Daniel 2:1-45
Daniel 2:1-45 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños que lo perturbaban y no lo dejaban dormir. Mandó entonces que se reunieran los magos, hechiceros, adivinos y astrólogos de su reino para que le dijeran lo que había soñado. Una vez reunidos, y ya en presencia del rey, este les dijo: —Tuve un sueño que me perturba y quiero saber lo que significa. Los astrólogos respondieron en arameo: —¡Que viva el rey por siempre! Cuente el sueño a sus siervos y nosotros daremos su interpretación. Pero el rey respondió a los astrólogos: —Mi decisión ya está tomada: Si no me dicen lo que soñé ni me dan su interpretación, ordenaré que los corten en pedazos y que sus casas sean reducidas a cenizas. Pero si me dicen lo que soñé y me explican su significado, yo les daré regalos, recompensas y grandes honores. Por tanto, díganme el sueño y su interpretación. Una vez más ellos contestaron: —Cuente, oh rey, su sueño a sus siervos y nosotros lo interpretaremos. Pero el rey contestó: —Estoy seguro de que ustedes están tratando de ganar tiempo, porque se dan cuenta de que estoy firmemente decidido. Si no me dicen lo que soñé, ya saben lo que les espera. Ustedes se han puesto de acuerdo para salirme con cuestiones engañosas y malintencionadas, esperando que la situación cambie. Díganme lo que soñé y así sabré que son capaces de darme su interpretación. Entonces los astrólogos respondieron: —¡No hay nadie en la tierra capaz de hacer lo que el rey pide! ¡Jamás a ningún rey se le ha ocurrido pedirle tal cosa a ningún mago, hechicero o astrólogo! Lo que el rey pregunta es muy difícil. Nadie puede revelarlo a no ser los dioses, pero ellos no viven entre nosotros. Tanto enfureció al rey la respuesta de los astrólogos que mandó ejecutar a todos los sabios de Babilonia. Se publicó entonces un edicto que decretaba la muerte de todos los sabios, de modo que se ordenó la búsqueda de Daniel y de sus compañeros para que fueran ejecutados. Cuando el comandante de la guardia real, que se llamaba Arioc, salió para ejecutar a los sabios babilonios, Daniel le habló con mucho tacto y sensatez. Le dijo: «¿Por qué ha emitido el rey un edicto tan violento?». Y una vez que Arioc explicó cuál era el problema, Daniel fue a ver al rey y pidió tiempo para poder interpretarle su sueño. Después volvió a su casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que sucedía. Y les pidió que imploraran misericordia al Dios del cielo sobre este misterio, para que él y sus amigos no fueran ejecutados con el resto de los sabios de Babilonia. Durante la noche, el misterio fue revelado a Daniel en visión. Entonces alabó al Dios del cielo y dijo: «¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios! Suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría y a los inteligentes, discernimiento. Él revela lo profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras. ¡En él habita la luz! A ti, Dios de mis antepasados, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder; me has dado a conocer lo que te pedimos. ¡Nos has dado a conocer el sueño del rey!». Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había dado la orden de ejecutar a los sabios de Babilonia y dijo: —No mates a los sabios babilonios. Llévame ante el rey y le interpretaré el sueño que tuvo. Inmediatamente Arioc condujo a Daniel a la presencia del rey y dijo: —He hallado un hombre, entre los exiliados de Judá, que puede decir al rey lo que significa su sueño. El rey preguntó a Daniel, a quien los babilonios habían puesto por nombre Beltsasar: —¿Puedes decirme lo que vi en mi sueño y darme su interpretación? A esto Daniel respondió: —No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino, que pueda explicar al rey el misterio sobre el cual preguntó. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Él mostró al rey Nabucodonosor lo que sucederá en los días venideros. Estos son el sueño y las visiones que pasaron por su mente mientras dormía en su cama: »Cuando estaba en su cama, los pensamientos de Su Majestad se dirigieron a las cosas por venir y el que revela los misterios le mostró lo que está por suceder. Por lo que a mí toca, este misterio me ha sido revelado, no porque yo sea más sabio que el resto de la humanidad, sino para que Su Majestad llegue a conocer su interpretación y entienda lo que pasaba por su mente. »En su sueño, Su Majestad veía una estatua enorme, de tamaño impresionante y de aspecto asombroso. La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de bronce, y las piernas eran de hierro, lo mismo que la mitad de los pies, en tanto que la otra mitad era de barro cocido. De pronto, mientras usted contemplaba la estatua, una roca fue cortada, pero no por manos humanas. Esta golpeó e hizo pedazos los pies de hierro y barro de la estatua. Con ellos se hicieron añicos el hierro y el barro, junto con el bronce, la plata y el oro, que se volvieron como paja en la era del verano. El viento los barrió sin dejar rastro. Pero la roca que golpeó la estatua se convirtió en una montaña enorme que llenó toda la tierra. »Este fue el sueño y ahora lo interpretaremos al rey. Su Majestad es rey entre los reyes; el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la majestad y la gloria. Además, ha puesto en sus manos a la humanidad entera, a las bestias del campo y a las aves del cielo. No importa dónde vivan, Dios lo hizo el gobernante de todos ellos. Usted es la cabeza de oro. »Después surgirá otro reino inferior al suyo. Luego vendrá un tercer reino, que será de bronce y dominará sobre toda la tierra. Finalmente, vendrá un cuarto reino, sólido como el hierro. Y así como el hierro todo lo rompe, destroza y pulveriza, este cuarto reino hará polvo a los otros reinos. Usted veía que los pies y los dedos de la estatua eran mitad hierro y mitad barro cocido, pues será un reino dividido. Sin embargo, tendrá aún la fuerza del hierro, aunque haya visto hierro mezclado con barro. Y como los dedos de los pies eran mitad hierro y mitad barro, este reino será parcialmente fuerte y parcialmente débil. Y como el hierro mezclado con barro, así el pueblo será una mezcla y no permanecerá unido, como tampoco se unen el hierro y el barro. »En los días de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos. Este es el significado de la roca que fue cortada de la montaña no por manos humanas, que hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, a la plata y al oro. »El gran Dios ha mostrado a Su Majestad lo que tendrá lugar en el futuro. El sueño es verdadero y esta interpretación, digna de confianza».
Daniel 2:1-45 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
En cierta ocasión, Nabucodonosor tuvo unos sueños muy extraños, y se quedó tan inquieto que ya ni dormir podía. Entonces mandó llamar a todos los sabios y adivinos que había en su reino, pues quería que le dijeran qué significado tenían sus sueños. Cuando esto sucedió, Nabucodonosor llevaba dos años de ser rey. Los sabios y adivinos se presentaron ante el rey, y el rey les dijo: —Tuve un sueño, y me preocupa no saber lo que significa. Como los sabios hablaban arameo, le contestaron al rey en ese idioma: —Nosotros estamos para servir a Su Majestad, y le deseamos muchos años de vida. Si Su Majestad nos cuenta su sueño, nosotros le diremos lo que significa. El rey les contestó: —Ya he tomado una decisión. Si ustedes me dicen lo que soñé y lo que el sueño significa, yo les daré muchos regalos y haré que todos les rindan honores. Pero si no me dicen lo que soñé, ni lo que el sueño significa, mandaré que los partan en pedazos y que conviertan sus casas en basureros. Más les vale, entonces, decirme lo que soñé y lo que quiere decir. Los sabios volvieron a decirle: —Si Su Majestad nos cuenta lo que soñó, nosotros le diremos lo que significa. El rey les dijo: —Creo que ustedes quieren ganar tiempo. Se están poniendo de acuerdo para decirme puras mentiras. Pero mi decisión no va a cambiar. Díganme qué fue lo que soñé, y así sabré que son capaces de decirme lo que significa. Si no me lo dicen, mandaré que los castiguen a todos. Los sabios se defendieron: —Nunca ningún rey, por más poderoso que fuera, les ha pedido a sus sabios y adivinos responder a algo tan difícil. Ni hay nadie en el mundo capaz de adivinar lo que Su Majestad quiere saber. Tal vez los dioses podrían darle una respuesta, ¡pero ellos no viven en este mundo! Al oír esto, el rey se enojó mucho y mandó que mataran a todos los sabios que vivían en Babilonia, así que también buscaron a Daniel y a sus amigos, para matarlos. El jefe de los soldados