Isaías 13:9-15
Isaías 13:9-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Ya llega el día del Señor, día terrible, de ira y furor ardiente, que convertirá la tierra en desierto y acabará con los pecadores que hay en ella. Las estrellas y constelaciones del cielo dejarán de dar su luz; el sol se oscurecerá apenas salga, y la luna no brillará. El Señor dice: «Voy a castigar al mundo por su maldad, a los malvados por sus crímenes. Voy a terminar con la altanería de los orgullosos, voy a humillar a los soberbios e insolentes. Voy a hacer que los hombres sean más escasos que el oro fino de Ofir. Entonces el cielo se estremecerá y la tierra se moverá de su sitio por la ira que tendré en ese día, por mi ardiente furor. »La gente parecerá gacela perseguida, o un rebaño cuando se dispersa y no hay nadie que lo junte. Cada uno se volverá a su propio país, huirá a su propia tierra. Todo el que se deje encontrar será apuñalado, todo el que se deje agarrar caerá asesinado.
Isaías 13:9-15 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada.
Isaías 13:9-15 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¡Miren! ¡Ya viene el día del SEÑOR —día cruel, de furor y ardiente ira—; dejará la tierra devastada y exterminará en ella a los pecadores! Las estrellas y las constelaciones del cielo dejarán de irradiar su luz; se oscurecerá el sol al salir y no brillará más la luna. Castigaré por su maldad al mundo y por su iniquidad a los malvados. Pondré fin a la soberbia de los arrogantes y humillaré el orgullo de los violentos. Voy a hacer que haya menos gente que oro fino, menos mortales que oro de Ofir. Por eso haré que tiemble el cielo y que la tierra se mueva de su sitio, por el furor del SEÑOR de los Ejércitos, en el día de su ardiente ira. Como gacela acosada, como rebaño sin pastor, cada uno se volverá a su propio pueblo, cada cual huirá a su propia tierra. Al que atrapen lo traspasarán; el que caiga preso morirá a filo de espada.
Isaías 13:9-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»¡Ya llega el día de la destrucción! Dios está tan enojado, que cuando llegue ese día dejará la tierra hecha un desierto y acabará con todos los pecadores. Ese día el sol se apagará, la luna dejará de brillar y las estrellas no darán su luz. »El Dios todopoderoso dice: “¡Estoy muy enojado y furioso! Haré que tiemblen el cielo y la tierra, castigaré a los malvados, y humillaré a los orgullosos. Cuando acabe con ellos, será más difícil encontrar un babilonio con vida que una aguja en un pajar. ”La gente de otros países que ese día esté en Babilonia huirá a su país como gacela espantada, correrá asustada como oveja sin pastor. Mi ejército no tomará prisioneros, y nadie quedará con vida. Las casas serán robadas
Isaías 13:9-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Viene ya el terrible día del Señor! ¡Día de ardiente ira e indignación, que hará de la tierra un páramo, y que raerá de ella a los pecadores! Ese día las estrellas y los luceros de los cielos no darán su luz; el sol se oscurecerá al amanecer, y la luna no dará su resplandor. Yo castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; acabaré con la arrogancia de los soberbios y abatiré la altivez de los fuertes. Haré que los hombres sean más escasos que el fino oro de Ofir. Por la indignación del Señor de los ejércitos, en el día de su ardiente ira haré que se estremezcan los cielos, y que la tierra se mueva de su lugar. Cada uno mirará hacia su pueblo, como oveja sin pastor; cada uno huirá a su tierra, como gacela perseguida. Todo el que sea hallado, caerá atravesado por una lanza; todo el que caiga preso, morirá a filo de espada.
Isaías 13:9-15 La Biblia de las Américas (LBLA)
He aquí, el día del SEÑOR viene, cruel, con furia y ardiente ira, para convertir en desolación la tierra y exterminar de ella a sus pecadores. Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones no destellarán su luz; se oscurecerá el sol al salir, y la luna no irradiará su luz. Castigaré al mundo por su maldad y a los impíos por su iniquidad; también pondré fin a la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los despiadados. Haré al mortal más escaso que el oro puro, y a la humanidad más que el oro de Ofir. Por tanto, haré estremecer los cielos, y la tierra será removida de su lugar ante la furia del SEÑOR de los ejércitos, en el día de su ardiente ira. Y será como gacela perseguida, o como ovejas que nadie reúne; cada uno volverá a su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Cualquiera que sea hallado será traspasado, y cualquiera que sea capturado caerá a espada.
Isaías 13:9-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pues miren, el día del SEÑOR ya viene, el día terrible de su furia y de su ira feroz. La tierra quedará desolada, y con ella los pecadores serán destruidos. Los cielos se pondrán negros sobre ellos; las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará. «Yo, el SEÑOR, castigaré al mundo por su maldad y a los perversos por su pecado. Aplastaré la arrogancia de los soberbios y humillaré el orgullo de los poderosos. Haré que la gente sea más escasa que el oro, más escasa que el oro fino de Ofir. Pues sacudiré los cielos y la tierra se saldrá de su lugar cuando el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales manifieste su furor en el día de su ira feroz». En Babilonia todos correrán como gacelas perseguidas, como ovejas sin pastor. Intentarán encontrar a los suyos y huir a su propia tierra. El que sea capturado será destruido, atravesado con una espada.