Génesis 35:1-25
Génesis 35:1-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Dios dijo a Jacob: «Sube a Betel y quédate a vivir ahí. Erige allí un altar al Dios que se te apareció cuando escapabas de tu hermano Esaú». Entonces Jacob dijo a su familia y a quienes lo acompañaban: «Desháganse de todos los dioses extraños que tengan con ustedes, purifíquense y cámbiense de ropa. Subamos a Betel. Allí construiré un altar al Dios que me socorrió cuando estaba yo en peligro y que me ha acompañado en mi camino». Así que entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían, junto con los aretes que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró a la sombra de la encina que estaba cerca de Siquén. Cuando partieron, nadie persiguió a la familia de Jacob, porque un terror divino se apoderó de las ciudades vecinas. Fue así como Jacob y quienes lo acompañaban llegaron a Luz, es decir, Betel, en la tierra de Canaán. Erigió un altar y llamó a ese lugar El Betel, porque allí se le había revelado Dios cuando escapaba de su hermano Esaú. Por esos días murió Débora, la nodriza de Rebeca, y la sepultaron a la sombra de un árbol de roble que se encuentra cerca de Betel. Por eso Jacob llamó a ese lugar Elón Bacut. Cuando Jacob regresó de Padán Aram, Dios se le apareció otra vez y lo bendijo con estas palabras: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás así. De aquí en adelante te llamarás Israel». Y en efecto, ese fue el nombre que le puso. Luego Dios añadió: «Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti nacerá una nación y una comunidad de naciones, y habrá reyes entre tus descendientes. La tierra que di a Abraham y a Isaac te la doy a ti y a tus descendientes». Y Dios se retiró del lugar donde había hablado con Jacob. Jacob erigió una piedra como monumento en el lugar donde Dios le había hablado. Vertió sobre ella una ofrenda líquida, la ungió con aceite y al lugar donde Dios le había hablado lo llamó Betel. Después partieron de Betel. Cuando estaban a cierta distancia de Efrata, Raquel dio a luz, pero tuvo un parto muy difícil. En el momento más difícil del parto, la partera le dijo: «¡No temas; estás por tener otro varón!». No obstante, ella se estaba muriendo y en sus últimos suspiros alcanzó a llamar a su hijo Benoní, pero Jacob, su padre, le puso por nombre Benjamín. Así murió Raquel y la sepultaron en el camino que va hacia Efrata, que es Belén. Sobre la tumba Jacob erigió un monumento, que hasta el día de hoy señala el lugar donde Raquel fue sepultada. Israel siguió su camino y acampó más allá de la Torre del Rebaño. Mientras vivía en esa región, Rubén fue y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre. Cuando Israel se enteró de esto, se enojó muchísimo. Jacob tuvo doce hijos: Los hijos de Lea fueron: Rubén, que era el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Los hijos de Raquel fueron: José y Benjamín. Los hijos de Bilhá, la esclava de Raquel: Dan y Neftalí.
Génesis 35:1-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios le dijo a Jacob: «Cuando estabas huyendo de tu hermano Esaú, yo me aparecí a ti en Betel. Así que regresa a Betel, quédate a vivir allá, y constrúyeme un altar». Jacob entonces les ordenó a sus familiares y a todos los que vivían con él: «Desháganse de todos esos dioses extraños en los que han creído. Luego báñense y cámbiense de ropa, porque debemos ir a Betel para presentarnos ante Dios. Allá construiré un altar, para darle gracias, pues cuando estuve en problemas, él me ayudó. Por dondequiera que he andado, Dios siempre ha estado conmigo». Ellos le entregaron a Jacob todos aquellos dioses, y también los aretes que llevaban como amuletos. Entonces Jacob los enterró bajo el gran árbol que está en Siquem. Y cuando se pusieron en marcha, Dios hizo que todas las ciudades vecinas les tuvieran miedo, así que nadie los persiguió. Jacob y toda su gente llegaron a Betel, que está en la tierra de Canaán. Fue allí donde Dios se le apareció a Jacob cuando huía de su hermano Esaú. Por eso Jacob construyó allí un altar, y al lugar le puso por nombre «Dios de Betel». En esos días murió Débora, la mujer que había cuidado de Rebeca desde niña, y la enterraron bajo un árbol cerca de Betel. Por eso a ese lugar se le conoce como «El árbol del llanto». Tiempo atrás, Dios se le había aparecido a Jacob, y lo había bendecido cuando volvía de Padán-aram. En aquella ocasión, Dios le dijo: «Ya no vas a llamarte Jacob, sino Israel». Y