Ezequiel 11:19-20
Ezequiel 11:19-20 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Yo les daré un corazón sincero y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen y pondré en ellos un corazón de carne, para que cumplan mis estatutos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Yo haré que ellos cambien su manera de pensar y su manera de adorarme. Haré que dejen de ser tercos y testarudos, y los haré leales y obedientes. Entonces obedecerán mis mandamientos y vivirán como les he ordenado que vivan. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pondré en ellos un corazón y un espíritu nuevo. Les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les daré un corazón sensible, para que sigan mis ordenanzas y cumplan mis decretos. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Yo les quitaré ese corazón duro como la piedra, y les daré un nuevo corazón y un nuevo espíritu. Entonces vivirán de acuerdo con mis leyes y decretos, y los pondrán en práctica. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
Ezequiel 11:19-20 La Biblia de las Américas (LBLA)
Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Les daré integridad de corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Les quitaré su terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo, para que obedezcan mis decretos y ordenanzas. Entonces, verdaderamente serán mi pueblo y yo seré su Dios.