Hechos 7:23-36
Hechos 7:23-36 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
»Cuando cumplió cuarenta años, Moisés tuvo el deseo de visitar a sus hermanos israelitas. Al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, acudió en su defensa y lo vengó matando al egipcio. Moisés suponía que sus hermanos reconocerían que Dios iba a liberarlos por medio de él, pero ellos no lo comprendieron así. Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Señores, ustedes son hermanos; ¿por qué quieren hacerse daño?”. »Pero el que estaba maltratando al otro empujó a Moisés y le dijo: “¿Y quién te nombró gobernante y juez sobre nosotros? ¿Acaso quieres matarme a mí, como mataste ayer al egipcio?”. Al oír esto, Moisés huyó a Madián; allí vivió como extranjero y tuvo dos hijos. »Pasados cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto cercano al monte Sinaí, entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés se asombró de lo que veía. Al acercarse para observar, oyó la voz del Señor: “Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Moisés se puso a temblar de miedo y no se atrevía a mirar. »Le dijo el Señor: “Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. En verdad he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse, así que he descendido para librarlos. Ahora ven y te enviaré de vuelta a Egipto”. »A este mismo Moisés, a quien habían rechazado diciéndole: “¿Y quién te nombró gobernante y juez?”, Dios lo envió para ser gobernante y libertador, mediante el poder del ángel que se le apareció en la zarza. Él los sacó de Egipto haciendo prodigios y señales tanto en la tierra de Egipto como en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años.
Hechos 7:23-36 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Cuando Moisés tenía cuarenta años, decidió ir a visitar a los israelitas, porque eran de su propia nación. De pronto, vio que un egipcio maltrataba a un israelita. Sin pensarlo mucho, defendió al israelita y mató al egipcio. »Moisés pensó que los israelitas entenderían que Dios los libraría de la esclavitud por medio de él. Pero ellos no pensaron lo mismo. Al día siguiente, Moisés vio que dos israelitas se estaban peleando. Trató de calmarlos y les dijo: “Ustedes son de la misma nación. ¿Por qué se pelean?” »Pero el que estaba maltratando al otro se dio vuelta, empujó a Moisés y le respondió: “¡Y a ti qué te importa! ¿Quién te ha dicho que tú eres nuestro jefe o nuestro juez? ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?” »Al oír eso, Moisés huyó de Egipto tan pronto como pudo, y se fue a vivir a Madián. En ese país vivió como extranjero, y allí nacieron dos de sus hijos. »Pasaron cuarenta años. Pero un día en que Moisés estaba en el desierto, cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció entre un arbusto que ardía en llamas. Moisés tuvo mucho miedo, pero se acercó para ver mejor lo que pasaba. Entonces Dios, con voz muy fuerte le dijo: “Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” »Moisés empezó a temblar, y ya no se atrevió a mirar más. Pero Dios le dijo: “Quítate las sandalias, porque estás en mi presencia. Yo sé muy bien que mi pueblo Israel sufre mucho, porque los egipcios lo han esclavizado. También he escuchado sus gritos pidiéndome ayuda. Por eso he venido a librarlos del poder egipcio. Así que prepárate, pues voy a mandarte a Egipto.” »Los israelitas rechazaron a Moisés, y le dijeron: “¿Quién te ha dicho que tú eres nuestro jefe o nuestro juez?” Pero Dios mismo lo convirtió en jefe y libertador de su pueblo. Esto lo hizo por medio del ángel que se le apareció a Moisés en el arbusto. »Con milagros y señales maravillosas, Moisés sacó de Egipto a su pueblo. Lo llevó a través del Mar de los Juncos, y durante cuarenta años lo guio por el desierto.
Hechos 7:23-36 Reina Valera Contemporánea (RVC)
»Cuando Moisés cumplió cuarenta años, sintió deseos de visitar a sus hermanos israelitas. Así lo hizo. Pero al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, hirió al egipcio para vengar el maltrato a su hermano. Moisés creía que los israelitas sabían que Dios los liberaría por medio de él; pero ellos no lo entendieron así. Al día siguiente, vio que unos de ellos reñían, y queriendo ponerlos en paz les dijo: “Ustedes son hermanos; ¿por qué se maltratan?” Pero uno de ellos le dijo: “¿Y quién te ha nombrado nuestro gobernador y juez? ¿Acaso quieres matarme, como lo hiciste ayer con el egipcio?” Al oír esto, Moisés huyó a la tierra de Madián, y allí vivió como extranjero, y se casó y tuvo dos hijos. »Después de cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, entre las llamas de una zarza que ardía. Moisés se quedó maravillado de esa visión, y se acercó para observar bien. Entonces oyó la voz del Señor, que le decía: “Yo soy el Dios de tus padres. Soy el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.” Moisés temblaba de miedo y no se atrevía a mirar. Pero el Señor añadió: “Descálzate los pies, porque estás pisando un lugar sagrado. He estado viendo la aflicción que sufre mi pueblo en Egipto, y sé cómo gime. Por eso he venido a librarlos. Prepárate, porque voy a enviarte a Egipto.” »A este Moisés, a quien los israelitas rechazaron al preguntarle: “¿Quién te ha nombrado nuestro gobernador y juez?”, fue a quien Dios mismo envió como gobernador y libertador por medio del ángel que se le apareció en la zarza. Y Moisés liberó a los israelitas al realizar, durante cuarenta años, prodigios y señales en Egipto, en el Mar Rojo y en el desierto.