con ese nombre se le conoció desde entonces. Allí también Dios le dijo: «Yo soy el Dios todopoderoso. Quiero que tengas muchos descendientes, pues de ellos saldrán reyes y muchas naciones. La tierra que les di a Abraham y a Isaac, también te la doy a ti, y a tus descendientes». Cuando Dios se fue de allí, Jacob levantó en ese lugar una columna de piedra, y sobre ella derramó aceite y vino para dedicársela a Dios. Y como Dios había hablado allí con él, Jacob llamó a ese lugar Betel, que significa «casa de Dios». Jacob y su gente se fueron de allí. Estaban por llegar a Efrata cuando le llegó a Raquel la hora de tener otro bebé. Como tenía mucho problema para tenerlo, la mujer que la ayudaba le dijo: «No tengas miedo, que también este bebé va a ser niño». El niño nació bien, pero Raquel estaba a punto de morirse. En sus últimos momentos de vida le puso a su hijo el nombre de Ben-oní, que significa «hijo de mi dolor». Sin embargo, Jacob le cambió el nombre y le puso Benjamín, que significa «hijo favorito». Raquel murió, y la enterraron en el camino de Efrata, donde ahora es Belén. Sobre su tumba, Jacob levantó una columna de piedras. Hasta el momento en que esto se escribe, esa columna marca el lugar de la tumba de Raquel. Una vez más, Jacob se puso en marcha y acampó más allá de la torre de Éder. Mientras Jacob vivía en ese lugar, Rubén tuvo relaciones sexuales con Bilhá, una de las esposas de Jacob. Pero esto llegó a oídos de Jacob. Jacob tuvo doce hijos: Con Lía tuvo a Rubén, que fue su hijo mayor, y también a Simeón, a Leví, a Judá, a Isacar y a Zabulón. Con Raquel tuvo a José y a Benjamín. Con Bilhá, la esclava de Raquel, tuvo a Dan y a Neftalí.
Génesis 35:1-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios le dijo a Jacob: «Prepárate para ir a Betel y quedarte allí. En Betel harás un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.» Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que estaban con él: «Desháganse de los dioses ajenos que hay entre ustedes; purifíquense y cámbiense de ropa, y preparémonos para ir a Betel. Allí haré un altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y que me ha acompañado por dondequiera que he andado.» Ellos le entregaron a Jacob todos los dioses ajenos que había en su poder, y los zarcillos que llevaban en las orejas; y Jacob los enterró bajo la encina que estaba cerca de Siquén. Cuando salieron, el terror de Dios cayó sobre las ciudades de los alrededores, y nadie persiguió a los hijos de Jacob. Jacob y todo el pueblo que estaba con él llegaron a Luz (es decir, Betel), ciudad que está en la tierra de Canaán, y Jacob edificó un altar, y a ese lugar lo llamó El Betel, porque allí se le había aparecido Dios cuando huía de su hermano. Allí murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de la encina, la cual fue llamada Alón Bacut. Una vez más, Dios se le apareció a Jacob cuando volvió de Padán Aram, y lo bendijo. Le dijo Dios: «Tu nombre es Jacob. Pero ya no te llamarás Jacob; ahora tu nombre será Israel.» Y ese fue su nombre. Y Dios también le dijo: «Yo soy el Dios omnipotente. Reprodúcete y multiplícate. De ti saldrá una nación, y reyes, y un conjunto de naciones. La tierra que les he dado a Abrahán y a Isaac, te la daré a ti, y a tu descendencia después de ti.» Después Dios se apartó de Jacob y del lugar donde había hablado con él. En ese lugar Jacob levantó una señal de piedra, y como libación derramó aceite sobre ella. Al lugar donde Dios había hablado con él, Jacob le puso por nombre Betel. Después partieron de Betel. Pero aún estaban como a media legua de distancia de Efrata, cuando Raquel dio a luz, y tuvo un parto difícil. Entre las dificultades de su parto, la partera le dijo: «No tengas miedo, que también tendrás este hijo.» Cuando Raquel exhalaba el último suspiro (pues murió), le puso por nombre Benoní; pero su padre lo llamó Benjamín. Y Raquel murió y fue sepultada en el camino de Efrata, que también es Belén. Sobre su sepultura, Jacob levantó un pilar, que hasta el día de hoy es la señal de la sepultura de Raquel. Y partió Israel de allí, y plantó su tienda más allá de Migdal Edar. Mientras Israel vivía en aquella tierra, Rubén fue y durmió con Bilá, la concubina de su padre. Pero esto llegó a oídos de Israel. Los hijos de Israel fueron doce: los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Los hijos de Raquel: José y Benjamín. Los hijos de Bilá, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.
