Hageo 1:8-15
Hageo 1:8-15 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Vayan ustedes al monte, traigan madera y reconstruyan mi casa. Yo veré su reconstrucción con gusto, y manifestaré mi gloria —dice el SEÑOR. Ustedes esperan mucho, pero cosechan poco; lo que almacenan en su casa, yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué? ¡Porque mi casa está en ruinas, mientras ustedes solo se ocupan de la suya!», afirma el SEÑOR de los Ejércitos. «Por eso, por culpa de ustedes, los cielos retuvieron el rocío y la tierra se negó a dar sus frutos. Yo hice venir una sequía sobre los campos y las montañas, sobre el grano y el vino nuevo, sobre el aceite de oliva y el fruto de la tierra, sobre los animales, las personas y sobre toda la obra de sus manos». Zorobabel, hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y todo el resto del pueblo obedecieron al SEÑOR su Dios. Acataron las palabras del profeta Hageo, a quien el SEÑOR su Dios había enviado. Y el pueblo sintió temor en la presencia del SEÑOR. Entonces Hageo, su mensajero, comunicó este mensaje del SEÑOR al pueblo: «Yo estoy con ustedes. Yo, el SEÑOR, lo afirmo». Y el SEÑOR inquietó el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac; también el espíritu del resto del pueblo. Así que vinieron y empezaron a trabajar en la casa de su Dios, el SEÑOR de los Ejércitos. Era el día veinticuatro del mes sexto del segundo año del rey Darío.
Hageo 1:8-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Ustedes esperan grandes ganancias, pero es muy poco lo que han logrado; lo que guardan en su casa, lo destruí en un instante. ¿Y saben por qué lo hice? ¡Pues porque mi templo está en ruinas mientras que ustedes solo piensan en arreglar sus propias casas! Por eso no he dejado que llueva sobre los campos y sobre los montes; por eso se han perdido sus cosechas de trigo, de uvas y de aceitunas; ¡por eso sufren hombres y animales! »Yo soy el Dios de Israel. Si quieren verme contento, y quieren ver mi grandeza, vayan a las montañas y traigan madera; ¡reconstruyan mi templo!» Cuando Zorobabel y Josué oyeron el mensaje que Dios les envió por medio de Hageo, tanto ellos como el resto del pueblo sintieron mucho miedo. Pero el profeta Hageo los tranquilizó. Les aseguró que Dios les daría su apoyo. Así fue como el Dios todopoderoso puso en ellos el deseo de reconstruir su templo. Veinticuatro días después Zorobabel, Josué y el resto del pueblo comenzaron a reconstruirlo.
Hageo 1:8-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Vayan al monte, y traigan madera, y reconstruyan mi casa. Yo pondré en ella mi beneplácito, y seré glorificado.” Yo, el Señor, lo he dicho. »Ustedes buscan mucho, y encuentran poco. Lo que ustedes guardan en su casa, yo de un soplo lo disipo. ¿Y por qué? Porque mi casa está desierta, mientras cada uno de ustedes corre a su propia casa. —Palabra del Señor de los ejércitos. »Por culpa de ustedes los cielos han retenido la lluvia, y la tierra se niega a dar sus frutos. Yo hice venir la sequía sobre esta tierra, sobre los montes y el trigo, sobre el vino y el aceite, sobre hombres y animales, sobre todos los productos de la tierra y sobre todo trabajo manual.» Tanto Zorobabel hijo de Salatiel como Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, lo mismo que el resto del pueblo, oyeron la voz del Señor su Dios y las palabras del profeta Hageo, tal y como el Señor su Dios le había ordenado decir, y todo el pueblo tuvo temor delante del Señor. Entonces Hageo habló con el pueblo por mandato del Señor, y como enviado suyo dijo: «Yo estoy con ustedes.» —Palabra del Señor. El Señor despertó el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, que era gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, que era sumo sacerdote, lo mismo que el espíritu del resto del pueblo, y todos ellos acudieron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor de los ejércitos. Era el día veinticuatro del mes sexto, del año segundo del rey Darío.