del rey, que se llamaba Arioc, se dispuso a matar a todos los sabios de Babilonia, pero Daniel fue a verlo, y con mucho tacto le preguntó por qué había ordenado el rey matar a todos los sabios. En cuanto Arioc le explicó la razón de la orden, Daniel fue a hablar con el rey y se comprometió a explicarle el significado del sueño. Pero le dijo que, para eso, necesitaba un poco más de tiempo. Después fue a su casa, y allí les contó a sus amigos lo que pasaba. También les pidió que oraran a Dios por él, para que no les pasara nada ni a él ni a ellos, ni a los sabios de Babilonia. Esa misma noche, Dios ayudó a Daniel y le aclaró el misterio del sueño. Entonces Daniel bendijo a Dios con estas palabras: Dios mío, solo tú eres sabio y poderoso. ¡Bendito seas por siempre! Tú eres el Dios de la historia. Todo en el mundo sucede porque quieres que suceda. A unos los haces reinar, y a otros los quitas del trono. Tú haces que los sabios entiendan los misterios más profundos. Donde tú te encuentras no hay lugar para las sombras, porque la luz eres tú. A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has hecho entender qué fue lo que el rey soñó. Después de eso, Daniel fue a ver a Arioc y le dijo: «Antes de que mate usted a alguien, lléveme a ver al rey. Yo le voy a explicar lo que quiere decir su sueño». Enseguida Arioc presentó a Daniel ante el rey, y le dijo: «Tengo aquí a un jovencito, de los que trajimos de Judá. Dice que él puede decir a Su Majestad lo que significa su sueño». En Babilonia conocían a Daniel con el nombre de Beltsasar. Entonces el rey le dijo a Daniel: —¿Así que tú vas a decirme lo que soñé, y lo que significa mi sueño? Y Daniel le contestó: —No hay ningún sabio ni adivino capaz de adivinar lo que Su Majestad quiere saber. Yo mismo, no soy más sabio que nadie. Pero en el cielo hay un Dios que conoce todos los misterios. »Mientras Su Majestad dormía, pensaba mucho en el futuro y comenzó a soñar. Pues bien, Dios ha hecho ver a Su Majestad, en esos sueños, lo que está por suceder. Y a mí, me ha dado a conocer el significado de esos sueños. »Su Majestad soñaba que veía una estatua muy grande y fea, la cual le causaba mucho miedo. La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de cobre, y las piernas eran de hierro. ¡Pero los pies eran de una mezcla de hierro y barro! »Mientras Su Majestad contemplaba la estatua, una piedra que nadie arrojó vino rodando, golpeó a la estatua en los pies, ¡y la estatua se vino abajo! Todos los metales de la estatua se hicieron polvo. Y enseguida vino un viento muy fuerte, y se llevó todo eso como si fuera paja. Nunca volvió a encontrarse nada de la estatua. Sin embargo, la piedra que golpeó la estatua llegó a ser una gran montaña. ¡Era tan grande que llenaba toda la tierra! »Este sueño quiere decir que Su Majestad es el rey más poderoso de todos los reyes. Su Majestad es la cabeza de oro, pues el Dios del cielo lo ha hecho rey y le ha dado mucho poder y mucha honra. También le ha dado poder sobre toda la gente que vive en la tierra, y sobre todos los animales que hay en la tierra y en el cielo. »Después de Su Majestad habrá otro rey, menos importante que usted. Luego vendrá un tercer rey, representado por el cobre, que dominará toda la tierra. Por último, vendrá otro rey que tendrá la fuerza del hierro. Este rey vencerá a los otros reyes, así como el hierro vence a los otros metales. »Su Majestad vio en su sueño que los pies de la estatua eran de hierro y de barro. Eso quiere decir que el último reino estará dividido. Será fuerte como el hierro, pero también será débil como el barro. La mezcla de hierro y barro en sus pies quiere decir que este reino tratará de mantenerse unido. Para eso, habrá matrimonios entre las familias de diferentes reinos. Pero así como no es posible unir el hierro con el barro, tampoco será posible que ese reino se mantenga unido. »Sin embargo, en esos días el Dios del cielo enviará a un rey que reinará para siempre, y al que nadie podrá vencer. Al contrario, será él quien destruya a los otros reinos. Eso es lo que significa la piedra que nadie arrojó, y que destruyó la estatua. »Su Majestad, esto es lo que el gran Dios quiere que usted sepa acerca del futuro. Tanto el sueño como su significado son verdad, y todo pasará como se lo he dicho.
