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Jueces 14:11-19

Jueces 14:11-19 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Cuando lo vieron los filisteos, le llevaron treinta muchachos para hacerle compañía. Sansón les dijo a los jóvenes: —Les voy a decir una adivinanza. Si me dan la respuesta dentro de los siete días que va a durar la fiesta, les daré a cada uno de ustedes una capa de tela fina y un conjunto completo de ropa de fiesta. Pero si no la adivinan, cada uno de ustedes me tendrá que dar a mí una capa de tela fina y un conjunto completo de ropa de fiesta. Los jóvenes contestaron: —¡Dinos la adivinanza! ¡Queremos oírla! Entonces Sansón les dijo: «Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura». Pasaron tres días, y los jóvenes no daban con la respuesta. Al cuarto día, le dijeron a la prometida de Sansón: «Averíguanos la solución de la adivinanza. Haz que tu prometido te la diga porque, si no, te quemaremos a ti y a toda tu familia. ¿Acaso pretenden dejarnos desnudos?» Ella fue a ver a Sansón, y llorando le dijo: —¡Tú no me quieres! ¡Me desprecias! A mis amigos les contaste una adivinanza, pero a mí no me has dicho la respuesta. Sansón le respondió: —¡Pero, mujer! Si ni a mis padres se la he dicho, ¿por qué tengo que decírtela a ti? Ella estuvo llorándole el resto de la semana. Y tanto insistió que el último día Sansón le dio la respuesta. Entonces ella se la dio a conocer a los jóvenes. El séptimo día, antes de que se pusiera el sol, los filisteos fueron a decirle a Sansón: «No hay nada más dulce que la miel, y nada más fuerte que un león». Él les contestó: «Gracias a mi prometida supieron la respuesta». Enseguida el espíritu de Dios le dio mucha fuerza a Sansón. Entonces él se fue a Ascalón, y allí mató a treinta hombres. Les quitó sus ropas y se las dio a los que habían averiguado la respuesta. Después, regresó a la casa de sus padres, pues estaba muy furioso por lo que había sucedido.

Jueces 14:11-19 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Cuando los filisteos lo vieron, le dieron treinta compañeros para que estuvieran con él. —Permítanme proponerles una adivinanza —les dijo Sansón—. Si me dan la solución dentro de los siete días que dura el banquete, yo les daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa. Pero si no me la dan, serán ustedes quienes me darán los treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa de fiesta. —Dinos tu adivinanza —respondieron—, que te estamos escuchando. Entonces les dijo: «Del que come salió comida; y del fuerte salió dulzura». Pasaron tres días y no lograron resolver la adivinanza. Al cuarto día dijeron a la esposa de Sansón: «Seduce a tu esposo para que nos revele la adivinanza; de lo contrario, te quemaremos a ti y a la familia de tu padre. ¿Acaso nos invitaron aquí para robarnos?». Entonces la esposa de Sansón se tiró sobre él llorando y dijo: —¡Me odias! ¡En realidad no me amas! Le propusiste a mi pueblo una adivinanza, pero no me has dicho la solución. —Ni siquiera se la he dado a mi padre ni a mi madre —respondió él—; ¿por qué habría de dártela a ti? Pero ella lloró los siete días que duró el banquete hasta que al fin, el séptimo día, Sansón le dio la solución, porque ella seguía insistiéndole. A su vez ella fue y reveló la solución a los de su pueblo. Antes de la puesta del sol del séptimo día los hombres de la ciudad dijeron: «¿Qué es más dulce que la miel? ¿Qué es más fuerte que un león?». Sansón respondió: «Si no hubieran arado con mi ternera, no habrían resuelto mi adivinanza». Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre Sansón con poder y este descendió a Ascalón y derrotó a treinta de sus hombres, les quitó sus pertenencias y les dio sus ropas a los que habían resuelto la adivinanza. Luego, enfurecido, regresó a la casa de su padre.

Jueces 14:11-19 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Y cuando los filisteos vieron a Sansón, llamaron a treinta de sus amigos para estar con él. Entonces Sansón les dijo: «Les voy a proponer un enigma. Si en los siete días del banquete logran descifrarlo, les daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta. Pero si no lo pueden descifrar, entonces ustedes me darán los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta.» Ellos respondieron: «Queremos oír tu enigma.» Y Sansón dijo: «Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura.» Pasaron tres días, y ellos no podían descifrar el enigma, así que el séptimo día le dijeron a la mujer de Sansón: «Haz que tu marido te diga la solución de su enigma. De lo contrario, les prenderemos fuego a ti y a la casa de tu padre. ¿Acaso nos invitaron para quitarnos lo nuestro?» La mujer de Sansón se echó a llorar, y le dijo: «Tú no me quieres. Más bien, me odias, pues no me has dicho cuál es la respuesta al enigma que propusiste a mi gente.» Y Sansón respondió: «Si ni a mis padres les he dado la respuesta, ¿crees que te la daría a ti?» Y su mujer lloró ante él los siete días del banquete, pero tanto presionó a Sansón que al séptimo día este cedió y le dio la respuesta. Entonces ella fue y se la hizo saber a su gente. Ese mismo día, antes de que el sol se pusiera, los jóvenes de la ciudad le dijeron: «¿Qué cosa hay más dulce que la miel? ¿Y qué cosa hay más fuerte que el león?» Y Sansón les dijo: «Si no araran con mi novilla, jamás habrían solucionado el enigma.» Y el espíritu del Señor vino sobre Sansón, y este fue hasta Ascalón, y allí mató a treinta hombres, y de lo que les arrebató tomó los vestidos para dárselos a los que le explicaron el enigma. Pero regresó a la casa de su padre muy enojado

