Éxodo 12:1-42
Éxodo 12:1-42 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
En Egipto el SEÑOR habló con Moisés y Aarón. Les dijo: «Este mes será para ustedes el primero; será el primer mes del año. Hablen con toda la comunidad de Israel y díganles que el día décimo de este mes todos ustedes tomarán un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Si alguna familia es demasiado pequeña para comerse un cordero o un cabrito entero, deberá compartirlo con sus vecinos más cercanos, teniendo en cuenta el número de personas que sean y las raciones de cordero que se necesiten, según lo que cada persona haya de comer. El animal que se escoja puede ser un cordero o un cabrito de un año y sin defecto, al que cuidarán hasta el catorce del mes, día en que la comunidad de Israel en pleno lo sacrificará al caer la noche. Tomarán luego algo de esa sangre y la untarán en los dos postes y en el dintel de la puerta de la casa donde coman el cordero. Deberán comer la carne esa misma noche, asada al fuego y acompañada de hierbas amargas y pan sin levadura. No deberán comerla cruda ni hervida, sino asada al fuego, junto con la cabeza, las patas y los intestinos. Y no deben dejar nada para mañana. En caso de que algo quede, lo quemarán al día siguiente. Comerán el cordero de este modo: con el manto ceñido a la cintura, con las sandalias puestas, con la vara en la mano y de prisa. Se trata de la Pascua del SEÑOR. »Esa misma noche pasaré por todo Egipto y heriré de muerte a todos los primogénitos, tanto de personas como de animales, y ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el SEÑOR. La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se encuentren, pues al verla pasaré de largo. Así, cuando hiera yo de muerte a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga destructora. »Este es un día que deberán conmemorar. Es una fiesta en honor del SEÑOR, y las generaciones futuras deberán celebrarla —será un estatuto perpetuo. Durante siete días comerán pan sin levadura, de modo que deben retirar de sus casas la levadura el primer día. Todo el que coma algo con levadura desde el día primero hasta el séptimo será eliminado de Israel. Celebrarán una asamblea sagrada el día primero y otra el día séptimo. En todo ese tiempo no harán ningún trabajo, excepto preparar los alimentos que cada uno haya de comer. Solo eso podrán hacer. »Celebrarán la fiesta de los Panes sin levadura, porque fue ese día cuando los saqué de Egipto formados en escuadrones. Celebrarán ese día como un estatuto perpetuo para las generaciones futuras. Comerán pan sin levadura desde la tarde del día catorce del mes primero hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes. Durante siete días no tendrán levadura en sus casas. Todo el que coma algo con levadura, sea extranjero o israelita, será eliminado de la comunidad de Israel. No coman nada que tenga levadura. Dondequiera que vivan ustedes, comerán pan sin levadura». Convocó entonces Moisés a todos los jefes israelitas y dijo: «Vayan enseguida a sus rebaños, escojan el cordero para sus respectivas familias y mátenlo para celebrar la Pascua. Tomen luego un manojo de ramas de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la vasija, unten de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de ustedes de su casa hasta la mañana siguiente! Cuando el SEÑOR pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el SEÑOR que el exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera. »Obedezcan estas instrucciones. Será un estatuto perpetuo para ustedes y para sus hijos. Cuando entren en la tierra que el SEÑOR ha prometido darles, ustedes seguirán celebrando esta ceremonia. Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significa para ustedes esta ceremonia?”, responderán: “Este sacrificio es la Pascua del SEÑOR, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero salvó la vida de nuestras familias”». Al oír esto, los israelitas se postraron y adoraron al SEÑOR, luego fueron y cumplieron al pie de la letra lo que el SEÑOR había ordenado a Moisés y a Aarón. A medianoche el SEÑOR hirió de muerte a todos los primogénitos egipcios, desde el primogénito del faraón en el trono hasta el primogénito del preso en la cárcel, así como a las primeras crías de todo el ganado. Todos en Egipto se levantaron esa noche, lo mismo el faraón que sus funcionarios, y hubo grandes lamentos en el país. No había una sola casa egipcia donde no hubiera algún muerto. Esa misma noche, mandó llamar el faraón a Moisés y a Aarón y les ordenó: «¡Largo de aquí! ¡Aléjense de mi pueblo ustedes y los israelitas! ¡Vayan a adorar al SEÑOR, como lo han estado pidiendo! Llévense también sus ovejas y sus vacas, como lo han pedido, ¡pero váyanse ya, que para mí será una bendición!». El pueblo egipcio, por su parte, instaba a los israelitas a que abandonaran pronto el país. «De lo contrario —decían—, ¡podemos darnos por muertos!». Entonces los israelitas tomaron las bandejas de masa todavía sin leudar y, luego de envolverlas en sus ropas, se las echaron al hombro. Después, siguiendo las instrucciones que Moisés había dado, pidieron a los egipcios que les dieran objetos de oro y de plata, y también ropa. El SEÑOR hizo que los egipcios vieran con buenos ojos a los israelitas, así que les dieron todo lo que pedían. De este modo, los israelitas despojaron por completo a los egipcios. Los israelitas partieron de Ramsés, en dirección a Sucot. Sin contar a las mujeres y a los niños, eran unos seiscientos mil hombres de a pie. Con ellos salió también toda clase de gente y grandes manadas de ganado, tanto de ovejas como de vacas. Con la masa que sacaron de Egipto cocieron panes sin levadura, pues la masa aún no había fermentado. Como los echaron de Egipto, no tuvieron tiempo de preparar comida. Los israelitas habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años. Precisamente el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años, todos los escuadrones del SEÑOR salieron de Egipto. Aquella noche el SEÑOR la pasó en vela para sacar de Egipto a los israelitas. Por eso también las generaciones futuras de israelitas deben pasar esa noche en vela, en honor del SEÑOR.
Éxodo 12:1-42 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando Moisés y Aarón aún estaban en Egipto, Dios les dijo: «Este mes será para ustedes el primer mes del año, y el más importante. Digan a todos los israelitas que el día diez de este mes cada familia debe apartar un cordero o un cabrito para comérselo. Los animales deben ser machos, de tan solo un año de edad, y sin ningún defecto. Pero asegúrense de que el animal que elijan alcance para todos, pues cada miembro de la familia debe comer lo acostumbrado. Si alguna familia es muy pequeña como para comerse todo el animal, deberá compartirlo con la familia vecina. »Cuando cada familia haya apartado su animal, deberá guardarlo hasta el día catorce de este mes, y ese día al atardecer lo matará. Una vez que se reúnan para comer, tomarán un poco de sangre del animal y la untarán en el marco de la puerta de la casa. Esa noche comerán la carne del animal asada al fuego, acompañada de pan sin levadura y hierbas amargas. Pero no vayan a comerse la carne cruda o hervida; tienen que asarla al fuego, y comerse la cabeza, las patas y las tripas. »Además, deben comer rápidamente, con la ropa y las sandalias puestas, y la vara en la mano, como si estuvieran apurados por salir. No deben guardar nada para el día siguiente, porque es la fiesta de la Pascua en mi honor; lo que les sobre, deberán quemarlo. »Esa noche recorreré todo Egipto y mataré a todos los hijos mayores de cada familia egipcia, sea hombre o animal. Yo soy el Dios de Israel, y les daré su merecido a los dioses de Egipto. Pero ustedes los israelitas no deben tener miedo; la sangre que van a untar en los marcos de las puertas me servirá de señal. Cuando yo la vea, no les haré ningún daño a sus hijos mayores, sino que pasaré de largo. »De ahora en adelante, todos ustedes deberán celebrar esta fiesta en mi