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Jeremías 22:13-22

Jeremías 22:13-22 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

»¡Ay del que edifica su casa y sus habitaciones superiores violentando la justicia y el derecho! ¡Ay del que obliga a su prójimo a trabajar gratis y no le paga por su trabajo! ¡Ay del que dice: “Me edificaré un gran palacio, con habitaciones amplias en el piso superior”! Y le abre grandes ventanas, y la recubre de cedro y la pinta de rojo. »¿Acaso eres rey solo por acaparar mucho cedro? Tu padre no solo comía y bebía, sino que practicaba el derecho y la justicia; por eso le fue bien. Defendía la causa del pobre y del necesitado; por eso le fue bien. ¿Acaso no es esto conocerme?», afirma el SEÑOR. «Pero tus ojos y tu corazón solo buscan ganancias deshonestas, solo buscan derramar sangre inocente y practicar la opresión y la violencia». Por eso, así dice el SEÑOR acerca de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá: «Nadie lamentará su muerte ni gritará: “¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!”. Nadie lamentará su muerte ni gritará: “¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!”. Será enterrado como un asno; lo arrastrarán y arrojarán fuera de las puertas de Jerusalén». «¡Sube al Líbano y grita; levanta tu voz en Basán! ¡Grita desde Abarín, pues todos tus amantes han sido destruidos! Yo te hablé cuando te iba bien, pero tú dijiste: “¡No escucharé!”. Así te has comportado desde tu juventud: ¡nunca me has obedecido! El viento arrastrará a todos tus pastores y tus amantes irán al cautiverio. Por culpa de toda tu maldad quedarás avergonzada y humillada.

Jeremías 22:13-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Dios continuó diciendo: «En cuanto al rey Joacín, tengo algo que decirle: “¡Qué mal te irá, Joacín! Edificas tu casa con mucho lujo; piensas ponerle grandes ventanas, y recubrirlas con finas maderas. Pero maltratas a los trabajadores, y para colmo no les pagas. Te crees un gran rey porque vives en lujosos palacios. ”Tu padre Josías disfrutó de la vida y celebró grandes fiestas, pero siempre actuó con justicia. Protegió al pobre y al necesitado, y por eso le fue bien en todo. ¡A eso le llamo conocerme! ”A ti solo te interesa el dinero y no te importa cómo lo ganes. Con gran violencia robas y matas a gente inocente. ”Por eso estoy enojado contigo. Cuando te mueras, nadie llorará por ti; ningún israelita se pondrá triste de que ya no seas su rey. Morirás como los animales: te arrastrarán por todo Jerusalén y te arrojarán fuera de la ciudad”». Dios también les dijo a los habitantes de Jerusalén: «¡Vayan por todo el país; suban a las montañas más altas, y lloren desconsolados! Los países que iban a ayudarlos ya han sido destruidos. »Cuando les iba bien, les advertí del peligro, pero no me hicieron caso. ¡Siempre han sido rebeldes! »Los que ahora viven en el palacio, rodeados de finas maderas, ¡pronto sabrán lo que es sufrir! Cuando les llegue la desgracia, sabrán lo que es el dolor. Serán llevados a otro país, y allí serán tratados como esclavos. Las naciones en las que ellos confiaron sufrirán el mismo castigo».

Jeremías 22:13-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)

»¡Ay de ti, que eriges tu palacio sin justicia, y tus salas sin equidad! ¡Ay de ti, que explotas a tu prójimo y no le pagas el salario de su trabajo! ¡Ay de ti, que dices: “Voy a construirme un palacio espacioso, con amplias salas”, y le abres ventanas, lo recubres de cedro y lo pintas de bermellón! ¿Acaso el verte rodeado de cedro te convierte en rey? ¿Acaso a tu padre le faltó comida y bebida? ¡A él le fue bien porque practicó la justicia y el derecho! ¡Le fue bien porque les hizo justicia a los pobres y menesterosos! ¡A eso le llamo conocerme! —Palabra del Señor. »Tú, en cambio, solo ves lo que te conviene; solo piensas en saciar tu avaricia, en derramar sangre inocente y en oprimir y agraviar a otros.» Por lo tanto, así ha dicho el Señor acerca de Joacín hijo de Josías, rey de Judá: «Nadie te llorará. Nadie dirá: “¡Ay, hermano mío!”, ni “¡Ay, hermana mía!” Nadie lamentará tu muerte, ni te dirá: “¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!” Al contrario, te arrastrarán hasta fuera de la ciudad de Jerusalén, y te enterrarán como si fueras un asno. »¡Sube al monte Líbano y grita! ¡Ve a Basán y deja oír tu voz! ¡Grita desde Abarín! Porque todos tus aliados van a ser destruidos. Te hablé cuando gozabas de prosperidad, pero dijiste: “No quiero escuchar.” Y desde que eras joven te has portado así. Nunca has querido hacerme caso. Por eso todos tus dirigentes serán arrastrados por el viento, y todos tus aliados serán llevados al cautiverio. Entonces tu ciudad quedará en vergüenza y confundida por causa de toda tu maldad.

