Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Ezequiel 4:1-3,5-17

Ezequiel 4:5-17 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Yo te he puesto un plazo de trescientos noventa días, es decir, un lapso de tiempo equivalente a los años del pecado de Israel. »Cuando cumplas ese plazo, volverás a acostarte, pero esta vez sobre tu lado derecho. Cuarenta días cargarás con la culpa del pueblo de Judá, o sea, un día por cada año. Luego dirigirás tu rostro al asedio de Jerusalén y con brazo desnudo profetizarás contra ella. Mira, yo te ataré con sogas para que no puedas darte vuelta de un lado a otro, hasta que se cumplan los días del asedio. »Toma trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y centeno; viértelos en un recipiente y amásalos para hacer pan, pues ese será tu alimento durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre tu lado izquierdo. Cada día comerás, a una hora fija, una ración de veinte siclos. También a una hora fija beberás la sexta parte de un hin de agua. Cocerás ese pan con excremento humano y a la vista de todos lo comerás como si fuera una torta de cebada». Luego el SEÑOR añadió: «De igual manera, los israelitas comerán alimentos impuros en medio de las naciones por donde los voy a dispersar». Entonces exclamé: «¡No, mi SEÑOR y Dios! ¡Yo jamás me he contaminado con nada! Desde mi niñez y hasta el día de hoy, jamás he comido carne de ningún animal que se haya encontrado muerto o que haya sido despedazado por las fieras. ¡Por mi boca no ha entrado ningún tipo de carne impura!». «Está bien —me respondió—, te doy permiso para que hornees tu pan con excremento de vaca en vez de excremento humano». Luego me dijo: «Hijo de hombre, voy a hacer que escasee el alimento en Jerusalén. La gente comerá el pan racionado con angustia; también el agua racionada, la beberán con terror. Escasearán el pan y el agua y, cuando cada uno vea la condición del otro, se horrorizarán y se consumirán a causa de sus pecados.

Ezequiel 4:5-17 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Y los años de su maldad son el mismo número de esos días, es decir, trescientos noventa días. De este modo llevarás sobre ti la maldad del pueblo de Israel. Cuando se cumplan estos días, te acostarás de nuevo, pero esta vez sobre tu costado derecho, y durante cuarenta días llevarás sobre ti la maldad del pueblo de Judá. Estoy contando un día por año. Luego te dirigirás hacia la Jerusalén sitiada, y con el brazo descubierto profetizarás contra ella. Yo te sujetaré, de manera que no puedas girar de un lado a otro, hasta que hayas cumplido con los días del sitio contra la ciudad. »Pero tú, toma trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, para alimentarte con todo esto el número de días que te acuestes sobre tu costado. Esto es lo que comerás durante trescientos noventa días, en raciones de doscientos gramos al día y a determinadas horas. También beberás el agua en raciones de medio litro por día, a determinadas horas. Harás panes de cebada, y los cocerás bajo las cenizas con fuego de excremento humano, y los comerás a la vista de todos.» También dijo el Señor: «Un pan así de inmundo comerán los hijos de Israel, en las naciones por las que voy a arrojarlos.» Entonces dije: «¡Ay, Señor y Dios! Yo no soy ningún ser inmundo, ni jamás, desde que era joven y hasta este día, he comido carne de ningún animal muerto o despedazado, ni tampoco me he llevado a la boca carne inmunda.» El Señor me respondió: «Mira, voy a permitirte que uses estiércol de bueyes para cocer tu pan, en lugar de excremento humano.» Y también me dijo: «Mira, hijo de hombre: Voy a hacer que falte pan en Jerusalén. El pan se comerá por peso y con angustia, y el agua se beberá por medida y con espanto, para que, al faltarles el pan y el agua, unos a otros se miren con espanto y se consuman en su maldad.

