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Ezequiel 14:1-23

Ezequiel 14:1-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Después me visitaron algunos de los líderes de Israel y, mientras estaban sentados conmigo, recibí este mensaje del SEÑOR: «Hijo de hombre, estos líderes han levantado ídolos en su corazón. Se han entregado a cosas que los harán caer en pecado. ¿Por qué habría de escuchar sus peticiones? Diles: “Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘Los israelitas han levantado ídolos en su corazón y han caído en pecado y después corren a consultar a un profeta. Así que yo, el SEÑOR, les daré la clase de respuesta que merece su gran idolatría, a fin de conquistar la mente y el corazón de mi pueblo que me ha abandonado para rendir culto a sus ídolos detestables’”. »Por lo tanto, diles a los israelitas: “Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘Arrepiéntanse y abandonen sus ídolos, y dejen de cometer ya sus pecados detestables. Yo, el SEÑOR, les responderé a todos —sean israelitas o extranjeros— los que me rechazan y levantan ídolos en su corazón y así caen en pecado, y después van a consultar a un profeta en busca de mi consejo. Me pondré en contra de esas personas y haré de ellas un ejemplo espantoso cuando las elimine de mi pueblo. Entonces ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR. »”’Además, si un profeta es engañado para que dé un mensaje, es porque yo, el SEÑOR, engañé a ese profeta. Alzaré mi puño contra esos profetas y los eliminaré de la comunidad de Israel. Tanto los falsos profetas como quienes los consultan serán castigados por sus pecados. De este modo, los israelitas aprenderán a no alejarse de mí y por tanto a no contaminarse con el pecado. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!’”». SEÑOR Luego recibí este mensaje del SEÑOR: «Hijo de hombre, supongamos que los habitantes de un país pecaran contra mí y yo alzara mi puño para aplastarlos al cortarles la provisión de alimento y al hacerles pasar un hambre que destruyera tanto a personas como a animales. Aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, su justicia los salvaría solo a ellos y no a ningún otro, dice el SEÑOR Soberano. »O supongamos que yo les enviara animales salvajes que invadieran el país, mataran a los habitantes y dejaran la tierra desolada y demasiado peligrosa para ser transitada. Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Se salvarían solo ellos tres, pero la tierra quedaría desolada. »O supongamos que yo provocara guerra contra el país y mandara ejércitos enemigos para destruir tanto a personas como a animales. Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían. »O supongamos que yo derramara mi furia y enviara una epidemia al país que matara tanto a personas como a animales. Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían por causa de su justicia. »Ahora esto dice el SEÑOR Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén —guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades— y destruyan a todos sus habitantes y a los animales! Sin embargo, habrá sobrevivientes, quienes vendrán aquí, desterrados como ustedes en Babilonia. Ustedes verán con sus propios ojos lo perversos que ellos son y entonces no se sentirán tan mal por lo que hice en Jerusalén. Cuando se reúnan con ellos y vean cómo se comportan, entenderán que lo que hice a Israel no fue sin motivo. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!».

Ezequiel 14:1-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos. Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le responderé por mí mismo; y pondré mi rostro contra aquel hombre, y le pondré por señal y por escarmiento, y lo cortaré de en medio de mi pueblo; y sabréis que yo soy Jehová. Y cuando el profeta fuere engañado y hablare palabra, yo Jehová engañé al tal profeta; y extenderé mi mano contra él, y lo destruiré de en medio de mi pueblo Israel. Y llevarán ambos el castigo de su maldad; como la maldad del que consultare, así será la maldad del profeta, para que la casa de Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se contamine más en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea por Dios, dice Jehová el Señor. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Y si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la asolaren, y quedare desolada de modo que no haya quien pase a causa de las fieras, y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas librarían; ellos solos serían librados, y la tierra quedaría desolada. O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias, y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos serían librados. O si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias, y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas. Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando yo enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, hambre, fieras y pestilencia, para cortar de ella hombres y bestias? Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos vendrán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella. Y os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y conoceréis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella, dice Jehová el Señor.

