Amós 8:1-6
Amós 8:1-6 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Esto es lo que el SEÑOR y Dios me mostró: una canasta de fruta madura y me preguntó: «¿Qué ves, Amós?». «Una canasta de fruta madura», respondí. Entonces el SEÑOR me dijo: «Ha llegado el tiempo de que Israel caiga como fruta madura; no volveré a perdonarlo. »En aquel día —afirma el SEÑOR y Dios—, las canciones del palacio se volverán lamentos. ¡Muchos serán los cadáveres tirados por todas partes! ¡Silencio!». Oigan esto, los que pisotean a los necesitados y exterminan a los pobres de la tierra. Ustedes dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva para que podamos vender grano o el día de reposo para que pongamos a la venta el trigo?». Ustedes buscan achicar la medida y aumentar el precio, falsear las balanzas y vender los deshechos del grano, comprar al desvalido por dinero y al necesitado, por un par de sandalias.
Amós 8:1-6 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Nuestro Dios también me permitió ver una canasta, en la que había fruta madura. Entonces me preguntó: —¿Qué es lo que ves, Amós? Yo le respondí: —Veo una canasta llena de fruta madura. Entonces Dios me dijo: —Israel está lleno de maldad. Ya no volveré a perdonar sus pecados. Está cerca el día en que convertiré los himnos del templo en tristes lamentos por los muertos. Ese día habrá tantos cadáveres que los arrojarán en cualquier parte. ¡Será mejor que se callen! Yo, el Dios de Israel, les juro que así es. »Escúchenme bien: Ustedes humillan a los pobres y están acabando con ellos. Para vender más caro el trigo ustedes se la pasan deseando que pronto termine el día sábado y que pase la fiesta de fin de mes. Solo piensan en engañar a sus clientes, usando pesas y medidas falsas. Quieren venderlo todo, ¡hasta la cáscara del trigo! Quieren hacer esclavos a los pobres a cambio de unas monedas o por el precio de unas sandalias.
Amós 8:1-6 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El Señor también me hizo ver esto: Me mostró un cesto lleno con fruta de verano, y me dijo: «¿Qué ves, Amós?» Yo respondí: «Veo un cesto con fruta de verano.» Entonces el Señor me dijo: «Ha llegado el fin de mi pueblo Israel. No voy a pasarle una más. Cuando llegue el día, en el palacio habrá llanto y no cantos. Por todas partes abundarán los cadáveres, los cuales serán arrojados en silencio.» —Palabra del Señor. Oigan esto, ustedes, los que explotan a los menesterosos y dejan en la ruina a los pobres de la tierra. Ustedes dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva? ¡Entonces podremos vender el trigo! ¿Y cuándo pasará el día de reposo, para que abramos los graneros? ¡Achicaremos la medida, subiremos el precio, y adulteraremos la balanza! ¡Así podremos comprar a los pobres por dinero, y a los necesitados a cambio de un par de zapatos! ¡Hasta los desechos del trigo podremos vender!»
Amós 8:1-6 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Esto me mostró Dios el Señor: Había una cesta de fruta madura, y él me preguntó: —¿Qué ves, Amós? —Una cesta de fruta madura —respondí. Y me dijo el Señor: —Ya Israel está maduro; no le voy a perdonar ni una vez más. Ese día los cantos del palacio se volverán lamentos. Mucha gente morirá, y en silencio serán arrojados fuera sus cadáveres. El Señor lo afirma. Oigan esto, ustedes que oprimen a los humildes y arruinan a los pobres del país; ustedes que dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender el trigo? ¿Cuándo pasará el sábado, para que vendamos el grano a precios altos y usando medidas con trampa y pesas falsas? ¡Arruinaremos a los pobres hasta que ellos mismos se nos vendan como esclavos para pagar sus deudas, aunque solo deban un par de sandalias! ¡Venderemos hasta el desecho del trigo!»
Amós 8:1-6 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí un canastillo de fruta de verano. Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Y los cantores del templo gemirán en aquel día, dice Jehová el Señor; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar los echarán fuera en silencio. Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza, para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?
Amós 8:1-6 La Biblia de las Américas (LBLA)
Esto me mostró el Señor DIOS: He aquí, había una canasta de fruta de verano, y Él dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Una canasta de fruta de verano. Entonces el SEÑOR me dijo: Ha llegado el fin para mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo. Los cantos del palacio se convertirán en gemido en aquel día —declara el Señor DIOS. Muchos serán los cadáveres; en todo lugar los echarán fuera en silencio. Oíd esto, los que pisoteáis a los menesterosos, y queréis exterminar a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará la luna nueva para vender el grano, y el día de reposo para abrir el mercado de trigo, achicar el efa, aumentar el siclo y engañar con balanzas falsas; para comprar por dinero a los desvalidos y a los pobres por un par de sandalias, y vender los desechos del trigo?
Amós 8:1-6 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces el SEÑOR Soberano me mostró otra visión. Esta vez vi una cesta llena de fruta madura. —¿Qué ves, Amós? —me preguntó. —Una cesta repleta de fruta madura —contesté. Entonces el SEÑOR dijo: —Al igual que esta fruta, ¡Israel está maduro para el castigo! No volveré a demorar su castigo. En aquel día el canto en el templo se convertirá en lamento. Habrá cadáveres tirados por todas partes. Serán llevados fuera de la ciudad en silencio. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado! ¡Escuchen esto, ustedes que roban al pobre y pisotean al necesitado! Ustedes no se aguantan a que termine el día de descanso y a que se acaben los festivales religiosos para volver a estafar al desamparado. Pesan el grano con medidas falsas y estafan al comprador con balanzas fraudulentas. Y el grano que venden lo mezclan con los deshechos barridos del piso. Por una moneda de plata o un par de sandalias, convierten en esclavos a los pobres.