Eclesiastés 9:4-5
Eclesiastés 9:4-5 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¿Por quién, pues, decidirse? Entre todos los vivos hay esperanza, pues vale más perro vivo que león muerto. Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada; tampoco tienen recompensa, pues su memoria cae en el olvido.
Eclesiastés 9:4-5 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
No hay mucho de dónde elegir, aunque «mientras haya vida hay esperanza», por eso digo, «más vale plebeyo vivo que rey muerto». Los que aún vivimos sabemos que un día habremos de morir, pero los muertos ya no saben nada ni esperan nada, y muy pronto son olvidados.
Eclesiastés 9:4-5 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Sin embargo, aún hay esperanza para todos los que viven, pues un perro vivo es mejor que un león muerto. Ciertamente, los que viven saben que un día morirán; pero los muertos nada saben ni nada esperan, porque su memoria queda en el olvido.
Eclesiastés 9:4-5 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Tiene más esperanza aquel a quien se concede seguir viviendo, pues vale más perro vivo que león muerto. Además, los que viven saben que han de morir, pero los muertos ni saben nada ni ganan nada, porque se les echa al olvido.
Eclesiastés 9:4-5 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
Eclesiastés 9:4-5 La Biblia de las Américas (LBLA)
Para cualquiera que está unido con los vivos, hay esperanza; ciertamente un perro vivo es mejor que un león muerto. Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni tienen ya ninguna recompensa, porque su memoria está olvidada.
Eclesiastés 9:4-5 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Hay esperanza solo para los que están vivos. Como se suele decir: «¡Más vale perro vivo que león muerto!». Los que están vivos al menos saben que un día van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no reciben más recompensas, y nadie los recuerda.