Génesis 35:1-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Dios le dijo a Jacob: «Levántate y vete a vivir a Betel. En ese lugar harás un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.» Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que lo acompañaban: —Saquen todos los dioses extraños que hay entre ustedes, báñense y cámbiense de ropa. Vámonos pronto a Betel, pues allá voy a construir un altar en honor del Dios que me ayudó cuando yo estaba afligido, y que me ha acompañado por dondequiera que he andado. Ellos le entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían y los aretes que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró debajo de una encina que estaba cerca de Siquem. Cuando ellos salieron, Dios hizo que todos los pueblos vecinos tuvieran mucho miedo, y por eso no persiguieron a los hijos de Jacob. Jacob y toda la gente que iba con él llegaron a Luz, ciudad que también se llama Betel y que está en Canaán. Y construyó un altar, y llamó al lugar El-betel, porque cuando huía de su hermano, Dios se le había aparecido allí. También allí murió Débora, la mujer que había cuidado a Rebeca, y la enterraron debajo de una encina, cerca de Betel. Jacob llamó a este lugar «La encina del llanto». Cuando Jacob regresaba de Padán-aram, Dios se le apareció otra vez y lo bendijo de esta manera: «Tú te llamas Jacob, pero ya no te llamarás así; desde hoy tu nombre será Israel.» Después que Dios le cambió el nombre, le dijo: «Yo soy el Dios todopoderoso; ten muchos hijos y descendientes. De ti saldrá una nación y muchos pueblos, y entre tus descendientes habrá reyes. La tierra que les di a Abraham y a Isaac, también te la doy a ti, y después de ti se la daré a tus descendientes.» Cuando Dios se fue del lugar en donde había hablado con Jacob, este tomó una piedra y la puso de pie, como un pilar, en el lugar donde Dios le había hablado; luego la consagró derramando aceite y vino sobre ella, y llamó Betel a aquel lugar. Después se fueron de Betel; pero todavía estaban un poco lejos de Efrata cuando Raquel dio a luz, y tuvo un parto muy difícil. En el momento más difícil, la partera le dijo: «No tengas miedo, que has dado a luz otro varón.» Pero ella estaba a punto de morir, y en sus últimos suspiros llamó Ben-oní al niño, aunque su padre lo llamó Benjamín. Así fue como Raquel murió, y la enterraron en el camino de Efrata, que ahora es Belén. Jacob levantó un monumento sobre su sepulcro, y este es el monumento que todavía señala el sepulcro de Raquel. Israel siguió su camino, y acampó más allá de la torre de Éder. Estando ya establecido Israel en ese lugar, Rubén fue y se acostó con Bilhá, que era concubina de su padre. Y cuando este lo supo, se enojó muchísimo. Los hijos de Jacob fueron doce. Los que tuvo con Lía fueron Rubén, su hijo mayor; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Los que tuvo con Raquel fueron José y Benjamín. Los que tuvo con Bilhá, la esclava de Raquel, fueron Dan y Neftalí
Génesis 35:1-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú. Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos. Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado. Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquem. Y salieron, y el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob. Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán (esta es Bet-el), él y todo el pueblo que con él estaba. Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano. Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut. Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo. Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra. Y se fue de él Dios, del lugar en donde había hablado con él. Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había hablado con él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación, y echó sobre ella aceite. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Bet-el. Después partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo. Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén. Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy. Y salió Israel, y plantó su tienda más allá de Migdal-edar. Aconteció que cuando moraba Israel en aquella tierra, fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual llegó a saber Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce: los hijos de Lea: Rubén el primogénito de Jacob; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Los hijos de Raquel: José y Benjamín. Los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.