Daniel 2:1-45 Reina Valera Contemporánea (RVC)
En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, este tuvo algunos sueños que lo perturbaron, a tal grado que se le fue el sueño. Entonces mandó llamar a los magos, astrólogos, adivinos y hechiceros, para que le explicaran sus sueños. Estos acudieron a presentarse ante el rey, y el rey les dijo: «He tenido un sueño, y me encuentro muy perturbado, pues quiero saber lo que el sueño significa.» Los hechiceros hablaron con el rey en lengua aramea: «¡Que viva para siempre Su Majestad! ¡Cuente su sueño a estos sus siervos, y nosotros le daremos a conocer lo que significa!» El rey les respondió: «Ya me he olvidado de qué trataba el sueño. Pero si ustedes no me dicen lo que soñé, y qué significa, van a ser hechos pedazos, y sus casas serán convertidas en basureros. Pero si me dicen lo que soñé, y lo que significa el sueño, yo les daré regalos, les concederé favores y les otorgaré muchos honores. Díganme, entonces, qué soñé y qué significa.» Los magos volvieron a decir: «Si Su Majestad les cuenta su sueño a estos siervos suyos, ellos le dirán lo que significa.» Pero el rey les respondió: «Yo sé muy bien que ustedes tratan de ganar tiempo, porque se dan cuenta de que esto ya está decidido. Si ustedes no me dicen lo que soñé, la sentencia para ustedes es una sola. Ustedes me están preparando una respuesta falsa y perversa, y mientras tanto habrán ganado tiempo. Así que díganme lo que soñé, y entonces sabré que ustedes son capaces de decirme lo que significa.» Los hechiceros le respondieron al rey: «No hay nadie en toda la tierra que pueda decir a Su Majestad lo que soñó; además, nunca ningún rey, ni príncipe ni soberano ha preguntado semejante cosa a ningún mago, astrólogo o hechicero. Esto que Su Majestad nos pide es algo muy difícil, y no hay nadie que se lo pueda revelar, a no ser los dioses. ¡Pero los dioses no viven entre los hombres!» Esta respuesta despertó la ira del rey, quien muy enojado mandó matar a todos los sabios de Babilonia. Cuando se publicó el edicto de que los sabios fueran ejecutados, buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos también. Pero Daniel habló con mucha prudencia y sensatez a Arioc, el capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. Daniel habló con Arioc, y le dijo: «¿Por qué este edicto de parte del rey se ha publicado tan apresuradamente?» Y Arioc hizo saber a Daniel lo que sabía. Daniel se presentó ante el rey y le pidió un poco de tiempo, después del cual le daría a conocer la interpretación del sueño. Después, Daniel se fue a su casa e informó a sus compañeros Jananías, Misael y Azarías lo que pasaba, a fin de que ellos le pidieran al Dios del cielo que se mostrara misericordioso en relación con este misterio, para que Daniel y sus compañeros no murieran junto con los otros sabios de Babilonia. Fue así como, durante una visión nocturna, el secreto le fue revelado a Daniel, por lo cual Daniel bendijo al Dios del cielo. Y dijo Daniel: «¡Bendito sea por siempre tu nombre, oh Dios, porque tuyos son el poder y la sabiduría! Tú cambias los tiempos y las edades, y a unos reyes los pones y a otros los quitas. A los sabios y entendidos les das gran sabiduría, y les revelas lo profundo y lo escondido; tú conoces lo que está en tinieblas, pues en ti habita la luz. A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado fuerza y sabiduría, y ahora me has revelado lo que te pedimos: ¡nos has dado a conocer el asunto del rey!» Después de esto, Daniel fue a hablar con Arioc, a quien el rey había ordenado matar a los sabios de Babilonia, y le dijo: «No mates a los sabios. Más bien, llévame a la presencia del rey, y yo le haré saber la interpretación de su sueño.» Enseguida Arioc llevó a Daniel ante el rey, y le dijo: «Entre los deportados de Judá he encontrado un hombre que dirá a Su Majestad lo que su sueño significa.» Entonces el rey se dirigió a Daniel, al cual llamaban Beltsasar, y le dijo: «¿Tú puedes decirme qué fue lo que soñé, y lo que el sueño significa?» Y Daniel le respondió al rey: «El misterio que Su Majestad pide conocer, ni sabios ni astrólogos, ni magos ni adivinos podrían revelárselo. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y es él quien hace saber a Su Majestad, el rey Nabucodonosor, lo que sucederá en los últimos días. Esto es lo que Su Majestad soñó, y estas son las visiones que tuvo en su lecho: Mientras Su Majestad estaba acostado, se puso a pensar en lo que sucederá, y el que revela los misterios le mostró lo que está por acontecer. Este misterio me ha sido revelado, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los seres vivientes, sino para que yo haga saber a Su Majestad lo que el sueño significa, y para que Su Majestad entienda los pensamientos que tenía. »Su Majestad veía una gran imagen. Esta imagen era muy grande, y su esplendor era impresionante. Estaba de pie ante Su Majestad, y tenía un aspecto terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino, su pecho y sus brazos eran de plata, y su vientre y muslos, de bronce; sus piernas eran de hierro, y sus pies eran en parte de hierro, y en parte de barro cocido. Mientras Su Majestad miraba, una enorme piedra que nadie cortó se desprendió de un monte y golpeó los pies de hierro y de barro cocido de la imagen, y los hizo pedazos. Entonces se hicieron también pedazos el hierro, el barro cocido, el bronce, y la plata y el oro, hasta hacerse como el polvo del trigo que se muele en el verano, y el viento se los llevó sin dejar el menor rastro. En cambio, la piedra que golpeó a la imagen se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra. »Este es el sueño. Pero también haremos saber a Su Majestad la interpretación del mismo. Su Majestad es rey de reyes porque el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fuerza y la majestad. Dios ha puesto en manos de Su Majestad a la humanidad entera, lo mismo que a las bestias del campo y a las aves del cielo, con lo que ha dado a Su Majestad el dominio sobre todas las cosas, en todo lugar habitado. Su Majestad es la cabeza de oro. Pero después de Su Majestad surgirá otro reino, inferior al de Su Majestad, y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. El cuarto reino será fuerte como el hierro, y como tal desmenuzará y romperá todas las cosas. Los pies y los dedos que Su Majestad vio, y que eran en parte de barro cocido y en parte de hierro, serán un reino dividido, que tendrá algo de la fuerza del hierro, tal y como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro cocido. Y como los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro cocido, ese reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Y así como Su Majestad vio el hierro mezclado con barro, esos reinos se mezclarán por medio de alianzas humanas, pero no se fundirán el uno con el otro, así como el hierro no puede mezclarse con el barro. Y en los días de estos reinos el Dios del cielo hará que surja un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, aunque él permanecerá para siempre, tal y como Su Majestad vio que del monte se desprendió una piedra sin que nadie la cortara, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado a Su Majestad lo que sucederá en el futuro. Este sueño es verdadero, y su interpretación es fiel.»
