Santiago 4:10-11
Santiago 4:10-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Humíllense delante del Señor y él los exaltará. Hermanos, no hablen mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano o lo juzga, habla mal de la Ley y la juzga. Y si juzgas la Ley, ya no eres cumplidor de la Ley, sino su juez.
Santiago 4:10-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Sean humildes delante del Señor, y él los premiará. Hermanos, no hablen mal de los demás. El que habla mal del otro, o lo critica, es como si estuviera criticando a la ley de Dios, o hablando mal de ella. Lo que ustedes deben hacer es obedecer la ley de Dios, no criticarla.
Santiago 4:10-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Humíllense ante el Señor, y él los exaltará! Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal del hermano y lo juzga, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, te eriges en juez de la ley, y no en alguien que debe cumplirla.
Santiago 4:10-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Humíllense delante del Señor, y él los enaltecerá. Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas a la ley, te haces juez de ella en vez de obedecerla.
Santiago 4:10-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
Santiago 4:10-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Humillaos en la presencia del Señor y Él os exaltará. Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella.
Santiago 4:10-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor. Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces.