Isaías 35:1-7
Isaías 35:1-7 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Se alegrarán el desierto y el sequedal; se regocijará la estepa y florecerá como la rosa. Florecerá y se regocijará: ¡gritará de alegría! Se le dará la gloria del Líbano y el esplendor del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la majestad de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos». Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en el sequedal. La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros.
Isaías 35:1-7 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Isaías anunció: «¡El desierto florecerá y la tierra seca dará fruto! Todo el mundo se alegrará porque Dios le dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón. »Fortalezcan a los débiles, den fuerza a los cansados, y digan a los tímidos: “¡Anímense, no tengan miedo! Dios vendrá a salvarlos, y a castigar a sus enemigos”. »Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; los que no pueden andar saltarán como venados, y los que no pueden hablar gritarán de alegría.
Isaías 35:1-7 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El desierto y la soledad se alegrarán; el yermo se regocijará y florecerá como la rosa; florecerá en abundancia, y también se alegrará y cantará con júbilo, pues le serán dadas la belleza del Líbano y la hermosura del Carmelo y de Sarón. ¡Estos montes verán la gloria del Señor, la hermosura de nuestro Dios! Fortalezcan las manos cansadas y afirmen las rodillas endebles. Digan a los de corazón amedrentado: «Esfuércense y no teman. ¡Miren! Aquí viene su Dios, para castigar a sus enemigos como merecen. Dios mismo viene, y él los salvará.» Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, lo mismo que los oídos de los sordos. Entonces los cojos saltarán como ciervos, y la lengua del mudo cantará; porque en el desierto serán cavados pozos de agua, y en la soledad correrán torrentes. El páramo se convertirá en estanque, el sequedal en manantiales de agua, y en la guarida de los chacales crecerán cañas y juncos.
Isaías 35:1-7 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Que se alegre el desierto, tierra seca; que se llene de alegría, que florezca, que produzca flores como el lirio, que se llene de gozo y alegría. Dios lo va a hacer tan bello como el Líbano, tan fértil como el Carmelo y el valle de Sarón. Todos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. Fortalezcan a los débiles, den valor a los cansados, digan a los tímidos: «¡Ánimo, no tengan miedo! ¡Aquí está su Dios para salvarlos, y a sus enemigos los castigará como merecen!» Entonces los ciegos verán y los sordos oirán; los lisiados saltarán como venados y los mudos gritarán. En el desierto, tierra seca, brotará el agua a torrentes. El desierto será un lago, la tierra seca se llenará de manantiales. Donde ahora viven los chacales, crecerán cañas y juncos.
Isaías 35:1-7 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.
Isaías 35:1-7 La Biblia de las Américas (LBLA)
El desierto y el yermo se alegrarán, y se regocijará el Arabá y florecerá como el azafrán; florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la majestad de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles y afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón tímido: Esforzaos, no temáis. He aquí, vuestro Dios viene con venganza; la retribución vendrá de Dios mismo, mas Él os salvará. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en el desierto y arroyos en el Arabá. La tierra abrasada se convertirá en laguna, y el secadal en manantiales de aguas; en la guarida de chacales, su lugar de descanso, la hierba se convertirá en cañas y juncos.
Isaías 35:1-7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Hasta el lugar desolado y el desierto estarán contentos en esos días; la tierra baldía se alegrará y florecerá el azafrán de primavera. Así es, habrá abundancia de flores, de cantos y de alegría. Los desiertos se pondrán tan verdes como los montes del Líbano, tan bellos como el monte Carmelo o la llanura de Sarón. Allí el SEÑOR manifestará su gloria, el esplendor de nuestro Dios. Con esta noticia, fortalezcan a los que tienen cansadas las manos, y animen a los que tienen débiles las rodillas. Digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes y no teman, porque su Dios viene para destruir a sus enemigos; viene para salvarlos». Y cuando él venga, abrirá los ojos de los ciegos y destapará los oídos de los sordos. El cojo saltará como un ciervo, y los que no pueden hablar ¡cantarán de alegría! Brotarán manantiales en el desierto y corrientes regarán la tierra baldía. El suelo reseco se convertirá en laguna y los manantiales de agua saciarán la tierra sedienta. Crecerán las hierbas de pantano, las cañas y los juncos donde antes vivían los chacales del desierto.