Jeremías 22:13-22 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

»¡Ay de ti, que a base de maldad e injusticias construyes tu palacio y tus altos edificios, que haces trabajar a los demás sin pagarles sus salarios! Que dices: “Voy a construirme un gran palacio, con amplias salas en el piso superior.” Y le abres ventanas, recubres de cedro sus paredes y lo pintas de rojo. ¿Piensas que ser rey consiste en vivir rodeado de cedro? Tu padre gozó de la vida; pero actuaba con justicia y rectitud, y por eso le fue bien. Defendía los derechos de pobres y oprimidos, y por eso le fue bien. Eso es lo que se llama conocerme. Yo, el Señor, lo afirmo. »Pero tú sólo te preocupas por las ganancias mal habidas; haces morir al inocente, y oprimes y explotas a tu pueblo.» El Señor dice acerca de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá: «No habrá nadie que llore su muerte. No habrá nadie que llore y diga: “¡Ay, hermano! ¡Ay, hermana! ¡Ay, Señor! ¡Ay, Majestad!” Lo enterrarán como a un asno: lo arrastrarán y lo echarán fuera de Jerusalén.» «¡Judá, sube al monte Líbano y grita! ¡Levanta la voz en las montañas de Basán! ¡Grita desde las colinas de Abarim, pues todos tus amantes han sido derrotados! Yo te hablé en el tiempo de tu prosperidad, pero no quisiste oírme. Así lo has hecho desde tu juventud: ¡no has querido escuchar mi voz! El viento arrastrará a todos tus jefes, y tus amantes irán al destierro. Quedarás avergonzada y humillada por causa de todas tus maldades.

Jeremías 22:13-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Y el SEÑOR dice: «¡Qué aflicción le espera a Joacim, que edifica su palacio con trabajo forzado! Construye las paredes a base de injusticia, porque obliga a sus vecinos a trabajar, y no les paga por su trabajo. Dice: “Construiré un palacio magnífico con habitaciones enormes y muchas ventanas. Lo revestiré con cedro fragante y lo pintaré de un rojo agradable”. ¡Pero un hermoso palacio de cedro no hace a un gran rey! Josías, tu padre, también tenía mucha comida y bebida; pero él era justo y recto en todo lo que hacía. Por esa razón Dios lo bendijo. Hizo justicia al pobre y al necesitado y los ayudó, y le fue bien en todo. ¿No es eso lo que significa conocerme? —dice el SEÑOR—. ¡Pero tú, solo tienes ojos para la avaricia y la deshonestidad! Asesinas al inocente, oprimes al pobre y reinas sin piedad». Por lo tanto, esto dice el SEÑOR acerca de Joacim, hijo del rey Josías: «El pueblo no llorará por él, lamentándose entre sí: “¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!”. Sus súbditos no llorarán por él, lamentando: “¡Ay, nuestro amo ha muerto! ¡Ay, su esplendor se ha ido!”. Será enterrado como un burro muerto: ¡arrastrado fuera de Jerusalén y arrojado fuera de las puertas! Llora por tus aliados en el Líbano; grita por ellos en Basán. Búscalos en las regiones al oriente del río. Mira, todos han sido destruidos. No quedó nadie para ayudarte. Te lo advertí cuando eras próspero, pero respondiste: “¡No me fastidies!”. Has sido así desde tu niñez; ¡nunca me obedeces! Y ahora a tus aliados se los llevará el viento. Todos tus amigos serán llevados cautivos. Seguramente para entonces verás tu maldad y te avergonzarás.

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