Ezequiel 14:1-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Unos ancianos de Israel vinieron a visitarme y se sentaron frente a mí. La palabra del SEÑOR vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, estas personas han hecho de su corazón un altar de ídolos y han puesto piedras de tropiezo que los hacen pecar. ¿Cómo voy a permitir que me consulten? Por tanto, habla con ellos y adviérteles que así dice el SEÑOR y Dios: “A todo israelita que haya hecho de su corazón un altar de ídolos y que, después de haber colocado a su paso piedras de tropiezo que lo hagan pecar, consulte al profeta, yo el SEÑOR le responderé según la multitud de sus ídolos. Así cautivaré el corazón de los israelitas que por causa de todos esos ídolos se hayan alejado de mí”. »Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR y Dios: “¡Arrepiéntanse! Apártense de una vez y por todas de su idolatría y de todas sus abominaciones”. Yo, el SEÑOR, seré quien responda a todo israelita o extranjero que resida en Israel y que se haya alejado de mí, haya hecho de su corazón un altar de ídolos o haya colocado ante sí piedras de tropiezo que lo hagan pecar y luego haya acudido al profeta para consultarme. Me enfrentaré a él; haré de él una señal de escarmiento; lo eliminaré de mi pueblo. Así sabrán que yo soy el SEÑOR. »Si un profeta es seducido y pronuncia un mensaje, será porque yo, el SEÑOR, lo he seducido. Así que levantaré mi mano contra él y lo haré pedazos en presencia de mi pueblo. Tanto el profeta como quien lo haya consultado cargarán con la misma culpa, para que el pueblo de Israel ya no se aparte de mí ni vuelva a mancharse con sus pecados. Entonces ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, afirma el SEÑOR y Dios». La palabra del SEÑOR vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, si un país peca contra mí y persiste en su infidelidad, yo levantaré mi mano contra él; haré escasear los alimentos y lo sumiré en el hambre; arrasaré a sus habitantes y a sus animales. Y si Noé, Daniel y Job vivieran en ese país, solo ellos se salvarían por su justicia. Lo afirmo yo, el SEÑOR y Dios. »Y, si por todo el país yo mandara bestias feroces que lo arrasaran y lo convirtieran en desierto desolado, de modo que por temor a las fieras nadie se atreviera a pasar, aunque esos tres hombres vivieran allí, tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR y Dios, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Solo ellos se salvarían y el país quedaría desolado. »Y, si yo enviara guerra sobre ese país y dejara que la espada arrasara la tierra y eliminara a sus habitantes y a sus animales, y aunque aquellos tres hombres vivieran allí, tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR y Dios, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Solo ellos se salvarían. »Y, si yo enviara plaga a ese país y derramara sobre él mi ira mortal para eliminar a sus habitantes y a sus animales, aunque Noé, Daniel y Job vivieran allí, tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR y Dios, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Solo ellos se salvarían por su justicia. »Así dice el SEÑOR y Dios: ¡Peor será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos fatales: la espada, el hambre, las bestias feroces y la plaga! Con ellas arrasaré a sus habitantes y a sus animales. Sin embargo, quedarán algunos sobrevivientes que serán liberados y harán salir del exilio a sus hijos y a sus hijas. Cuando lleguen adonde están ustedes, y ustedes vean su conducta y sus obras, se consolarán del desastre que envié contra Jerusalén y de todo lo que hice contra ella. Ustedes se consolarán cuando vean la conducta y las obras de esa gente; sabrán que lo que hice contra Jerusalén no fue sin razón, afirma el SEÑOR y Dios».