honor, para recordar el día en que los saqué de Egipto. La fiesta durará siete días, desde el atardecer del día catorce hasta el atardecer del día veintiuno. En esa semana celebrarán dos reuniones especiales, una en el primer día y otra en el séptimo. Dondequiera que ustedes vivan, durante esos siete días comerán pan sin levadura. Desde el primer día de la fiesta, y hasta el último, no deberán tener en su casa ni un pedacito de masa con levadura. El que coma pan con levadura durante estos siete días, sea extranjero o israelita, será expulsado de entre ustedes. Además, durante esos siete días no deberán hacer ningún trabajo; lo único que podrán hacer es preparar su propia comida. Esta será una ley permanente». Moisés llamó a los jefes israelitas y les dijo: «Vaya cada uno de ustedes a buscar un cordero para su familia, y mátenlo para celebrar la cena de la Pascua. Echen la sangre del cordero en una vasija, tomen luego unas ramas de hisopo y unten con ellas la sangre en los marcos de las puertas de sus casas. Después de esto, nadie deberá salir de su casa hasta el día siguiente. Así, cuando nuestro Dios recorra el país para quitarles la vida a los hijos mayores de los egipcios, verá la sangre en los marcos de las puertas y pasará de largo. Dios no permitirá que muera ninguno de ustedes. »De ahora en adelante, ustedes los israelitas tendrán la obligación de obedecer siempre estas instrucciones que Dios les ha dado. Cuando vivan en la tierra que Dios prometió darles, celebrarán esta misma ceremonia todos los años. Y cuando sus hijos les pregunten qué significa esta fiesta, ustedes les dirán: “Esta cena es la Pascua que celebramos en honor de nuestro Dios. Cuando él recorrió todo Egipto para matar a los hijos mayores de los egipcios, pasó de largo frente a nuestras casas y nos libró de la muerte”». Cuando Moisés terminó de hablar, todos los israelitas se arrodillaron y adoraron a Dios, y luego hicieron lo que Dios les había ordenado a Moisés y a Aarón. A la medianoche Dios les quitó la vida a todos los hijos mayores de los egipcios. Murieron todos, desde el hijo mayor del rey, que habría de reinar después, hasta el hijo mayor del que estaba preso en la cárcel. También murieron todas las primeras crías de todos los animales egipcios. Esa noche se levantaron el rey y sus consejeros, y los egipcios lloraban a gritos, pues no había una sola casa donde no hubiera muerto un hijo mayor. Esa misma noche, el rey mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: «¡Váyanse lejos de mi pueblo! ¡Váyanse ustedes y todos los israelitas, y adoren a su Dios como lo han estado pidiendo! ¡Llévense sus ovejas y sus vacas, como lo han pedido, y váyanse de aquí! ¡Y pídanle a Dios que no me castigue!» También los egipcios apuraban a los israelitas, pues pensaban que todos iban a morir. Los israelitas, por su parte, tomaron la masa sin levadura, la envolvieron en sus mantos, y con recipientes y todo se la echaron al hombro. Además, a los egipcios les pidieron ropa y objetos de plata y de oro, tal como lo había ordenado Moisés. Dios hizo que los egipcios trataran bien a los israelitas, y que les dieran todo lo que pedían. Así fue como los israelitas les quitaron a los egipcios todas sus pertenencias. Los israelitas viajaron a pie desde el pueblo de Ramsés hasta el pueblo de Sucot. Eran como seiscientos mil varones, más las mujeres y los niños. Al salir, se llevaron una gran cantidad de ovejas y vacas, y también salió con ellos muchísima gente de otros países. Salieron de Egipto con tanta prisa que no tuvieron tiempo ni de preparar comida. Por eso tomaron la masa sin levadura que sacaron de Egipto, y con ella hicieron pan. El pueblo de Dios salió de Egipto precisamente el día en que se cumplían cuatrocientos treinta años de haber vivido allí. Toda esa noche Dios estuvo pendiente de ellos para protegerlos y sacarlos a salvo de Egipto. Por eso, y en recuerdo de lo que Dios hizo por ellos, desde entonces ningún israelita duerme durante la celebración de la Pascua.