Daniel 2:1-45 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Durante el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños, y por causa de ellos llegó a estar tan preocupado que no podía dormir. Entonces mandó llamar a magos, adivinos, hechiceros y sabios, para que le explicaran aquellos sueños. Ellos fueron y se presentaron ante el rey, el cual les dijo: —He tenido un sueño y estoy muy preocupado tratando de comprenderlo. Y los sabios dijeron al rey, en arameo: —¡Que viva Su Majestad para siempre! Cuente Su Majestad a estos servidores suyos lo que ha soñado, y nosotros le explicaremos lo que significa. —Esta es mi decisión —contestó el rey—: Si no me dicen ustedes qué es lo que soñé y lo que significa, serán hechos pedazos y sus casas serán convertidas en un montón de escombros. Pero si me dicen lo que soñé y lo que mi sueño significa, recibirán regalos de mi parte, y favores y grandes honores. Así pues, díganme qué fue lo que soñé, y explíquenme su significado. Los sabios respondieron por segunda vez: —Cuéntenos Su Majestad lo que soñó, y nosotros le explicaremos el significado. —Sé muy bien —contestó el rey— que ustedes quieren ganar tiempo, porque han oído mi decisión. Por lo tanto, si no me dicen lo que soñé, todos ustedes sufrirán la misma sentencia, pues se han puesto de acuerdo para darme como respuesta mentiras y falsedades, en espera de que cambie la situación. Díganme, pues, el sueño, y así sabré que también pueden explicarme su significado. —No hay nadie en el mundo —respondieron los sabios— que pueda decir lo que Su Majestad desea saber. Por otra parte, jamás ningún rey, por grande y poderoso que haya sido, ha pedido semejante cosa a ningún mago, adivino o sabio. Lo que Su Majestad pide es tan difícil que no hay nadie que se lo pueda decir, a no ser los dioses; ¡pero ellos no viven entre los hombres! Al oír esto, el rey se puso furioso y ordenó matar a todos los sabios de Babilonia. Una vez publicada la orden, buscaron también a Daniel y a sus compañeros para quitarles la vida. Entonces Daniel habló de manera discreta y sensata con Arioc, el jefe de la guardia real, que ya se disponía a matar a los sabios. Y le preguntó: —¿Por qué ha dado el rey esta orden tan terminante? Arioc le explicó el motivo. Entonces Daniel fue a ver al rey y le suplicó que le concediera algún tiempo para poder explicarle el sueño y su significado. Luego se fue a su casa e informó de todo a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías, para que pidieran ayuda del Dios del cielo sobre aquel misterio, a fin de que no los mataran junto con los otros sabios de Babilonia. Aquella noche el misterio le fue revelado a Daniel en una visión, por lo cual Daniel bendijo al Dios del cielo con estas palabras: «Bendito sea por siempre el nombre de Dios, porque suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas; quita y pone reyes, da sabiduría a los sabios e inteligencia a los inteligentes. Él revela las cosas profundas y secretas; conoce lo que está en la oscuridad, pues la luz está con él. A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has hecho sabio y fuerte; y ahora me has hecho saber lo que te pedimos: nos has dado a conocer lo que preocupaba al rey.» Después de esto, Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había ordenado matar a los sabios de Babilonia, y le dijo: —No mates a los sabios. Llévame ante el rey, y yo le explicaré todo su sueño. En seguida Arioc llevó a Daniel ante el rey Nabucodonosor, y le dijo al rey: —Entre los judíos desterrados he hallado un hombre que explicará a Su Majestad el significado de su sueño. Entonces el rey le dijo a Daniel, a quien llamaban Beltsasar: —¿Puedes tú decirme lo que soñé, y lo que mi sueño significa? Daniel respondió: —No hay ningún sabio ni adivino, ni mago ni astrólogo, que pueda explicar a Su Majestad el misterio que desea conocer. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y él ha hecho saber a Su Majestad lo que va a pasar en el futuro. Voy a explicarle a Su Majestad el sueño y las visiones que ha tenido mientras dormía: Su Majestad se hallaba en su cama; se puso a pensar en lo que va a pasar en el futuro, y el que revela los misterios se lo ha dado a conocer. También a mí me ha sido revelado este misterio, pero no porque yo sea más sabio que todos los hombres, sino para que yo explique a Su Majestad lo que el sueño significa, y que así Su Majestad pueda comprender los pensamientos que han venido a su mente. »En el sueño, Su Majestad veía que en su presencia se levantaba una estatua muy grande y brillante, y de aspecto terrible. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y una parte de los pies era de hierro, y la otra de barro. Mientras Su Majestad la estaba mirando, de un monte se desprendió una piedra, sin que nadie la empujara, y vino a dar contra los pies de la estatua y los destrozó. En un momento, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro quedaron todos convertidos en polvo, como el que se ve en verano cuando se trilla el trigo, y el viento se lo llevó sin dejar el menor rastro. Pero la piedra que dio contra la estatua se convirtió en una gran montaña que ocupó toda la tierra. »Este es el sueño. Y ahora voy a explicar a Su Majestad lo que el sueño significa. Su Majestad es el más grande de todos los reyes, porque el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fuerza, el honor y el dominio sobre todos los lugares habitados por hombres, animales y aves; él lo ha puesto todo bajo el poder de Su Majestad, que es la cabeza de oro. Después del reino de Su Majestad habrá otro reino inferior al suyo, y luego un tercer reino de bronce, que dominará sobre toda la tierra. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro; y así como el hierro lo destroza todo y lo destruye, así ese reino destrozará y destruirá a todos los otros reinos. »Su Majestad vio también que una parte de los pies y de los dedos era de barro, y la otra, de hierro; esto quiere decir que será un reino dividido, aunque con algo de la fortaleza del hierro, pues Su Majestad vio que el hierro estaba mezclado con el barro. Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro, y eso significa que el reino será fuerte y débil al mismo tiempo. Y así como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro, así los gobernantes de este reino se unirán por medio de alianzas matrimoniales; pero no podrán formar un solo cuerpo entre sí, como tampoco puede el hierro mezclarse con el barro. Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni dominado por ninguna otra nación, sino que acabará por completo con todos los demás reinos, y durará para siempre. Eso es lo que significa la piedra que Su Majestad vio desprenderse del monte, sin que nadie la hubiera empujado; piedra que convirtió en polvo el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha revelado a Su Majestad lo que va a pasar en el futuro. El sueño es verdadero, y su interpretación, cierta.»
Daniel 2:1-45 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño. Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación. Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares. Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación. El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido. Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne. Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia. Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos. Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey. Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación. Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación. Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
Daniel 2:1-45 La Biblia de las Américas (LBLA)
En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, este tuvo sueños, y se turbó su espíritu y no podía dormir. Mandó llamar el rey a los magos, los encantadores, los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por el deseo de entender el sueño. Y hablaron los caldeos al rey en arameo: ¡Oh rey, vive para siempre! Cuenta el sueño a tus siervos, y nosotros te declararemos la interpretación. El rey respondió y dijo a los caldeos: Mis órdenes son firmes: si no me dais a conocer el sueño y su interpretación, seréis descuartizados y vuestras casas serán reducidas a escombros. Pero si me declaráis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí regalos, recompensas y grandes honores; por tanto, declaradme el sueño y su interpretación. Respondieron ellos por segunda vez, y dijeron: Refiera el rey su sueño a sus siervos, y declararemos la interpretación. Respondió el rey, y dijo: Ciertamente sé que queréis ganar tiempo, porque veis que mis órdenes son firmes, que si no me declaráis el sueño, hay una sola sentencia para vosotros. Porque os habéis concertado para hablar delante de mí palabras falsas y perversas hasta que cambie la situación. Por tanto, decidme el sueño para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. Los caldeos respondieron al rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto al rey, puesto que ningún gran rey o gobernante jamás ha pedido cosa semejante a ningún mago, encantador o caldeo. Lo que el rey demanda es difícil y no hay nadie que lo pueda declarar al rey sino los dioses cuya morada no está entre los hombres. A causa de esto el rey se indignó y se enfureció en gran manera y mandó matar a todos los sabios de Babilonia. Y se publicó el decreto de que mataran a todos los sabios; buscaron también a Daniel y a sus amigos para matarlos. Entonces Daniel habló con discreción y sensatez a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia; habló y dijo a Arioc, capitán del rey: ¿Por qué es tan riguroso el decreto del rey? Entonces Arioc informó a Daniel sobre el asunto. Y Daniel fue a pedirle al rey que le diera tiempo para declarar la interpretación al rey. Entonces Daniel fue a su casa e informó el asunto a sus amigos Ananías, Misael y Azarías, para que pidieran misericordia del Dios del cielo acerca de este misterio, a fin de que no perecieran Daniel y sus amigos con el resto de los sabios de Babilonia. Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión de noche. Daniel entonces bendijo al Dios del cielo. Daniel habló, y dijo: Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos, porque la sabiduría y el poder son de Él. Él es quien cambia los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da sabiduría a los sabios, y conocimiento a los entendidos. Él es quien revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con Él. A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has dado sabiduría y poder, y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido, pues el asunto del rey nos has dado a conocer. Después fue Daniel adonde estaba Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación. Entonces Arioc se apresuró a llevar a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado a un hombre entre los deportados de Judá que dará a conocer al rey la interpretación. El rey respondió, y dijo a Daniel, a quien llamaban Beltsasar: ¿Eres tú capaz de darme a conocer el sueño que he visto y su interpretación? Respondió Daniel ante el rey, y dijo: En cuanto al misterio que el rey quiere saber, no hay sabios, encantadores, magos ni adivinos que puedan declararlo al rey. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y Él ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama eran estos: A ti, oh rey, en tu cama te surgieron pensamientos sobre lo que habrá de suceder en el futuro, y el que revela los misterios te ha dado a conocer lo que sucederá. En cuanto a mí, me ha sido revelado este misterio, no porque yo tenga más sabiduría que cualquier otro viviente, sino con el fin de dar a conocer al rey la interpretación, y para que tú entiendas los pensamientos de tu corazón. Tú, oh rey, tuviste una visión, y he aquí, había una gran estatua; esa estatua era enorme y su brillo extraordinario; estaba en pie delante de ti y su aspecto era terrible. La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, y su vientre y sus muslos de bronce, sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro. Estuviste mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra. Este es el sueño; ahora diremos ante el rey su interpretación. Tú, oh rey, eres rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino, el poder, la fuerza y la gloria; y dondequiera que habiten los hijos de los hombres, las bestias del campo o las aves del cielo, Él los ha entregado en tu mano y te ha hecho soberano de todos ellos; tú eres la cabeza de oro. Después de ti se levantará otro reino, inferior a ti, y luego un tercer reino, de bronce, que gobernará sobre toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro; y así como el hierro desmenuza y destroza todas las cosas, como el hierro que tritura, así él desmenuzará y triturará a todos estos. Y lo que viste, los pies y los dedos, parte de barro de alfarero y parte de hierro, será un reino dividido; pero tendrá la solidez del hierro, ya que viste el hierro mezclado con barro corriente. Y así como los dedos de los pies eran parte de hierro y parte de barro cocido, así parte del reino será fuerte y parte será frágil. En cuanto al hierro mezclado con barro corriente que has visto, se mezclarán mediante simiente humana; pero no se unirán el uno con el otro, como no se mezcla el hierro con el barro. En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre, tal como viste que una piedra fue cortada del monte sin ayuda de manos y que desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha hecho saber al rey lo que sucederá en el futuro. Así, pues, el sueño es verdadero y la interpretación fiel.
Daniel 2:1-45 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Una noche, durante el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños tan desconcertantes que no pudo dormir. Mandó llamar a sus magos, brujos, hechiceros y astrólogos, y les exigió que le dijeran lo que había soñado. Cuando se presentaron ante el rey, les dijo: —He tenido un sueño que me desconcierta mucho y necesito saber lo que significa. Entonces los astrólogos respondieron al rey en arameo: —¡Que viva el rey! Cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa. Pero el rey respondió a los astrólogos: —Les digo esto en serio. Si no me dicen lo que soñé y lo que significa, ¡los haré despedazar y convertiré sus casas en un montón de escombros! Pero si me dicen lo que soñé y lo que significa, les daré muchos honores y regalos maravillosos. ¡Solo díganme lo que soñé y lo que significa! Ellos volvieron a decirle: —Por favor, su majestad, cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa. El rey respondió: —¡Ya sé lo que se proponen! Están tratando de ganar tiempo porque saben que hablo en serio cuando digo: “¡Si no me cuentan el sueño, están condenados!”