Ezequiel 14:1-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Algunos de los jefes de Israel vinieron a verme. Cuando llegaron, se sentaron frente a mí. Entonces Dios me dijo: «Dime, Ezequiel, ¿cómo voy a darles un mensaje a estos hombres, si no piensan más que en hacer lo malo y en adorar a esos ídolos malolientes? Más bien, ve a decirles de mi parte lo siguiente: “El Dios de Israel dice que ustedes no piensan más que en hacer lo malo y en adorar a esos ídolos malolientes, ¡y también van a ver al profeta para consultarme por medio de él! Pero como respuesta recibirán el castigo que se merecen, por adorar a tantos ídolos. Quizás así se arrepientan de haberme abandonado por adorar a esos ídolos”. »A los israelitas les dirás de mi parte: “Dejen ya de hacer lo malo, abandonen a sus ídolos y vuelvan a obedecerme. Mi respuesta a todos los israelitas, y a los extranjeros que viven en Israel, es la siguiente: Ustedes les preguntan a los profetas por mis mensajes, pero se han alejado de mí para adorar a esos ídolos malolientes, y no piensan más que en hacer lo malo. Por eso, quiero que sepan que yo mismo me enfrentaré a ustedes. Yo los eliminaré de mi pueblo, y ese castigo será una lección para todos. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel. ”Pero si algún profeta les da un mensaje falso, será porque así lo quise. Sin embargo, castigaré a ese profeta y lo eliminaré del pueblo. Castigaré al profeta y a quien lo haya consultado. Así los israelitas no volverán a darme la espalda ni seguirán pecando. Entonces serán mi pueblo, y yo seré su Dios. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra”». Dios también me dijo: «Al país que peque contra mí, y que una y otra vez me sea infiel, yo lo castigaré duramente. Echaré a perder sus cosechas de trigo, y sufrirá hambre; así acabaré con los habitantes de ese país y con sus animales. Si en ese país vivieran Noé, Daniel y Job, solo ellos se salvarían, pues eran hombres justos. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra. »También podría yo castigar a ese país enviando bestias salvajes, para que acabaran con sus habitantes. La tierra quedaría sin vida alguna, como un desierto, y nadie se atrevería a pasar por él, por miedo a las bestias salvajes. Pero aun si Noé, Daniel y Job vivieran en ese país, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos se salvarían, pero el país quedaría totalmente destruido. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra. »También podría yo castigar a ese país enviando un ejército que lo ataque y acabe con sus habitantes. Pero aun si Noé, Daniel y Job vivieran en ese país, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos se salvarían. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra. »También podría yo, en mi enojo, castigar a ese país con graves enfermedades, para acabar con sus habitantes y con todos sus animales. Pero aun si Noé, Daniel y Job vivieran en ese país, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos se salvarían, pues eran hombres justos. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra». Dios también me dijo: «Mi castigo contra Jerusalén será peor cuando envíe contra ella mis cuatro castigos mortales: la guerra, el hambre, las bestias salvajes y las enfermedades. Con estos cuatro castigos destruiré a todos sus habitantes y a sus animales. Sin embargo, haré que algunos de ellos queden con vida. Lograrán escapar con sus hijos y sus hijas, y se irán a Babilonia, donde están ustedes. Cuando lleguen allá, ustedes se darán cuenta del comportamiento de ellos, y me darán la razón por haber castigado así a Jerusalén. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra».

Ezequiel 14:1-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Algunos de los ancianos de Israel vinieron a verme, y se sentaron delante de mí. Entonces la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: «Hijo de hombre, en lo íntimo de su corazón estos hombres adoran a los ídolos. ¡En la cara se les ve el tropiezo de su maldad! ¿Y todavía he de permitir que vengan a consultarme? Habla con ellos, pero diles de mi parte que yo, el Señor su Dios, he dicho: “A los israelitas que en lo íntimo de su corazón adoren a los ídolos y lleven marcado en el rostro el tropiezo de su maldad, y vengan a consultar al profeta, yo el Señor les responderé conforme a la multitud de sus ídolos, y recuperaré el corazón del pueblo de Israel, pues por causa de sus ídolos se han apartado de mí.” »Por lo tanto, dile de mi parte al pueblo de Israel: “Apártense de sus ídolos y vuélvanse al Señor su Dios. Vuélvanles la espalda a todas sus acciones repugnantes.” Porque si algún israelita, o algún extranjero que habite en Israel, viene en busca del profeta para consultarlo y preguntarle por mí, yo mismo le responderé, si es que se ha apartado de mí, y en lo íntimo de su corazón adora a los ídolos, y lleva marcado en el rostro el tropiezo de su maldad. Yo me opondré a ese hombre, y lo pondré por ejemplo y escarmiento, y lo expulsaré de mi pueblo. Así sabrán que yo soy el Señor. »Y si el profeta es engañado y profetiza, será porque yo, el Señor, lo engañé. Así que descargaré mi mano sobre él, y lo expulsaré de mi pueblo Israel. Pero los dos recibirán el castigo de su maldad, lo mismo el profeta que quien lo haya consultado, para que el pueblo de Israel no se aparte más de mí ni se siga contaminando con todas sus rebeliones, sino que sea mi pueblo y yo sea su Dios.» —Palabra