Génesis 41:25-44
Génesis 41:25-44 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
José explicó al faraón: —En realidad, los dos sueños del faraón son uno solo. Dios le ha anunciado lo que está por hacer. Las siete vacas hermosas y las siete espigas hermosas son siete años. Se trata del mismo sueño. Y las siete vacas flacas y feas, que salieron detrás de las otras, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento del este, son también siete años. Pero estos serán siete años de hambre. »Tal como le he dicho al faraón, Dios le está mostrando lo que está por hacer. Están por venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, a los que les seguirán siete años de hambre, que harán olvidar toda la abundancia que antes hubo. ¡El hambre acabará con Egipto! Tan terrible será el hambre que nadie se acordará de la abundancia que antes hubo en el país. El faraón tuvo el mismo sueño dos veces porque Dios ha resuelto firmemente hacer esto y lo llevará a cabo muy pronto. »Por todo esto, el faraón debería buscar un hombre competente y sabio para que se haga cargo de la tierra de Egipto. Además, el faraón debería nombrar inspectores en todo Egipto, para que durante los siete años de abundancia recauden la quinta parte de la cosecha en todo el país. Bajo el control del faraón, esos inspectores deberán juntar el grano de los años buenos que vienen y almacenarlo en las ciudades, para que haya una reserva de alimento. Este alimento almacenado servirá a Egipto para los siete años de hambre que sufrirá y así la gente del país no morirá de hambre». Al faraón y a sus servidores les pareció bueno el plan. Entonces el faraón preguntó a sus servidores: —¿Podremos encontrar una persona así en quien repose el Espíritu de Dios? Luego dijo a José: —Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú. Quedarás a cargo de mi palacio y todo mi pueblo cumplirá tus órdenes. Solo respecto al trono yo tendré más autoridad que tú. Así que el faraón dijo a José: —Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto. De inmediato, el faraón se quitó el anillo oficial y se lo puso a José. Hizo que lo vistieran con ropas de lino fino y que le pusieran un collar de oro en el cuello. Después lo invitó a subirse al carro reservado para el segundo en autoridad y ordenó que gritaran: «¡Inclínense!». Fue así como el faraón puso a José al frente de todo el territorio de Egipto. Entonces el faraón dijo: —Yo soy el faraón, pero nadie en todo Egipto podrá hacer nada sin tu permiso.
Génesis 41:25-44 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
José le dijo al rey: —Los dos sueños que tuvo Su Majestad son uno solo. Dios le ha hecho saber a usted lo que piensa hacer. Las siete vacas gordas son siete años, lo mismo que las siete espigas llenas de trigo; el sueño es uno solo. Las siete vacas flacas y feas que salieron detrás de aquellas son también siete años, lo mismo que las siete espigas marchitas y resecadas por el viento del desierto. Ellas significan siete años de hambre. »Dios quiere que Su Majestad sepa lo que él está a punto de hacer. Egipto va a tener siete años de abundantes cosechas, pero después vendrán siete años en que no habrá qué comer. Cuando eso suceda, nadie se acordará de la abundancia que antes hubo. Habrá tanta hambre que acabará con el país. Su Majestad tuvo el mismo sueño en dos formas distintas, y eso significa que Dios ha decidido hacerlo, y lo va a hacer muy pronto. »Yo le sugiero a Su Majestad que busque a alguien muy sabio e inteligente, y que lo ponga a cargo del país. También le sugiero que nombre gente que se encargue de recoger la quinta parte de las cosechas durante los siete años de abundancia. Durante los siete años buenos que van a venir, Su Majestad debe darles autoridad para que junten y almacenen en las ciudades todos los alimentos y el trigo. Ese alimento quedará guardado, para usarlo durante los siete años de hambre que habrá en Egipto. Así el país no quedará arruinado por el hambre. El rey y sus consejeros estuvieron de acuerdo en que el plan de José era bueno, y el rey les comentó: «En ningún lado vamos a encontrar a nadie más inteligente que este joven». Por eso le dijo a José: —Dios te ha dado a conocer todo esto, y eso quiere decir que no hay nadie tan sabio e inteligente como tú. Por eso, a partir de este momento quedas a cargo de mi palacio y de todo mi pueblo. Todos en Egipto tendrán que obedecerte. Solo yo tendré más poder que tú, porque soy el rey. Después, el rey se quitó el anillo que usaba para sellar sus cartas, y se lo puso a José. Luego ordenó que lo vistieran con ropas de lino fino y que le pusieran un collar de oro, y le pidió que lo acompañara en su carro, como su gobernador. Delante de José gritaban: «¡Abran paso!» Así fue como el rey puso a José a cargo de todo su país. Luego le dijo a José: «Aunque yo soy el rey de Egipto, nadie en este país hará nada sin tu permiso».