Ezequiel 4:5-17 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Quédate así durante trescientos noventa días, que son los trescientos noventa años que ellos pecaron. »Pasado ese tiempo, te acostarás sobre tu lado derecho, para representar el castigo que va a recibir la gente de Judá. Te quedarás así durante cuarenta días, que son los cuarenta años que ellos pecaron. »Yo te ataré con cuerdas, para que no puedas moverte ni a un lado ni a otro, hasta que se complete todo este tiempo de sufrimiento. Cuando cumplas con esto, te volverás hacia Jerusalén y extenderás la mano, como amenazando a la ciudad, y les advertirás a todos que ella será destruida. »Durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre tu lado izquierdo, comerás de la siguiente manera: En un recipiente mezclarás trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y avena para hacer una masa. Encenderás un fuego con estiércol humano en vez de leña, y delante de todos prepararás un pan con la masa. Todos los días, a la misma hora, comerás un cuarto de kilo de ese pan, y beberás medio litro de agua». Para terminar, Dios me dijo: «Cuando yo disperse a los israelitas por todo el mundo, esta es la clase de comida contaminada que tendrán que comer». Yo protesté, y le dije: —Dios mío, yo nunca he comido nada contaminado, pues tú me rechazarías. Nunca he comido la carne de los animales impuros que nos has prohibido comer. ¡Ni siquiera cuando era niño lo hice! Pero Dios me contestó: —Está bien. En vez de encender el fuego con estiércol humano usa estiércol de vaca. Pronto verás que habrá muy poca comida en Jerusalén. Tú y los demás tendrán que conformarse con solo un poco de pan y un poco de agua. Aun así, comerán y beberán esto con mucho miedo y angustia, pues les angustiará ver cómo se les acaban el pan y el agua; les llenará de espanto ver a sus hermanos morirse poco a poco. Y todo esto les pasará por causa de sus pecados.

Ezequiel 4:5-17 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

trescientos noventa días, o sea, un día por cada año de culpa de Israel. Cuando hayas cumplido ese tiempo, te acostarás sobre el lado derecho y echarás sobre ti la culpa del reino de Judá durante cuarenta días. Un día por cada año de culpa. Luego te volverás hacia Jerusalén, rodeada de enemigos; te desnudarás el brazo y hablarás en mi nombre contra ella. Mira, te voy a atar con cuerdas, para que no te puedas volver de un lado a otro hasta que completes los días en que debes estar sufriendo. »Toma en seguida un poco de trigo, cebada, mijo y avena, y también habas y lentejas; mézclalo todo en una sola vasija y haz con ello tu pan. Eso es lo que comerás durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre el lado izquierdo. Tomarás tu comida a horas fijas, en raciones de un cuarto de kilo por día; el agua la tomarás también a horas fijas, en raciones de medio litro por día. Tu comida será una torta de cebada, cocida en fuego de estiércol humano, y la prepararás donde la gente te vea.» Luego añadió el Señor: «Comida impura como esa es la que tendrán que comer los israelitas en los países a donde los voy a desterrar.» Yo le contesté: «Pero, Señor, yo nunca en mi vida he tocado nada impuro; nunca he comido carne de un animal muerto por sí solo, o despedazado por las fieras, ni he probado nunca carne impura.» Entonces él me dijo: «Bueno, te permito que uses estiércol de vaca en vez de estiércol humano, para cocer tu pan.» Después me dijo: «Voy a hacer que falten alimentos en Jerusalén. La comida estará racionada, y la gente se la comerá con angustia; el agua estará medida, y la beberán llenos de miedo. Les faltará agua y comida, y unos a otros se mirarán llenos de miedo. Y por sus pecados se irán pudriendo en vida.»

Ezequiel 4:5-17 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de Israel. Cumplidos estos, te acostarás sobre tu lado derecho por segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado. Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella. Y he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no te volverás de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio. Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él. La comida que comerás será de peso de veinte siclos al día; de tiempo en tiempo la comerás. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás. Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a vista de ellos al fuego de excremento humano. Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo. Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda. Y me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan. Me dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré el sustento del pan en Jerusalén; y comerán el pan por peso y con angustia, y beberán el agua por medida y con espanto, para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su maldad.