de Dios el Señor. La palabra del Señor vino a mí, y me dijo: «Hijo de hombre, si la tierra se obstinara en pecar contra mí, yo descargaría mi mano contra ella y le cortaría el abasto de pan para que sufriera de hambre, y acabaría con hombres y animales. En caso de que allí vivieran Noé, Daniel y Job, solo estos tres hombres se salvarían por su justicia. —Palabra de Dios el Señor. »Y si yo hiciera que los animales feroces recorrieran la tierra para asolarla, y esta quedara tan asolada que por causa de esas fieras nadie se atreviera a pasar por ella, yo, su Señor y Dios, les juro que, si estos tres hombres vivieran en la tierra, ni sus hijos ni sus hijas saldrían bien librados; solo ellos se salvarían, y la tierra quedaría desolada. »Y si yo mandara a la espada para atacar a la tierra, y le ordenara: “Espada, recorre la tierra y destruye a hombres y animales”, yo, su Señor y Dios, les juro que, si estos tres hombres vivieran en ella, ni sus hijos ni sus hijas saldrían bien librados; solo ellos se salvarían. »Y si yo enviara peste sobre la tierra y descargara sobre ella mi enojo y les quitara la vida a hombres y animales, yo, su Señor y Dios, les digo que si Noé, Daniel y Job vivieran en ella, ni sus hijos ni sus hijas saldrían bien librados; solo ellos se salvarían por su justicia.» Por lo tanto, así ha dicho Dios el Señor: «¿Y no será peor cuando yo envíe contra Jerusalén mis cuatro castigos terribles, es decir, la espada, el hambre, las fieras y la peste, para acabar con todos sus hombres y animales? Sin embargo, voy a dejar en ella un remanente de jóvenes y doncellas, que serán llevados a otro país. Pero ellos volverán a ustedes, y ustedes verán su conducta y sus acciones, y así se consolarán del mal que envié sobre Jerusalén y de todo lo que la hice sufrir. Cuando ustedes vean su conducta y sus acciones, reconocerán que había razón en todo lo que hice contra ella.» —Palabra de Dios el Señor.

Ezequiel 14:1-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Varios ancianos de Israel vinieron a verme para consultar al Señor. Entonces el Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Estos hombres se han entregado por completo al culto de sus ídolos y han puesto sus ojos en lo que les hace pecar. ¿Y acaso voy a permitir que me consulten? Habla con ellos y diles: “Esto dice el Señor: Todo israelita que se entregue al culto de los ídolos y ponga sus ojos en lo que les hace pecar, y que venga luego a consultar al profeta, tendrá de mi parte la respuesta que se merece por tener tantos ídolos.” »Yo les tocaré el corazón a todos los israelitas que se apartaron de mí por causa de sus ídolos. Por eso, diles a los israelitas: “Esto dice el Señor: Vuélvanse a mí, apártense de sus ídolos y dejen todas esas cosas detestables.” Si un israelita o un extranjero que viva en Israel se aparta de mí y se entrega por completo al culto de sus ídolos, y pone sus ojos en lo que le hace pecar, y luego recurre a un profeta para consultarme, yo mismo le daré la respuesta: Me enfrentaré con ese hombre y le daré un castigo ejemplar, algo de lo que todos hablen, y lo eliminaré de entre mi pueblo. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor. »Y si un profeta da un mensaje falso, es porque yo, el Señor, engañé a ese profeta; y yo levantaré mi mano para castigarlo y lo eliminaré de mi pueblo Israel. Tanto el hombre que hace la consulta como el profeta serán castigados por su pecado, para que el pueblo de Israel no vuelva jamás a apartarse de mí ni a mancharse con esos crímenes. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. Yo, el Señor, lo afirmo.» El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Si un país peca contra mí y me es infiel, yo levantaré la mano para castigarlo y le quitaré sus provisiones de alimento; enviaré hambre sobre él, y haré que mueran hombres y animales. Y si en ese país vivieran Noé, Danel y Job, solo ellos tres se salvarían por ser justos. Yo, el Señor, lo afirmo. »Y si envío animales feroces a un país, para que maten a sus habitantes y lo conviertan en un desierto donde nadie se atreva a pasar por miedo a las fieras, si vivieran allí esos tres hombres, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas; solo ellos se salvarían, y el país quedaría convertido en un desierto. Yo, el Señor, lo juro por mi vida. »Y si hago venir la guerra sobre todo ese país y ordeno la muerte de hombres y animales, si vivieran allí esos tres hombres, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas; solo ellos se salvarían. Yo, el Señor, lo juro por mi vida. »Y si envío enfermedades a ese país, y en mi ira siembro allí la muerte y hago que mueran hombres y animales, si vivieran allí Noé, Danel y Job, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas; solo ellos se salvarían por ser justos. Yo, el Señor, lo juro por mi vida. »Yo, el Señor, digo: Peor todavía será cuando yo mande contra Jerusalén mis cuatro castigos terribles: la guerra, el hambre, los animales salvajes y las enfermedades, y mate a hombres y animales. Solo unos cuantos quedarán con vida y podrán salir de allí con sus hijos e hijas. Cuando ellos vayan a ustedes, ustedes verán cómo se han portado y las cosas que han hecho, y se consolarán del castigo que hice venir sobre Jerusalén. Se consolarán al ver cómo se han portado ellos y las cosas que han hecho. Entonces reconocerán ustedes que no me faltaba motivo para hacer todo lo que hice con Jerusalén. Yo, el Señor, lo afirmo.»