Génesis 41:25-44 Reina Valera Contemporánea (RVC)
José le respondió al faraón: «El sueño de mi señor el faraón es uno solo. Dios le ha hecho saber lo que él está por hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las espigas hermosas también son siete años. El sueño es uno solo. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años, y las siete espigas delgadas y marchitadas por el viento solano serán siete años de hambre. Esta es mi respuesta a Su Majestad: Dios ha mostrado a Su Majestad lo que él está por hacer. Vienen ya siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Pero a estos les seguirán siete años de hambre. Toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, porque el hambre acabará con la tierra. Por causa del hambre que vendrá, y que será gravísima, esa abundancia quedará ignorada. El hecho de que Su Majestad haya tenido el mismo sueño dos veces, significa que Dios ha decidido hacer esto, y que muy pronto lo hará. Su Majestad debe buscarse ya un hombre inteligente y sabio, y ponerlo al frente de la tierra de Egipto. Debe también poner gobernadores al frente del país, y tomar la quinta parte de lo que produzca la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. Se deben almacenar todos los alimentos de estos buenos años que vienen, y bajo el control de Su Majestad recogerse y guardarse el trigo, para el sustento de las ciudades. Estas provisiones deben quedar almacenadas para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto. Así el país no perecerá de hambre.» Esto le pareció bien al faraón y a sus siervos, y el faraón les dijo a sus siervos: «¿Podremos encontrar a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?» A José le dijo: «Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan inteligente y sabio como tú. Así que tú estarás al frente de mi casa, y todo mi pueblo se someterá a lo que digas; solamente en el trono seré mayor que tú.» También le dijo el faraón a José: «Como ves, yo te he puesto al frente de toda la tierra de Egipto.» Y el faraón se quitó su anillo de la mano, y lo puso en la mano de José; también hizo que lo vistieran con ropas de lino muy fino, y en el cuello le puso un collar de oro; después hizo que subiera en su segundo carro, y que delante de él se gritara: «¡De rodillas!»; y lo puso al frente de toda la tierra de Egipto. Luego el faraón le dijo a José: «Yo soy el faraón. Pero sin ti nadie alzará la mano ni el pie en toda la tierra de Egipto.»
Génesis 41:25-44 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Entonces José le contestó al faraón: —Los dos sueños que tuvo Su Majestad, son uno solo. Dios le ha anunciado a usted lo que él va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, lo mismo que las siete espigas hermosas. Es el mismo sueño. Las siete vacas flacas y feas que salieron detrás de las otras, también son siete años; lo mismo que las siete espigas secas y quemadas por el viento del este. Estos serán siete años de escasez. Es tal como se lo he dicho: Dios le ha anunciado a Su Majestad lo que él va a hacer. Van a venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, y después vendrán siete años de gran escasez. Nadie se acordará de la abundancia que hubo en Egipto, porque la escasez arruinará al país. Será tan grande la escasez, que no quedarán señales de la abundancia que antes hubo. Su Majestad tuvo el mismo sueño dos veces, porque Dios está decidido a hacer esto, y lo va a hacer muy pronto. »Por lo tanto, sería bueno que Su Majestad buscara un hombre inteligente y sabio, para que se haga cargo del país. Haga Su Majestad lo siguiente: nombre Su Majestad gobernadores que vayan por todo el país y recojan la quinta parte de todas las cosechas de Egipto, durante los siete años de abundancia. Que junten todo el trigo de los buenos años que vienen; que lo pongan en un lugar bajo el control de Su Majestad, y que lo guarden en las ciudades para alimentar a la gente. Así el trigo quedará guardado para el país, para que la gente no muera de hambre durante los siete años de escasez que habrá en Egipto. El plan les pareció bien al faraón y a sus funcionarios, así que el faraón les dijo: —¿Podremos encontrar otro hombre como este, que tenga el espíritu de Dios? Y a José le dijo: —No hay nadie más inteligente y sabio que tú, pues Dios te ha hecho saber todo esto. Tú te harás cargo de mi palacio, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes. Solo yo seré más que tú, porque soy el rey. Mira, yo te nombro gobernador de todo el país de Egipto. Al decir esto, el faraón se quitó de la mano el anillo que tenía su sello oficial y se lo puso a José. Luego ordenó que lo vistieran con ropas de lino muy fino y que le pusieran un collar de oro en el cuello. Después lo hizo subir en el carro que siempre iba después del suyo, y ordenó que gritaran delante de él: «¡Abran paso!» Así fue como José quedó al frente de todo el país de Egipto. Luego el faraón le dijo: —Aunque yo soy el faraón, nadie en todo Egipto moverá un dedo sin tu permiso.
