Ezequiel 34:1-4
Ezequiel 34:1-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
La palabra del SEÑOR vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el SEÑOR y Dios: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? Ustedes se beben la leche, se visten con la lana y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan del rebaño. No fortalecen a la débil, no cuidan de la enferma ni curan a la herida. No han traído a la descarriada ni buscan a la perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia.
Ezequiel 34:1-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios también me dijo: «Ezequiel, dales a los gobernantes de los israelitas el siguiente mensaje de mi parte: “¡Ay de ustedes, malos gobernantes! Ustedes debieran cuidar a los israelitas, como cuidan los pastores a sus ovejas, ¡pero solo se cuidan a sí mismos! En vez de cuidar a las ovejas, se beben la leche, se hacen vestidos con la lana, y hasta matan a las ovejas más gordas. No apoyan a las ovejas débiles ni curan a las ovejas enfermas, ni les ponen vendas a las ovejas heridas. Tampoco van tras las ovejas que se pierden ni tras las que se apartan del camino. Al contrario, las golpean y las maltratan.
Ezequiel 34:1-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La palabra del Señor vino a mí, y me dijo: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles que yo, su Señor y Dios, he dicho: »“¡Ay de ustedes, los pastores de Israel, que solo cuidan de sí mismos! ¿Acaso no son los pastores los que deben cuidar de los rebaños? Ustedes se comen lo mejor, se visten con la lana, degüellan a las ovejas más engordadas, pero no cuidan de las ovejas. Ustedes no fortalecen a las ovejas débiles, ni curan a las enfermas, no vendan las heridas de las que se quiebran una pata, ni regresan las descarriadas al redil; tampoco van en busca de las que se pierden, sino que las manejan con dureza y violencia.
Ezequiel 34:1-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Tú, hombre, habla en mi nombre contra los pastores de Israel, y diles: “Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se cuidan a sí mismos! Lo que deben cuidar los pastores es el rebaño. Ustedes se beben la leche, se hacen vestidos con la lana y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan el rebaño. Ustedes no ayudan a las ovejas débiles, ni curan a las enfermas, ni vendan a las que tienen alguna pata rota, ni hacen volver a las que se extravían, ni buscan a las que se pierden, sino que las tratan con dureza y crueldad.
Ezequiel 34:1-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.
Ezequiel 34:1-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y di a los pastores: «Así dice el Señor DIOS: “¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar el rebaño? Coméis la grosura, os habéis vestido con la lana, degolláis la oveja engordada, pero no apacentáis el rebaño. Las débiles no habéis fortalecido, la enferma no habéis curado, la perniquebrada no habéis vendado, la descarriada no habéis hecho volver, la perdida no habéis buscado; sino que las habéis dominado con dureza y con severidad.
Ezequiel 34:1-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Después recibí este mensaje del SEÑOR: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores, los líderes de Israel. Dales este mensaje de parte del SEÑOR Soberano: “¡Qué aflicción les espera a ustedes, pastores, que se alimentan a sí mismos en lugar de alimentar a sus rebaños! ¿Acaso los pastores no deben alimentar a sus ovejas? Ustedes beben la leche, se visten con la lana y matan a los mejores animales, pero dejan que sus rebaños pasen hambre. No han cuidado de las débiles; no se han ocupado de las enfermas ni han vendado las heridas; no salieron a buscar a las descarriadas y perdidas. En cambio, las gobernaron con mano dura y con crueldad.