Éxodo 12:1-42 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El Señor habló con Moisés y Aarón en la tierra de Egipto, y les dijo: «Este mes marcará el principio de los meses. Será para ustedes el primer mes del año. Hablen con toda la congregación de Israel, y díganle: “El día diez de este mes, cada uno de ustedes debe tomar un cordero por familia, según las familias de los padres.” Si la familia es tan pequeña como para no comerse todo el cordero, entonces esa familia y sus vecinos más cercanos tomarán un cordero, según el número de personas. Calcularán el cordero según lo que cada persona pueda comer. El animal debe ser macho, de un año y sin ningún defecto, y lo tomarán de las ovejas o de las cabras. Lo apartarán hasta el día catorce de este mes, y toda la congregación de Israel lo sacrificará entre la tarde y la noche. Tomarán un poco de sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo vayan a comer. Lo comerán esa noche, asando la carne al fuego y acompañando la carne con panes sin levadura y hierbas amargas. La carne no debe estar cruda ni ser cocida en agua, sino asada al fuego, junto con la cabeza, las patas y las entrañas. No dejarán nada del cordero para el día siguiente; si algo queda hasta el día siguiente lo quemarán por completo. Deben comer el cordero vestidos y calzados, y con el bordón en la mano, y comerlo de prisa; se trata de la pascua del Señor. Esa noche yo, el Señor, pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primogénito egipcio, tanto de sus hombres como de sus animales, y también dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Y cuando hiera yo la tierra de Egipto, la sangre en las casas donde ustedes se encuentren les servirá de señal, pues yo veré la sangre y seguiré adelante, y no habrá entre ustedes ninguna plaga de mortandad. »Este día deberán recordarlo y celebrarlo generación tras generación, como fiesta solemne en honor del Señor. Es un estatuto perpetuo que deben celebrar. Durante siete días comerán panes sin levadura, y desde el primer día no deberán tener levadura en sus casas, porque todo el que coma pan leudado desde el primer día hasta el séptimo, será expulsado de Israel. El primer día habrá una convocación solemne, lo mismo que el día séptimo. No se hará en ellos ningún trabajo, a no ser lo que cada uno deba preparar para comer. Deberán celebrar esta fiesta de los panes sin levadura, porque fue en este día cuando los saqué a todos ustedes de Egipto. Por lo tanto, sus generaciones futuras deberán cumplir con este mandamiento como costumbre perpetua. Desde el día catorce del mes primero por la tarde, y hasta el día veintiuno por la tarde de ese mismo mes primero, comerán panes sin levadura. Durante siete días no deben tener levadura en sus casas. Cualquiera que coma pan leudado, sea extranjero o nacido en el país, será expulsado de la congregación de Israel. No deben comer nada que tenga levadura. Dondequiera que ustedes vivan, deberán comer panes sin levadura.» Entonces Moisés llamó a todos los ancianos de Israel y les dijo: «Vayan y tomen un cordero por cada familia, y sacrifíquenlo para la pascua. Tomen un manojo de hisopo y mójenlo en la sangre que deberán haber recogido en un recipiente, y unten el dintel y los dos postes con esa sangre. Ninguno de ustedes debe salir de su casa hasta el día siguiente, porque el Señor pasará y herirá de muerte a los egipcios; pero, cuando él pase y vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará por alto aquella puerta y no dejará que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera. »Este será un estatuto perpetuo, que ustedes y sus hijos deberán cumplir siempre. Cuando ustedes entren en la tierra que el Señor les ha prometido, deberán seguir cumpliéndolo. Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué sentido tiene para ustedes este estatuto?”, ustedes les responderán: “Se trata del sacrificio que se ofrece al Señor como recuerdo de la pascua, es decir, cuando en Egipto el Señor pasó por alto las casas israelitas y nos salvó la vida, pero hirió de muerte a los egipcios.”» Entonces los israelitas se inclinaron y adoraron, y luego fueron y cumplieron con todo lo que el Señor les había ordenado a Moisés y a Aarón. A la medianoche, el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, lo mismo al primogénito del faraón que ocupaba el trono que al primogénito del que estaba cautivo en la cárcel, y a todas las primeras crías de los animales. Y esa misma noche el faraón se levantó, lo mismo que todos sus siervos y todos los egipcios, y en todo Egipto hubo un gran clamor, porque no había una casa donde no hubiera un muerto. Esa misma noche el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: «Apártense de mi pueblo, ustedes y los hijos de Israel, y vayan a servir al Señor, tal y como lo han pedido. Llévense también sus ovejas y sus vacas, como lo han pedido, y váyanse. ¡Y bendíganme también a mí!» Los egipcios ya se daban por muertos, así que apremiaban a los israelitas para que se dieran prisa y abandonaran el país. Los israelitas, por su parte, envolvieron su masa en sábanas y se la echaron al hombro, para llevársela antes de que fermentara. Además, hicieron lo que Moisés les había ordenado y pidieron a los egipcios que les dieran alhajas de oro y plata, y vestidos, y el Señor hizo que los egipcios vieran a los israelitas con buenos ojos, y les daban todo lo que les pedían. Así fue como ellos despojaron a los egipcios. Los israelitas partieron de Ramesés a Sucot. Eran unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar a los niños. Con ellos se fue toda clase de gente, y ovejas, y muchísimo ganado. Como no habían tenido tiempo ni para prepararse comida cuando los egipcios los echaron fuera de Egipto, con la masa que habían sacado, la cual aún no había fermentado, cocieron tortas sin levadura. Los israelitas vivieron en Egipto cuatrocientos treinta años, y el mismo día en que se cumplieron esos cuatrocientos treinta años todo el pueblo del Señor salió de ese país. Esa noche el Señor sacó de Egipto a los hijos de Israel. Por lo tanto, todos ellos y sus generaciones futuras deben recordarla.