Jueces 14:11-19 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Pero como los filisteos le tenían miedo, llevaron treinta amigos para que estuvieran con él. A estos treinta, Sansón les dijo: —Les voy a decir una adivinanza. Si en los siete días que va a durar la fiesta me dan la respuesta correcta, yo le daré a cada uno de ustedes una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta. Pero si no dan con la respuesta, cada uno de ustedes me tendrá que dar a mí una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta. Y ellos le contestaron: —Dinos, pues, tu adivinanza. Somos todo oídos. Sansón recitó su adivinanza: «Del que comía salió comida; del que era fuerte salió dulzura.» Tres días después, ellos no habían logrado resolver la adivinanza; así que al cuarto día le dijeron a la mujer de Sansón: —Procura que tu marido nos dé la solución de su adivinanza, pues de lo contrario te quemaremos a ti y a la familia de tu padre. ¡Parece que ustedes nos invitaron solo para quitarnos lo que es nuestro! Entonces ella fue a ver a Sansón, y llorando le dijo: —¡Tú no me quieres! ¡Tú me odias! Les has propuesto una adivinanza a mis paisanos, pero a mí no me has dado a conocer la respuesta. Y Sansón le contestó: —Si ni a mi padre ni a mi madre se lo he dicho, mucho menos te lo voy a decir a ti. Pero ella siguió llorando junto a él los siete días que duró la fiesta, y tanto le insistió que, por fin, al séptimo día le dio la respuesta. Entonces ella fue y se la dio a conocer a sus paisanos. Al séptimo día, antes de que el sol se pusiera, los filisteos fueron a decirle a Sansón: «Nada hay más dulce que la miel, ni nada más fuerte que el león.» Sansón les respondió: «Solo porque araron con mi ternera, pudieron dar con la respuesta.» En seguida el espíritu del Señor se apoderó de Sansón; entonces Sansón fue a Ascalón y mató a treinta hombres de aquel lugar, y con la ropa que les quitó pagó la apuesta a los que habían resuelto la adivinanza. Después volvió furioso a casa de su padre

Jueces 14:11-19 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él. Y Sansón les dijo: Yo os propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta. Mas si no me lo podéis declarar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos. Entonces les dijo: Del devorador salió comida, Y del fuerte salió dulzura. Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días. Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos? Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti? Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo. Al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, Nunca hubierais descubierto mi enigma. Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre.

Jueces 14:11-19 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él. Y Sansón les dijo: Permitidme proponeros ahora un enigma; y si en verdad me lo declaráis dentro de los siete días del banquete, y lo descifráis, entonces os daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa. Pero si no podéis declarármelo, entonces vosotros me daréis treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa. Y ellos le dijeron: Propón tu enigma, para que lo escuchemos. Y él les dijo: Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y no pudieron declararle el enigma en tres días. Y al cuarto día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare el enigma, o te quemaremos a fuego a ti y a la casa de tu padre. Nos habéis invitado para empobrecernos. ¿No es así? Y la mujer de Sansón lloró delante de él, y dijo: Solo me aborreces y no me quieres; has propuesto un enigma a los hijos de mi pueblo, y no me lo has declarado. Y él le dijo: He aquí que no lo he declarado ni a mi padre ni a mi madre; ¿y te lo he de declarar a ti? Mas ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se lo declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo. Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron: ¿Qué es más dulce que la miel? ¿Y qué es más fuerte que un león? Y él les dijo: Si no hubiereis arado con mi novilla, no habríais descubierto mi enigma. Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas de ropa a los que habían declarado el enigma. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre.

Jueces 14:11-19 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Cuando los padres de la novia vieron a Sansón, seleccionaron a treinta jóvenes de la ciudad para que fueran sus acompañantes. Sansón les dijo a estos jóvenes: —Les propongo un acertijo. Si lo resuelven durante estos siete días de celebración, les daré treinta mantos de lino fino y treinta trajes de ropa para fiesta. Pero si no pueden encontrar la solución, entonces ustedes me darán a mí treinta mantos de lino fino y treinta trajes de ropa para fiesta. —Muy bien —dijeron ellos—, dinos tu acertijo. Entonces él recitó: —Del que come, salió algo para comer; y del fuerte, salió algo dulce. Tres días más tarde, seguían intentando resolver el acertijo. Al cuarto día le dijeron a la mujer de Sansón: «Seduce a tu esposo para que nos explique el acertijo; de lo contrario, quemaremos la casa de tu padre contigo adentro. ¿O acaso nos invitaste a esta fiesta solo para empobrecernos?». Entonces la mujer de Sansón fue a verlo y con lágrimas le dijo: —Tú no me amas; ¡me odias! Le propusiste un acertijo a mi gente, pero no me contaste a mí la solución. —Ni a mi padre ni a mi madre les di la respuesta —contestó él—. ¿Por qué te la revelaría a ti? Entonces ella no dejaba de llorar cada vez que estaba con él, y siguió llorando hasta el último día de la celebración. Finalmente, cuando llegó el séptimo día, él le dio la respuesta, porque lo estaba fastidiando con tanta insistencia. Y ella les explicó el acertijo a los jóvenes. Entonces, ese séptimo día, antes de que se pusiera el sol, los hombres de la ciudad se acercaron a Sansón con su respuesta: —¿Qué es más dulce que la miel? ¿Qué es más fuerte que un león? Y Sansón respondió: —¡Si no hubieran arado con mi novilla, jamás habrían descifrado mi acertijo! Entonces el Espíritu del SEÑOR vino con poder sobre Sansón, quien descendió a la ciudad de Ascalón, mató a treinta hombres, les quitó las pertenencias, y dio la ropa a los hombres que habían resuelto el acertijo. Pero Sansón estaba furioso por lo que había sucedido y se volvió a la casa de sus padres, a vivir con ellos.