá alguien esconderse donde yo no pueda verlo? ¿Acaso no soy yo el Señor, que llena el cielo y la tierra? —Palabra del Señor. »Yo sé bien que esos profetas mienten cuando profetizan en mi nombre y aseguran que han tenido un sueño. ¿Hasta cuándo albergarán esos profetas tales mentiras en su corazón? ¡Lo que anuncian solo existe en su mente! ¿Acaso creen que esos sueños que se cuentan harán que mi pueblo se olvide de mí? ¿Acaso creen que los harán olvidarme, como antes sus padres me olvidaron por seguir a Baal? Si algún profeta tiene un sueño, que cuente su sueño. Pero si yo envío mi palabra a alguno de ellos, tiene que anunciar mi palabra verdadera. Una cosa es la paja, y otra cosa es el trigo. —Palabra del Señor. »Mi palabra es como el fuego; ¡es como un mazo que parte las piedras! —Palabra del Señor. »Por eso estoy en contra de los profetas que se roban entre sí sus palabras, y luego dicen que son mías. —Palabra del Señor. »Yo estoy en contra de los profetas que hablan con dulzura, y luego afirman que yo he hablado. —Palabra del Señor. »Yo estoy en contra de los que profetizan sueños mentirosos, pues con sus profecías mentirosas y lisonjeras hacen que mi pueblo pierda el camino. Yo no los envié a profetizar. ¡Ningún bien le hacen a mi pueblo! —Palabra del Señor.

Jeremías 23:23-32 La Biblia de las Américas (LBLA)

¶¿Soy yo un Dios de cerca —declara el SEÑOR— y no un Dios de lejos? ¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea? —declara el SEÑOR. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? —declara el SEÑOR. He oído lo que dicen los profetas que profetizan mentira en mi nombre, diciendo: «¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!». ¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en los corazones de los profetas que profetizan la mentira, de los profetas que proclaman el engaño de su corazón, que tratan de que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron mi nombre a causa de Baal? El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —declara el SEÑOR. ¿No es mi palabra como fuego —declara el SEÑOR— y como martillo que despedaza la roca? Por tanto, he aquí, estoy contra los profetas —declara el SEÑOR— que se roban mis palabras el uno al otro. He aquí, estoy contra los profetas —declara el SEÑOR— que usan sus lenguas y dicen: «El SEÑOR declara». He aquí, estoy contra los que profetizan sueños falsos —declara el SEÑOR— y los cuentan y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo —declara el SEÑOR.