Hageo 1:8-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Vayan a las montañas, traigan madera y construyan de nuevo el templo. Yo estaré allí contento, y mostraré mi gloria. Ustedes buscan mucho, pero encuentran poco; y lo que guardan en su casa, yo me lo llevo de un soplo. ¿Por qué? Pues porque mi casa está en ruinas, mientras que ustedes solo se preocupan de sus propias casas. Yo, el Señor, lo afirmo. Por eso no cae para ustedes la lluvia, ni la tierra les da sus productos. Yo fui quien trajo la sequía sobre los campos y sobre los montes, sobre el trigo, los viñedos y los olivares, sobre las cosechas del campo, sobre los hombres y los animales, y sobre todas sus labores.» Zorobabel, Josué y el resto de la gente sintieron miedo cuando oyeron lo que el Señor les decía por medio del profeta Hageo, esto es, lo que Dios el Señor le había encargado que dijera. Entonces Hageo, el mensajero del Señor, les habló en nombre de Dios, diciéndoles: «El Señor dice: “Yo, el Señor, lo afirmo: Yo estoy con ustedes.”» De esta manera animó el Señor a Zorobabel, gobernador de Judá, a Josué, jefe de los sacerdotes, y al resto de la gente, y el día veinticuatro del sexto mes del año segundo del reinado de Darío empezaron a reconstruir el templo de su Dios, el Señor todopoderoso.
Hageo 1:8-15 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
Hageo 1:8-15 La Biblia de las Américas (LBLA)
Subid al monte, traed madera y reedificad el templo, para que me agrade de él y yo sea glorificado —dice el SEÑOR. Esperáis mucho, pero he aquí, hay poco; y lo que traéis a casa, yo lo aviento. ¿Por qué? —declara el SEÑOR de los ejércitos—. Por causa de mi casa que está desolada, mientras cada uno de vosotros corre a su casa. Por tanto, por causa vuestra, los cielos han retenido su rocío y la tierra ha retenido su fruto. Y llamé a la sequía sobre la tierra, sobre los montes, sobre el trigo, sobre el mosto, sobre el aceite, sobre lo que produce la tierra, sobre los hombres, sobre el ganado y sobre todo el trabajo de vuestras manos. Y Zorobabel, hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y todo el remanente del pueblo, obedecieron la voz del SEÑOR su Dios y las palabras del profeta Hageo, como el SEÑOR su Dios le había mandado. Y temió el pueblo delante del SEÑOR. Entonces Hageo, mensajero del SEÑOR, por mandato del SEÑOR, habló al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros —declara el SEÑOR. Y despertó el SEÑOR el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y el espíritu de todo el remanente del pueblo. Y vinieron y comenzaron la obra en la casa del SEÑOR de los ejércitos, su Dios, el día veinticuatro del mes sexto, en el año segundo del rey Darío.
Hageo 1:8-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Vayan ahora a los montes, traigan madera y reconstruyan mi casa. Entonces me complaceré en ella y me sentiré honrado, dice el SEÑOR. Esperaban cosechas abundantes, pero fueron pobres; y cuando trajeron la cosecha a su casa, yo la hice desaparecer con un soplo. ¿Por qué? Porque mi casa está en ruinas, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, mientras ustedes se ocupan de construir sus elegantes casas. Es por causa de ustedes que los cielos retienen el rocío y la tierra no produce cosechas. Yo mandé la sequía sobre sus campos y colinas; una sequía que destruirá el grano, el vino nuevo, el aceite de oliva y las demás cosechas; una sequía que hará que ustedes y sus animales pasen hambre y arruinará todo aquello por lo que tanto han trabajado». Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y todo el remanente del pueblo de Dios comenzaron a obedecer el mensaje del SEÑOR su Dios. Cuando oyeron las palabras del profeta Hageo, a quien el SEÑOR su Dios había enviado, el pueblo temió al SEÑOR. Luego Hageo, el mensajero del SEÑOR, dio al pueblo el siguiente mensaje del SEÑOR: «¡Yo estoy con ustedes, dice el SEÑOR!». Entonces el SEÑOR despertó el entusiasmo de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y de Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y de todo el remanente del pueblo de Dios. Comenzaron a trabajar en la casa de su Dios, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, el 21 de septiembre del segundo año del reinado del rey Darío.