Isaías 40:25-26
Isaías 40:25-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
«¿Con quién, entonces, me compararán ustedes? ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo. Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!
Isaías 40:25-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Nuestro santo Dios afirma: “Con nadie me pueden comparar. Nadie puede igualarse a mí”». Isaías dijo
Isaías 40:25-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)
«¿Con quién entonces pueden compararme?», dice el Santo. ¡Levanten los ojos al cielo, y miren quién creó estas cosas! Él saca y cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre, y ninguna de ellas falta; ¡tan grande es su poder, tan poderoso su dominio!
Isaías 40:25-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El Dios Santo pregunta: «¿Con quién me van a comparar ustedes? ¿Quién puede ser igual a mí?» Levanten los ojos al cielo y miren: ¿Quién creó todo eso? El que los distribuye uno por uno y a todos llama por su nombre. Tan grande es su poder y su fuerza que ninguno de ellos falta.
Isaías 40:25-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.
Isaías 40:25-26 La Biblia de las Américas (LBLA)
¿A quién, pues, me haréis semejante para que yo sea su igual? —dice el Santo. Alzad a lo alto vuestros ojos y ved quién ha creado estos astros: el que hace salir en orden a su ejército, y a todos llama por su nombre. Por la grandeza de su fuerza y la fortaleza de su poder no falta ni uno.
Isaías 40:25-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)
«¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo. Levanten la mirada a los cielos. ¿Quién creó todas las estrellas? Él las hace salir como un ejército, una tras otra, y llama a cada una por su nombre. A causa de su gran poder y su incomparable fuerza, no se pierde ni una de ellas.