Éxodo 12:1-42 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El Señor habló en Egipto con Moisés y Aarón, y les dijo: «Este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad israelita lo siguiente: “El día diez de este mes, cada uno de ustedes tomará un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Y si la familia es demasiado pequeña para comerse todo el animal, entonces el dueño de la casa y su vecino más cercano lo comerán juntos, repartiéndoselo según el número de personas que haya y la cantidad que cada uno pueda comer. El animal deberá ser de un año, macho y sin defecto, y podrá ser un cordero o un cabrito. Lo guardarán hasta el catorce de este mes, y ese día todos y cada uno en Israel lo matarán al atardecer. Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal. Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura. No coman ni un solo pedazo crudo o hervido. Todo el animal, lo mismo la cabeza que las patas y las entrañas, tiene que ser asado al fuego, y no deben dejar nada para el día siguiente. Si algo se queda, deberán quemarlo. Ya vestidos y calzados, y con el bastón en la mano, coman de prisa el animal, porque es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por todo Egipto, y heriré de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a las primeras crías de sus animales, y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho. »”La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo. Este es un día que ustedes deberán recordar y celebrar con una gran fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos. Comerán pan sin levadura durante siete días; por lo tanto, desde el primer día no deberá haber levadura en sus casas. Cualquiera que coma pan con levadura durante estos siete días, será eliminado del pueblo de Israel. Tanto el primer día como el séptimo deberán dedicarlos a una reunión santa. Esos días no se trabajará, a no ser para preparar la comida de cada persona. La fiesta de los panes sin levadura es un día que ustedes deberán celebrar, porque en ese mismo día los saqué de Egipto a todos ustedes. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos. Comerán pan sin levadura desde la tarde del día catorce del primer mes hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes. No deberá haber levadura en sus casas durante siete días, porque cualquiera que coma pan con levadura será eliminado de la comunidad israelita, tanto si es extranjero como si es del país. Por lo tanto, no coman nada que tenga levadura. Dondequiera que ustedes vivan, deberán comer pan sin levadura.”» Moisés mandó llamar a todos los ancianos israelitas y les dijo: «Vayan y tomen un cordero o un cabrito para sus familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. La sangre debe quedar en una palangana; tomen después un manojo de ramas de hisopo, mójenlo en la sangre, y unten la sangre por todo el marco de la puerta de la casa. Ninguno de ustedes debe salir de su casa antes del amanecer. Cuando el Señor pase para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre por todo el marco de la puerta, y pasará de largo por esa casa. Así el Señor no dejará que el destructor entre en las casas de ustedes. Esta orden la respetarán ustedes y sus descendientes, como una ley eterna. Cuando ustedes hayan entrado ya en la tierra que el Señor les va a dar, tal como lo ha prometido, deberán seguir celebrando esta ceremonia. Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significa esta ceremonia?”, ustedes deberán contestar: “Este animal se sacrifica en la Pascua, en honor del Señor. Cuando él hirió de muerte a los egipcios, pasó de largo por las casas de los israelitas que vivían en Egipto, y así salvó a nuestras familias.”» Entonces los israelitas se inclinaron en actitud de adoración, y luego fueron e hicieron todo tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés y Aarón. A medianoche el Señor hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia, lo mismo al hijo mayor del faraón que ocupaba el trono, que al hijo mayor del que estaba preso en la cárcel, y también a las primeras crías de los animales. El faraón, sus funcionarios, y todos los egipcios, se levantaron esa noche, y hubo grandes gritos de dolor en todo Egipto. No había una sola casa donde no hubiera algún muerto. Esa misma noche el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: —Váyanse, apártense de mi gente, ustedes y los israelitas. Vayan a adorar al Señor, tal como dijeron. Llévense también sus ovejas y vacas, como querían, y váyanse. Y