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Isaías 59:7-15

Isaías 59:7-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Sus pies corren al mal y se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos malvados; en sus caminos solo hay destrucción y quebrantamiento. No conocen el camino de la paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas, y todo el que las siga jamás conocerá la paz. Por eso la justicia se alejó de nosotros, y el derecho no nos alcanzó; esperábamos luz, y lo que tenemos son tinieblas; resplandores, y andamos en la oscuridad. Palpamos la pared y andamos a tientas, como si fuéramos ciegos o no tuviéramos ojos; tropezamos a plena luz del día, como si fuera de noche; nos contamos entre los fuertes, y parecemos muertos. Todos nosotros gruñimos como osos, pero nuestras quejas son gemidos de paloma; esperábamos justicia, y no la hay; ¡la salvación se ha alejado de nosotros! Ciertamente, nuestras rebeliones ante ti se han multiplicado; nuestros pecados nos acusan, nuestras iniquidades nos persiguen, ¡y bien sabemos que hemos pecado! Hemos ofendido al Señor, le hemos mentido, nos hemos alejado de nuestro Dios. Lanzamos calumnias, nos rebelamos, y en el corazón concebimos y hacemos crecer la mentira. Mantenemos lejos de nosotros a la justicia y el derecho; la verdad es obstaculizada en la plaza, y a la equidad no se le permite llegar. En ninguna parte se encuentra la verdad. El que se aparta del mal, ¡es puesto en prisión! El Señor vio esto, y le fue muy desagradable ver que ya no había derecho.

Isaías 59:7-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Sus pies corren para hacer lo malo y se apresuran a matar. Solo piensan en pecar; siempre hay sufrimiento y destrucción en sus caminos. No saben dónde encontrar paz o qué significa ser justo y bueno. Han trazado caminos torcidos y quienes los siguen no conocen un momento de paz. Por eso no hay justicia entre nosotros y no sabemos nada acerca de vivir con rectitud. Buscamos luz, pero solo encontramos oscuridad; buscamos cielos radiantes, pero caminamos en tinieblas. Andamos a tientas, como los ciegos junto a una pared, palpando para encontrar el camino, como la gente que no tiene ojos. Hasta en lo más radiante del mediodía, tropezamos como si estuviera oscuro. Entre los vivos, somos como los muertos. Gruñimos como osos hambrientos; gemimos como el arrullo lastimero de las palomas. Buscamos la justicia, pero nunca llega; buscamos el rescate, pero está muy lejos de nosotros. Pues nuestros pecados se han acumulado ante Dios y testifican en contra de nosotros. Así es, sabemos muy bien lo pecadores que somos. Sabemos que nos hemos rebelado contra el SEÑOR y también lo hemos negado; le hemos dado la espalda a nuestro Dios. Sabemos que hemos sido injustos y opresores, preparando con cuidado nuestras mentiras engañosas. Nuestros tribunales se oponen a los justos, y no se encuentra justicia por ninguna parte. La verdad tropieza por las calles y la honradez ha sido declarada ilegal. Sí, la verdad ha desaparecido y se ataca a todo el que abandona la maldad.

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