. Así que han conspirado para mentirme, con la esperanza de que yo cambie de idea, pero cuéntenme el sueño y entonces sabré que pueden explicarme el significado. Los astrólogos respondieron al rey: —¡No hay nadie en la tierra que pueda decirle al rey lo que soñó! ¡Y ningún rey, por grande y poderoso que sea, jamás pidió tal cosa a sus magos, brujos o astrólogos! Es imposible cumplir con lo que el rey exige. Nadie, excepto los dioses, puede contar al rey su sueño, pero los dioses no habitan entre los hombres. Cuando el rey oyó esto, se enfureció y mandó a ejecutar a todos los sabios de Babilonia. Entonces, debido al decreto del rey, enviaron hombres para que encontraran y mataran a Daniel y a sus amigos. Cuando Arioc, comandante de la guardia real, llegó con la intención de matarlos, Daniel manejó la situación con sabiduría y discreción. Le preguntó a Arioc: «¿Por qué emitió el rey un decreto tan severo?». Entonces Arioc le contó todo lo que había sucedido. Daniel fue a ver al rey inmediatamente y le pidió más tiempo para comunicarle el significado del sueño. Entonces Daniel regresó a casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que había ocurrido. Les rogó que pidieran al Dios del cielo que tuviera misericordia y les revelara el secreto, para que no fueran ejecutados junto con los demás sabios de Babilonia. Esa noche el misterio le fue revelado a Daniel en una visión. Entonces alabó al Dios del cielo y dijo: «Alabado sea el nombre de Dios por siempre y para siempre, porque a él pertenecen toda la sabiduría y todo el poder. Él controla el curso de los sucesos del mundo; él quita reyes y pone otros reyes. Él da sabiduría a los sabios y conocimiento a los estudiosos. Él revela cosas profundas y misteriosas y conoce lo que se oculta en la oscuridad, aunque él está rodeado de luz. Te agradezco y te alabo, Dios de mis antepasados, porque me has dado sabiduría y fortaleza. Me revelaste lo que te pedimos y nos diste a conocer lo que el rey exigía». Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había ordenado ejecutar a los sabios de Babilonia. Daniel le dijo: «No mates a los sabios. Llévame ante el rey y le explicaré el significado de su sueño». Enseguida Arioc llevó a Daniel ante el rey y anunció: «¡Entre los cautivos de Judá, encontré a uno que le dirá al rey el significado de su sueño!». Entonces el rey le preguntó a Daniel (también llamado Beltsasar): —¿Es cierto? ¿Puedes decirme lo que soñé y lo que mi sueño significa? Daniel contestó: —No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey; pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama. »Mientras su majestad dormía, soñó sobre sucesos futuros. Aquel que da a conocer los secretos le ha mostrado a usted lo que ocurrirá. Y no es porque yo sea más sabio que los demás que conozco el secreto de su sueño, sino porque Dios quiere que su majestad entienda lo que estaba en su corazón cuando soñó. »En su visión, su majestad vio frente a sí una enorme estatua resplandeciente de un hombre; daba terror verla. La cabeza de la estatua era de oro fino. El pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas eran de hierro y los pies eran una mezcla de hierro y barro cocido. Mientras usted observaba, una roca de una montaña fue cortada, pero no por manos humanas. La roca golpeó los pies de hierro y barro, y los hizo pedazos. La estatua quedó reducida a pequeños trozos de hierro, barro, bronce, plata y oro. Luego el viento se los llevó sin dejar rastro alguno, como la paja cuando se trilla el grano. Sin embargo, la roca que derrumbó la estatua se convirtió en una gran montaña que cubrió toda la tierra. »Ese fue el sueño. Ahora explicaremos al rey el significado. Su majestad, usted es supremo entre los reyes. El Dios del cielo le ha dado soberanía, poder, fuerza y honra. Dios lo ha puesto como gobernante sobre todo el mundo habitado y le ha dado dominio aun sobre las aves y los animales salvajes. Usted es la cabeza de oro. »Ahora bien, después de que termine su reino, surgirá otro reino, inferior al suyo, y ocupará su lugar. Cuando este caiga, un tercer reino, representado por el bronce, surgirá para gobernar el mundo. Después vendrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro. Ese reino destrozará y aplastará a todos los imperios anteriores, así como el hierro destroza y aplasta todo lo que golpea. Los pies y los dedos que usted vio eran una combinación de hierro y barro cocido, lo cual demuestra que ese reino se dividirá. Por ser barro mezclado con hierro, tendrá algo de la fuerza del hierro. No obstante, si bien algunas de sus partes serán tan fuertes como el hierro, otras serán tan débiles como el barro. Esta mezcla de hierro con barro también demuestra que esos reinos procurarán fortalecerse al hacer alianzas matrimoniales; pero no se mantendrán unidos, así como el hierro y el barro no se mezclan. »Durante los gobiernos de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido o conquistado. Aplastará por completo a esos reinos y permanecerá para siempre. Ese es el significado de la roca cortada de la montaña, aunque no por manos humanas, que hizo pedazos la estatua de hierro, bronce, barro, plata y oro. El gran Dios estaba mostrando al rey lo que ocurrirá en el futuro. El sueño es verdadero y el significado, seguro.