Ezequiel 4:5-17 La Biblia de las Américas (LBLA)

Porque yo te he asignado un número de días igual a los años de su iniquidad, trescientos noventa días; tú cargarás, pues, con la iniquidad de la casa de Israel. Cuando los hayas cumplido, te acostarás por segunda vez, pero sobre el lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá; te la he asignado por cuarenta días, un día por cada año. Entonces dirigirás tu rostro y tu brazo desnudo hacia el sitio de Jerusalén, y profetizarás contra ella. He aquí, te ataré con cuerdas para que no puedas volverte de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu sitio. Y tú toma trigo, cebada, habas, lentejas, millo y centeno; ponlos en una vasija y hazte con ellos pan; conforme al número de días que estés acostado sobre tu lado, trescientos noventa días, lo comerás. El alimento que comas será de veinte siclos de peso por día; lo comerás de tiempo en tiempo. Y beberás el agua por medida: la sexta parte de un hin; la beberás de tiempo en tiempo. Comerás torta de cebada, habiéndola cocido sobre excrementos humanos a la vista de ellos. Entonces el SEÑOR dijo: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las naciones donde yo los arrojaré. Y yo dije: ¡Ah, Señor DIOS! He aquí, nunca me he contaminado; porque desde mi juventud hasta ahora nunca he comido animal muerto o despedazado, ni jamás ha entrado en mi boca carne inmunda. Entonces Él me dijo: Mira, te concedo que prepares tu pan sobre estiércol de vaca en lugar de sobre excremento humano. Me dijo además: Hijo de hombre, he aquí, voy a romper la provisión de pan en Jerusalén, y comerán el pan por peso y con angustia, y beberán el agua por medida y con terror, para que al escasear el pan y el agua, se aterren unos a otros y se consuman en su iniquidad.

Ezequiel 4:5-17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Te exijo que cargues con los pecados de Israel durante trescientos noventa días, un día por cada año de su pecado. Cumplido ese tiempo, date vuelta y acuéstate sobre el lado derecho cuarenta días, un día por cada año del pecado de Judá. »Mientras tanto, mira fijamente el sitio contra Jerusalén. Quédate acostado con el brazo descubierto y profetiza la destrucción de la ciudad. Te ataré con cuerdas para que no puedas moverte de un lado al otro hasta que se hayan cumplido los días del ataque. »Ahora ve a conseguir algo de trigo, cebada, frijoles, lentejas, mijo y trigo espelta, y mézclalos en un recipiente grande. Con esta mezcla, harás pan para ti durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre tu lado izquierdo. Prepárate raciones de alimento de doscientos veintiocho gramos para cada día y cómelas a determinadas horas. Luego mide una jarra de agua para cada día y bébela a determinadas horas. Prepara este alimento y cómelo como si fuera un pan de cebada. Cocínalo a la vista de todo el pueblo, sobre un fuego encendido con excremento humano seco, y luego cómete el pan». Después el SEÑOR dijo: «¡Así comerán los israelitas pan contaminado en las naciones gentiles adonde los expulsaré!». Entonces dije: «Oh SEÑOR Soberano, ¿es necesario que me contamine con excremento humano? Pues nunca me he contaminado. Desde que era niño hasta ahora, jamás comí ningún animal que muriera por enfermedad o que fuera muerto por otros animales. Jamás probé ninguna carne prohibida por la ley». «Está bien —dijo el SEÑOR—. Puedes cocinar tu pan con estiércol de vaca en vez de excremento humano». Luego me dijo: «Hijo de hombre, haré que escasee el alimento en Jerusalén. Tendrán que racionarlo con mucho cuidado y lo comerán con temor. El agua se racionará, gota a gota, y el pueblo la beberá afligido. Por la falta de alimento y de agua, ellos se mirarán unos a otros llenos de terror, y en su castigo se irán consumiendo.