Ezequiel 18:20-23
Ezequiel 18:20-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
La persona que peque morirá. Ningún hijo cargará con la culpa de su padre ni el padre con la del hijo. Al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad. »Pero si el malvado se arrepiente de todos los pecados que ha cometido, obedece todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, no morirá; vivirá por haber actuado con justicia, y Dios no tomará en cuenta todos los pecados que ese malvado haya cometido. ¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el SEÑOR y Dios, lo afirmo.
Ezequiel 18:20-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Ni el hijo tiene que ser castigado por los pecados del padre, ni el padre tiene que ser castigado por los pecados del hijo. Solo morirá la persona que peque. Quien haga lo bueno recibirá lo que merecen sus buenas acciones; quien haga lo malo recibirá lo que merece su maldad”. »Sin embargo, puede ser que el malvado se arrepienta de todos los pecados que cometía, y se aparte de la maldad. Pues yo les aseguro que si realmente obedece todos mis mandamientos, y vive una vida recta y justa, no morirá. Al contrario, vivirá por causa de su rectitud, y yo no volveré a acordarme de todos los pecados que cometió. Les doy mi palabra: yo no quiero que la gente malvada muera; más bien, quiero que se aparte de la maldad y viva.
Ezequiel 18:20-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Solo el que peque merece la muerte. Ningún hijo pagará por el pecado de su padre, ni tampoco ningún padre pagará por el pecado de su hijo. El hombre justo será juzgado por su justicia, y el malvado será juzgado por su maldad. »Pero si el malvado da la espalda a todos los pecados que cometió, y cumple todos mis estatutos y actúa con apego al derecho y la justicia, no morirá, sino que vivirá. No le será tomada en cuenta ninguna de las transgresiones que haya cometido, sino que vivirá por actuar con justicia. ¿Acaso me es placentero que el malvado muera? Más bien, quiero que se aparte de su maldad y que viva. —Palabra de Dios el Señor.
Ezequiel 18:20-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Solo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del hijo. El justo recibirá el premio a su justicia; y el malvado, el castigo a su maldad. »Y si el malvado se aparta de todos los pecados que cometía, y cumple todas mis leyes y hace lo que es recto y justo, ciertamente vivirá y no morirá. Yo no volveré a acordarme de todo lo malo que hizo, y él vivirá por hacer lo que es recto. Yo no quiero que el malvado muera, sino que cambie de conducta y viva. Yo, el Señor, lo afirmo.
Ezequiel 18:20-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?
Ezequiel 18:20-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
El alma que peque, esa morirá. El hijo no cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él y la maldad del impío será sobre él. Pero si el impío se aparta de todos los pecados que ha cometido, guarda todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá, no morirá. Ninguna de las transgresiones que ha cometido le serán recordadas; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío —declara el Señor DIOS— y no en que se aparte de sus caminos y viva?
Ezequiel 18:20-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
La persona que peque es la que morirá. El hijo no será castigado por los pecados del padre ni el padre será castigado por los pecados del hijo. Los justos serán recompensados por su propia conducta recta y las personas perversas serán castigadas por su propia perversidad. Ahora bien, si los perversos abandonan sus pecados y comienzan a obedecer mis decretos y a hacer lo que es justo y correcto, ciertamente vivirán y no morirán. Todos los pecados pasados serán olvidados y vivirán por las acciones justas que han hecho. »¿Acaso piensan que me agrada ver morir a los perversos?, pregunta el SEÑOR Soberano. ¡Claro que no! Mi deseo es que se aparten de su conducta perversa y vivan.