rueguen a Dios por mí. Los egipcios apuraron a los israelitas para que se fueran pronto de su país, pues pensaban que todos iban a morir. Los israelitas sacaron la masa, todavía sin levadura, y con artesa y todo la envolvieron en sus ropas y se la echaron al hombro. Además, siguiendo las órdenes de Moisés, les pidieron a los egipcios objetos de oro y plata, y vestidos. El Señor hizo que los egipcios dieran de buena gana todo lo que los israelitas pedían, y así los israelitas despojaron a los egipcios. Los israelitas salieron de Ramsés a Sucot. Sin contar mujeres y niños, eran como seiscientos mil hombres de a pie, en edad militar. Con ellos se fue muchísima gente de toda clase, además de muchas ovejas y vacas. Como no habían tenido tiempo de preparar comida, pues los egipcios los habían echado de su país, hicieron tortas sin levadura con la masa que habían sacado de Egipto, la cual estaba sin fermentar. Los israelitas habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años, y el mismo día en que se cumplieron los cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos del Señor salieron de aquel país. Esa noche el Señor estuvo vigilante para sacarlos de Egipto. Esa es la noche del Señor, la noche en que, en su honor, los israelitas también deberán estar vigilantes, generación tras generación.
Éxodo 12:1-42 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero en los meses del año. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la pascua de Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto. Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer. Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura. Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir. Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró. Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón. Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto. E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí. Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos. Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros. E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios. Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida. El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto. Es noche de guardar para Jehová, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para Jehová todos los hijos de Israel en sus generaciones.
Éxodo 12:1-42 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: «El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa. Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero. El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer. Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman. Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas. No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas. Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego. Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del SEÑOR. Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR. Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando yo hiera la tierra de Egipto. Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua. »Siete días comeréis panes sin levadura; además, desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será cortada de Israel. Y en el primer día tendréis una santa convocación, y otra santa convocación en el séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos, excepto lo que cada uno deba comer. Solo esto podréis hacer. Guardaréis también la fiesta de los panes sin levadura, porque en ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no habrá levadura en vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado, esa persona será cortada de la congregación de Israel, ya sea extranjero o nativo del país. No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis comeréis panes sin levadura». Entonces Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad del rebaño corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana. Pues el SEÑOR pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros. Y guardaréis esta ceremonia como ordenanza para vosotros y para vuestros hijos para siempre. Y cuando entréis a la tierra que el SEÑOR os dará, como ha prometido, guardaréis este rito. Y sucederá que cuando vuestros hijos os pregunten: «¿Qué significa este rito para vosotros?», vosotros diréis: «Es un sacrificio de la Pascua al SEÑOR, el cual pasó de largo las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas». Y el pueblo se postró y adoró. Los hijos de Israel fueron y lo hicieron así; tal como el SEÑOR había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. Y sucedió que a la medianoche, el SEÑOR hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito del ganado. Y se levantó Faraón en la noche, él con todos sus siervos y todos los egipcios; y hubo gran clamor en Egipto, porque no había hogar donde no hubiera alguien muerto. Entonces llamó a Moisés y a Aarón aún de noche, y dijo: Levantaos y salid de entre mi pueblo, vosotros y los hijos de Israel; e id, adorad al SEÑOR, como habéis dicho. Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacadas, como habéis dicho, e idos, y bendecidme también a mí. Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa en echarlos de la tierra, porque decían: Todos seremos muertos. Tomó, pues, el pueblo la masa, antes que fuera leudada, en sus artesas de amasar envueltas en paños, y se las llevaron sobre sus hombros. Los hijos de Israel hicieron según las instrucciones de Moisés, pues pidieron a los egipcios objetos de plata, objetos de oro y ropa. Y el SEÑOR hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios, que les concedieron lo que pedían. Así despojaron a los egipcios. Y partieron los hijos de Israel de Ramsés hacia Sucot, unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. Subió también con ellos una multitud mixta, juntamente con ovejas y vacadas, una gran cantidad de ganado. Y de la masa que habían sacado de Egipto, cocieron tortas de pan sin levadura, pues no se había leudado, ya que al ser echados de Egipto, no pudieron demorarse ni preparar alimentos para sí mismos. El tiempo que los hijos de Israel vivieron en Egipto fue de cuatrocientos treinta años. Y sucedió que al cabo de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos del SEÑOR salieron de la tierra de Egipto. Esta es noche de vigilia para el SEÑOR por haberlos sacado de la tierra de Egipto; esta noche es para el SEÑOR, para ser guardada por todos los hijos de Israel por todas sus generaciones.
Éxodo 12:1-42 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Mientras los israelitas todavía estaban en la tierra de Egipto, el SEÑOR dio las siguientes instrucciones a Moisés y a Aarón: «A partir de ahora, este mes será el primer mes del año para ustedes. Anuncien a toda la comunidad de Israel que el décimo día de este mes cada familia deberá seleccionar un cordero o un cabrito para hacer un sacrificio, un animal por cada casa. Si una familia es demasiado pequeña para comer el animal entero, lo compartirá con una familia vecina. Dividan el animal según el tamaño de cada familia y la cantidad que cada uno pueda comer. El animal seleccionado deberá ser un macho de oveja o de cabra, de un año y que no tenga ningún defecto. »Cuiden bien al animal seleccionado hasta la tarde del día catorce de este primer mes. Entonces toda la asamblea de la comunidad de Israel matará su cordero o cabrito al anochecer. Después tomarán parte de la sangre y la untarán en ambos lados y en la parte superior del marco de la puerta de la casa donde comen el animal. Esa misma noche, asarán la carne al fuego y la comerán acompañada de hojas verdes y amargas, y pan sin levadura. No comerán nada de la carne ni cruda ni hervida en agua. Asarán al fuego el animal entero con la cabeza, las patas y las entrañas. No dejen ninguna sobra para el día siguiente. Quemen todo lo que no hayan comido antes de la mañana. »Estas son las instrucciones para cuando coman esa comida: estén totalmente vestidos, lleven puestas las sandalias y tengan su bastón en la mano. Coman de prisa, porque es la Pascua del SEÑOR. Esa noche pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primer hijo varón y a la primera cría macho de los animales en la tierra de Egipto. Ejecutaré juicio contra todos los dioses de Egipto, ¡porque yo soy el SEÑOR! Pero la sangre sobre los marcos de las puertas servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo. Esa plaga de muerte no los tocará a ustedes cuando yo hiera la tierra de Egipto. »Este será un día para recordar. Cada año, de generación en generación, deberán celebrarlo como un festival especial al SEÑOR. Esta es una ley para siempre. Durante siete días, tendrán que preparar sin levadura todo el pan que coman. El primer día del festival, quiten de sus casas todo rastro de levadura. Cualquiera que coma pan con levadura en esos siete días del festival quedará excluido de la comunidad de Israel. El primer día del festival y también el séptimo, todo el pueblo celebrará un día oficial de asamblea santa. Está prohibido hacer cualquier tipo