Daniel 3:22-23
Daniel 3:21-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Los hombres del rey ataron de inmediato a Sadrac, a Mesac y a Abed-nego. Como el rey quería que los echaran al horno enseguida, los hombres del rey les dejaron la misma ropa fina que traían puesta. Pero el horno estaba demasiado caliente, así que al momento en que arrojaron a los tres jóvenes al horno, el fuego alcanzó a los hombres del rey y los mató. Los jóvenes, en cambio, cayeron al horno atados.
Daniel 3:22-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Tan apremiante fue la orden del rey, y tan caliente estaba el horno, que las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego, los cuales, atados de pies y manos, cayeron dentro del horno en llamas.
Daniel 3:22-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La orden del rey fue tan apremiante, y el horno estaba tan candente, que las llamas mataron a quienes arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego, mientras los tres jóvenes caían atados dentro del candente horno de fuego.
Daniel 3:22-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Y como el rey había mandado que su orden se cumpliera al instante, y el horno estaba muy encendido, las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que habían arrojado en él a los tres jóvenes, los cuales cayeron atados dentro del horno.
Daniel 3:22-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
Daniel 3:22-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
Como la orden del rey era apremiante y el horno había sido calentado excesivamente, la llama del fuego mató a los que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Pero estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed-nego cayeron, atados, en medio del horno de fuego ardiente.
Daniel 3:22-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Ya que el rey, en su enojo, había exigido que el horno estuviera bien caliente, las llamas mataron a los soldados mientras arrojaban dentro a los tres hombres. De esa forma Sadrac, Mesac y Abed-nego, firmemente atados, cayeron a las rugientes llamas.