Ezequiel 14:1-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos. Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le responderé por mí mismo; y pondré mi rostro contra aquel hombre, y le pondré por señal y por escarmiento, y lo cortaré de en medio de mi pueblo; y sabréis que yo soy Jehová. Y cuando el profeta fuere engañado y hablare palabra, yo Jehová engañé al tal profeta; y extenderé mi mano contra él, y lo destruiré de en medio de mi pueblo Israel. Y llevarán ambos el castigo de su maldad; como la maldad del que consultare, así será la maldad del profeta, para que la casa de Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se contamine más en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea por Dios, dice Jehová el Señor. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Y si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la asolaren, y quedare desolada de modo que no haya quien pase a causa de las fieras, y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas librarían; ellos solos serían librados, y la tierra quedaría desolada. O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias, y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos serían librados. O si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias, y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas. Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando yo enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, hambre, fieras y pestilencia, para cortar de ella hombres y bestias? Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos vendrán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella. Y os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y conoceréis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella, dice Jehová el Señor.

Ezequiel 14:1-23 La Biblia de las Américas (LBLA)

Entonces vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mí. Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus ídolos en su corazón, y han puesto delante de su rostro lo que los hace caer en su iniquidad. ¿Me dejaré yo consultar por ellos? Por tanto, háblales y diles: «Así dice el Señor DIOS: “Cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su corazón, y que ponga delante de su rostro lo que lo hace caer en su iniquidad, y después venga al profeta, yo, el SEÑOR, le responderé entonces de acuerdo con la multitud de sus ídolos, a fin de alcanzar a la casa de Israel en sus corazones, que están apartados de mí a causa de todos sus ídolos” ». Por tanto, di a la casa de Israel: «Así dice el Señor DIOS: “Arrepentíos y apartaos de vuestros ídolos, y de todas vuestras abominaciones apartad vuestros rostros. Porque a cualquiera de la casa de Israel, o de los forasteros que residen en Israel, que se aleje de mí y erija sus ídolos en su corazón, que ponga delante de su rostro lo que lo hace caer en su iniquidad, y después venga al profeta para consultarme por medio de él, yo, el SEÑOR, le responderé por mí mismo. Y pondré mi rostro contra ese hombre, haré de él señal y proverbio, y lo cortaré de en medio de mi pueblo; y sabréis que yo soy el SEÑOR. Pero si el profeta se deja engañar y dice algo, soy yo, el SEÑOR, el que he engañado a ese profeta, y extenderé mi mano contra él y lo exterminaré de en medio de mi pueblo Israel. Llevarán ambos el castigo de su iniquidad; como la iniquidad del que consulta será la iniquidad del profeta, a fin de que la casa de Israel no se desvíe más de mí ni se contamine más con todas sus transgresiones. Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios” » —declara el Señor DIOS. Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad, y yo extiendo mi mano contra él, destruyo su provisión de pan y envío hambre contra él y corto de él hombres y animales, y aunque estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, estuvieran en medio de ese país, ellos, por su justicia, solo se salvarían a sí mismos —declara el Señor DIOS. Si yo hiciera pasar por la tierra fieras y ellas la despoblaran, y se volviera desolada sin que nadie pasara por ella a causa de las fieras, aunque estos tres hombres estuvieran en medio de ella, vivo yo —declara el Señor DIOS—, ni a sus hijos ni a sus hijas podrían salvar; solo ellos se salvarían, pero el país quedaría desolado. O si yo trajera la espada contra ese país, y dijera: «Pase la espada por el país», y corto de él hombres y animales, y estos tres hombres estuvieran en medio de