Génesis 35:1-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces Dios dijo a Jacob: Levántate, sube a Betel y habita allí; y haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú. Entonces Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos; y levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado. Entregaron, pues, a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder y los pendientes que tenían en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de la encina que había junto a Siquem. Al proseguir el viaje, hubo gran terror en las ciudades alrededor de ellos, y no persiguieron a los hijos de Jacob. Y Jacob llegó a Luz, es decir, Betel, que está en la tierra de Canaán, él y todo el pueblo que estaba con él. Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-betel, porque allí Dios se le había manifestado cuando huía de su hermano. Y murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de la encina; y esta fue llamada Alón-bacut. Y Dios se apareció de nuevo a Jacob cuando volvió de Padán-aram, y lo bendijo. Y Dios le dijo: Tu nombre es Jacob; no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel. Y le puso el nombre de Israel. También le dijo Dios: Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate; una nación y multitud de naciones vendrán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. Y la tierra que di a Abraham y a Isaac, a ti te la daré; y daré la tierra a tu descendencia después de ti. Entonces Dios subió de su lado, en el lugar donde había hablado con él. Y Jacob erigió un pilar en el lugar donde Dios había hablado con él, un pilar de piedra, y derramó sobre él una libación; también derramó sobre él aceite. Y Jacob le puso el nombre de Betel al lugar donde Dios había hablado con él. Entonces partieron de Betel; y cuando aún faltaba cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel comenzó a dar a luz y tuvo mucha dificultad en su parto. Y aconteció que cuando estaba en lo más duro del parto, la partera le dijo: No temas, porque ahora tienes este otro hijo. Y aconteció que cuando su alma partía, pues murió, lo llamó Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín. Murió, pues, Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén. Y erigió Jacob un pilar sobre su sepultura; ese es el pilar de la sepultura de Raquel hasta hoy. Entonces partió Israel y plantó su tienda más allá de Migdal-eder. Y aconteció que mientras Israel moraba en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre; e Israel lo supo. Y los hijos de Jacob fueron doce. Hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, después Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Hijos de Raquel: José y Benjamín. Hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.
Génesis 35:1-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces Dios le dijo a Jacob: «¡Prepárate! Múdate a Betel, establécete allí y edifica un altar a Dios, quien se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú». Entonces Jacob les dijo a todos los de su casa: «Desháganse de todos sus ídolos paganos, purifíquense y pónganse ropas limpias. Ahora vamos a Betel, donde edificaré un altar al Dios que respondió a mis oraciones cuando yo estaba angustiado. Él ha estado conmigo en todos los lugares por donde anduve». Entonces le entregaron a Jacob todos los ídolos paganos que conservaban y también los aretes, y él los enterró bajo el gran árbol que está cerca de Siquem. Cuando salían, Dios mandó terror sobre los habitantes de todas las ciudades de aquella región, así que nadie atacó a la familia de Jacob. Finalmente Jacob y todos los de su casa llegaron a Luz (también llamada Betel), en Canaán. Allí Jacob edificó un altar y llamó al lugar El-betel (que significa «Dios de Betel»), porque Dios se le había aparecido allí cuando huía de su hermano Esaú. Poco tiempo después murió Débora, la mujer que había cuidado a Rebeca desde niña, y fue enterrada bajo el roble que está en el valle de Betel. Desde entonces ese lugar fue llamado Alón-bacut (que significa «roble del llanto»). Ahora que Jacob había regresado de Padán-aram, Dios se le apareció de nuevo en Betel. Y Dios lo bendijo diciéndole: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob. A partir de ahora tu nombre será Israel». Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel. Entonces Dios dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sé fructífero y multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes! Y te entregaré la tierra que les di a Abraham y a Isaac. Así es, te la daré a ti y a tus descendientes». Luego Dios ascendió desde el lugar donde le había hablado a Jacob. Jacob levantó una columna conmemorativa para marcar el lugar donde Dios le había hablado. Luego derramó vino sobre la columna como sacrificio a Dios y la ungió con aceite de oliva. Jacob llamó a aquel lugar Betel (que significa «casa de Dios»), porque allí Dios le había hablado. Una vez que salieron de Betel, Jacob y su clan avanzaron hacia Efrata; pero Raquel entró en trabajo de parto mientras aún estaban lejos de allí, y sus dolores eran intensos. Luego de un parto muy difícil, la partera finalmente exclamó: «¡No temas; tienes otro varón!». Raquel estaba a punto de morir, pero con su último suspiro puso por nombre al niño Benoni (que significa «hijo de mi tristeza»). Sin embargo, el padre del niño lo llamó Benjamín (que significa «hijo de mi mano derecha»). Así que Raquel murió y fue enterrada en el camino a Efrata (es decir, Belén). Jacob levantó una columna conmemorativa sobre la tumba de Raquel, la cual puede verse hasta el día de hoy. Entonces Jacob siguió su viaje y acampó más allá de Migdal-edar. Mientras vivía allí, Rubén tuvo relaciones sexuales con Bilha, la concubina de su padre, y Jacob se enteró enseguida. Estos son los nombres de los doce hijos de Jacob: Los hijos de Lea fueron Rubén (el hijo mayor de Jacob), Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Los hijos de Raquel fueron José y Benjamín. Los hijos de Bilha, la sierva de Raquel, fueron Dan y Neftalí.