Génesis 41:25-44 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima. Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
Génesis 41:25-44 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que Él va a hacer. Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno. Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre. Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto; y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra. Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa. Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto. Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan. Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre. Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos. Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios? Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el trono yo seré mayor que tú. Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello. Lo hizo montar en su segundo carro, y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón dijo a José: Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso en toda la tierra de Egipto.
Génesis 41:25-44 Nueva Traducción Viviente (NTV)
José respondió: —Ambos sueños del faraón significan lo mismo. Dios le da a conocer de antemano al faraón lo que está por hacer. Las siete vacas sanas y las siete espigas robustas representan siete años de prosperidad. Las siete vacas flacas y raquíticas que salieron después, y las siete espigas resecas y marchitadas por el viento oriental representan siete años de hambre. »Esto sucederá tal como lo he descrito, pues Dios ha revelado de antemano al faraón lo que está por hacer. Los próximos siete años serán un período de gran prosperidad en toda la tierra de Egipto, pero después llegarán siete años de un hambre tan intensa que hará olvidar toda esa prosperidad de Egipto. El hambre destruirá la tierra. La hambruna será tan grave que borrará hasta el recuerdo de los años buenos. El haber tenido dos sueños similares significa que esos acontecimientos fueron decretados por Dios, y él hará que ocurran pronto. »Por lo tanto, el faraón debería encontrar a un hombre inteligente y sabio, y ponerlo a cargo de toda la tierra de Egipto. Después el faraón debería nombrar supervisores de la tierra, a fin de que almacenen una quinta parte de las cosechas durante los siete años buenos. Haga que ellos reúnan toda la producción de alimentos en los años buenos que vienen y la lleven a los graneros del faraón. Almacene bien el grano y vigílelo para que haya alimento en las ciudades. De esa manera, habrá suficiente para comer cuando lleguen los siete años de hambre sobre la tierra de Egipto. De lo contrario, el hambre destruirá la tierra. Las sugerencias de José fueron bien recibidas por el faraón y sus funcionarios. Entonces el faraón preguntó a sus funcionarios: «¿Acaso encontraremos a alguien como este hombre, tan claramente lleno del espíritu de Dios?». Así que el faraón dijo a José: «Como Dios te ha revelado el significado de los sueños a ti, es obvio que no hay nadie más sabio e inteligente que tú. Quedarás a cargo de mi palacio, y toda mi gente recibirá órdenes de ti. Solo yo, sentado en mi trono, tendré un rango superior al tuyo». El faraón dijo a José: «Yo, aquí en persona, te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto». Luego el faraón se quitó de la mano el anillo con su sello oficial y lo puso en el dedo de José; lo vistió con ropas de lino de la mejor calidad y le puso un collar de oro. Después hizo que José subiera al carro de guerra reservado para su segundo en autoridad, y dondequiera que iba José, se gritaba la orden: «¡Arrodíllense!». Así que el faraón puso a José a cargo de todo Egipto, y le dijo: «Yo soy el faraón, pero nadie levantará una mano ni un pie en toda la tierra de Egipto sin tu aprobación».