él, vivo yo —declara el Señor DIOS—, que no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas; sino que solo ellos se salvarían. O si yo enviara una plaga contra ese país y derramara mi furor sobre él con sangre, para cortar de él hombres y animales, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran en medio de él, vivo yo —declara el Señor DIOS—, que ni a su hijo ni a su hija podrían salvar; ellos, por su justicia, solo se salvarían a sí mismos. Porque así dice el Señor DIOS: ¡Cuánto más cuando yo envíe mis cuatro terribles juicios contra Jerusalén: espada, hambre, fieras y plaga para cortar de ella hombres y animales! Sin embargo, he aquí, en ella quedarán sobrevivientes, hijos e hijas que serán sacados. He aquí, saldrán hacia vosotros y veréis su conducta y sus obras; entonces seréis consolados de la calamidad que he traído contra Jerusalén, de todo lo que he traído sobre ella. Y ellos os consolarán cuando veáis sus caminos y sus obras, y sabréis que no he hecho en vano lo que hice en ella —declara el Señor DIOS.

Ezequiel 14:1-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Después me visitaron algunos de los líderes de Israel y, mientras estaban sentados conmigo, recibí este mensaje del SEÑOR: «Hijo de hombre, estos líderes han levantado ídolos en su corazón. Se han entregado a cosas que los harán caer en pecado. ¿Por qué habría de escuchar sus peticiones? Diles: “Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘Los israelitas han levantado ídolos en su corazón y han caído en pecado y después corren a consultar a un profeta. Así que yo, el SEÑOR, les daré la clase de respuesta que merece su gran idolatría, a fin de conquistar la mente y el corazón de mi pueblo que me ha abandonado para rendir culto a sus ídolos detestables’”. »Por lo tanto, diles a los israelitas: “Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘Arrepiéntanse y abandonen sus ídolos, y dejen de cometer ya sus pecados detestables. Yo, el SEÑOR, les responderé a todos —sean israelitas o extranjeros— los que me rechazan y levantan ídolos en su corazón y así caen en pecado, y después van a consultar a un profeta en busca de mi consejo. Me pondré en contra de esas personas y haré de ellas un ejemplo espantoso cuando las elimine de mi pueblo. Entonces ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR. »”’Además, si un profeta es engañado para que dé un mensaje, es porque yo, el SEÑOR, engañé a ese profeta. Alzaré mi puño contra esos profetas y los eliminaré de la comunidad de Israel. Tanto los falsos profetas como quienes los consultan serán castigados por sus pecados. De este modo, los israelitas aprenderán a no alejarse de mí y por tanto a no contaminarse con el pecado. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!’”». SEÑOR Luego recibí este mensaje del SEÑOR: «Hijo de hombre, supongamos que los habitantes de un país pecaran contra mí y yo alzara mi puño para aplastarlos al cortarles la provisión de alimento y al hacerles pasar un hambre que destruyera tanto a personas como a animales. Aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, su justicia los salvaría solo a ellos y no a ningún otro, dice el SEÑOR Soberano. »O supongamos que yo les enviara animales salvajes que invadieran el país, mataran a los habitantes y dejaran la tierra desolada y demasiado peligrosa para ser transitada. Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Se salvarían solo ellos tres, pero la tierra quedaría desolada. »O supongamos que yo provocara guerra contra el país y mandara ejércitos enemigos para destruir tanto a personas como a animales. Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían. »O supongamos que yo derramara mi furia y enviara una epidemia al país que matara tanto a personas como a animales. Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían por causa de su justicia. »Ahora esto dice el SEÑOR Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén —guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades— y destruyan a todos sus habitantes y a los animales! Sin embargo, habrá sobrevivientes, quienes vendrán aquí, desterrados como ustedes en Babilonia. Ustedes verán con sus propios ojos lo perversos que ellos son y entonces no se sentirán tan mal por lo que hice en Jerusalén. Cuando se reúnan con ellos y vean cómo se comportan, entenderán que lo que hice a Israel no fue sin motivo. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!».