de trabajo en esos días excepto para la preparación de alimentos. »Celebren el Festival de los Panes sin Levadura, porque les recordará que este mismo día yo saqué a sus grandes multitudes de la tierra de Egipto. Ese festival será para ustedes una ley perpetua; celebren este día de generación en generación. Tendrán que preparar sin levadura todo el pan que coman desde la tarde del día catorce del primer mes hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes. Durante esos siete días, no debe haber ni un rastro de levadura en sus casas. Cualquiera que coma algo preparado con levadura durante esta semana será excluido de la comunidad de Israel. Estas ordenanzas se aplican tanto a los extranjeros que viven entre ustedes como a los israelitas de nacimiento. Durante esos días, no coman nada que tenga levadura. Dondequiera que vivan, coman pan únicamente sin levadura». Luego Moisés mandó llamar a todos los ancianos de Israel y les dijo: «Vayan y seleccionen un cordero o un cabrito por cada una de sus familias y maten el animal para la Pascua. Dejen escurrir la sangre en una vasija, después tomen un manojo de ramas de hisopo y mójenlo en la sangre. Con el hisopo unten la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta de sus casas. Que nadie salga de la casa hasta la mañana, pues el SEÑOR pasará por la región para herir de muerte a los egipcios. Pero cuando él vea la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta, el SEÑOR pasará esa casa de largo. No permitirá que su ángel de la muerte entre en las casas de ustedes y los hiera de muerte. »Recuerden que estas instrucciones son una ley perpetua que ustedes y sus descendientes deberán obedecer para siempre. Cuando entren en la tierra que el SEÑOR ha prometido darles, seguirán celebrando esta ceremonia. Entonces sus hijos preguntarán: “¿Qué significa esta ceremonia?”. Y ustedes contestarán: “Es el sacrificio de la Pascua del SEÑOR, porque él pasó de largo las casas de los israelitas en Egipto. Y aunque hirió de muerte a los egipcios, salvó a nuestras familias”». Cuando Moisés terminó de hablar, todos los presentes se postraron hasta el suelo y adoraron. Así que el pueblo de Israel hizo tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés y Aarón. Esa medianoche, el SEÑOR hirió de muerte a todos los primeros hijos varones de la tierra de Egipto, desde el hijo mayor del faraón, el que se sentaba en su trono, hasta el hijo mayor del preso en el calabozo. Incluso mató a las primeras crías de todos sus animales. Entonces el faraón, sus funcionarios y todo el pueblo de Egipto se despertaron durante la noche, y se oyó un lamento desgarrador por toda la tierra de Egipto. No había ni una sola casa donde alguien no hubiera muerto. Esa noche el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo a gritos: «¡Lárguense! ¡Váyanse! ¡Dejen en paz a mi pueblo —les ordenó— y llévense a todos los demás israelitas con ustedes! Vayan y adoren al SEÑOR como han pedido. Llévense sus rebaños y sus manadas, como dijeron, y márchense ya. Váyanse, pero bendíganme al salir». Todos los egipcios apresuraban al pueblo de Israel a que abandonara la tierra cuanto antes, porque pensaban: «¡Todos moriremos!». Entonces los israelitas se llevaron su masa de pan sin agregarle levadura. Envolvieron las tablas de amasar en sus mantos y las cargaron sobre los hombros. Los israelitas hicieron lo que Moisés les había indicado: pidieron a los egipcios ropa y objetos de plata y de oro. Y el SEÑOR hizo que los egipcios miraran con agrado a los israelitas, y dieron al pueblo de Israel todo lo que pidió. ¡Así despojaron a los egipcios de sus riquezas! Esa noche el pueblo de Israel salió de Ramsés y emprendió viaje hacia Sucot. Eran unos seiscientos mil hombres, además de las mujeres y los niños. Con ellos salió una gentuza que no era israelita, junto con grandes rebaños y manadas. Hornearon pan plano de la masa sin levadura que habían sacado de Egipto. La masa no tenía levadura porque los israelitas fueron expulsados de Egipto con tanto apuro que no tuvieron tiempo de preparar pan ni cualquier otro alimento. El pueblo de Israel había vivido cuatrocientos treinta años en Egipto. De hecho, fue precisamente el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años que toda esa gran multitud del SEÑOR salió de Egipto. Esa misma noche, el SEÑOR cumplió su promesa de sacar a su pueblo de la tierra de Egipto. Así que esa noche le pertenece a él y por eso todos los israelitas deberán conmemorarla cada año, de generación en generación.