Hechos 7:23-36 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
»A la edad de cuarenta años, Moisés decidió visitar a los israelitas, que eran su propio pueblo. Pero al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, Moisés salió en su defensa, y lo vengó matando al egipcio. Y es que Moisés pensaba que sus hermanos los israelitas se darían cuenta de que por medio de él Dios iba a libertarlos; pero ellos no se dieron cuenta. Al día siguiente, Moisés encontró a dos israelitas que se estaban peleando y, queriendo ponerlos en paz, les dijo: “Ustedes son hermanos; ¿por qué se maltratan el uno al otro?” Entonces el que maltrataba a su compañero empujó a Moisés, y le dijo: “¿Quién te ha puesto a ti como jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso quieres matarme, como mataste ayer al egipcio?” Al oír esto, Moisés huyó y se fue a la tierra de Madián. Allí vivió como extranjero, y tuvo dos hijos. »Cuarenta años después, en el desierto, cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció en el fuego de una zarza que estaba ardiendo. Moisés se asombró de aquella visión, y cuando se acercó para ver mejor, oyó la voz del Señor, que decía: “Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Moisés comenzó a temblar de miedo, y no se atrevía a mirar. Entonces el Señor le dijo: “Descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado. Claramente he visto cómo sufre mi pueblo, que está en Egipto. Los he oído quejarse y he bajado para librarlos. Por lo tanto, ven, que te voy a enviar a Egipto.” »Aunque ellos habían rechazado a Moisés y le habían dicho: “¿Quién te nombró jefe y juez?”, Dios lo envió como jefe y libertador, por medio del ángel que se le apareció en la zarza. Y fue Moisés quien sacó de Egipto a nuestros antepasados, después de hacer milagros en aquella tierra, en el Mar Rojo, y en el desierto durante cuarenta años.
Hechos 7:23-36 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos. Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto. A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a este lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años.
Hechos 7:23-36 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al egipcio. Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por medio de él, pero ellos no entendieron. Al día siguiente se les presentó, cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: «Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís el uno al otro?». Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo: «¿QUIéN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ SOBRE NOSOTROS? ¿ACASO QUIERES MATARME COMO MATASTE AYER AL EGIPCIO?». Al oír estas palabras, MOISéS HUYO Y SE CONVIRTIó EN EXTRANJERO EN LA TIERRA DE MADIáN, donde fue padre de dos hijos. Y pasados cuarenta años, SE LE APARECIó UN áNGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDíA. Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: «YO SOY EL DIOS DE TUS PADRES, EL DIOS DE ABRAHAM, DE ISAAC, Y DE JACOB». Moisés temblando, no se atrevía a mirar. PERO EL SEÑOR LE DIJO: «QUíTATE LAS SANDALIAS DE LOS PIES, PORQUE EL LUGAR DONDE ESTáS ES TIERRA SANTA. CIERTAMENTE HE VISTO LA OPRESIóN DE MI PUEBLO EN EGIPTO Y HE OíDO SUS GEMIDOS, Y HE DESCENDIDO PARA LIBRARLOS; VEN AHORA Y TE ENVIARé A EGIPTO». Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: «¿QUIéN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ?» es el mismo que Dios envió para ser gobernante y libertador con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza. Este hombre los sacó, haciendo prodigios y señales en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años.
Hechos 7:23-36 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»Cierto día, cuando Moisés tenía cuarenta años, decidió visitar a sus parientes, el pueblo de Israel. Vio que un egipcio maltrataba a un israelita. Entonces Moisés salió en defensa del hombre y mató al egipcio para vengarlo. Moisés supuso que sus compatriotas israelitas se darían cuenta de que Dios lo había enviado para rescatarlos, pero no fue así. »Al día siguiente, los visitó de nuevo y vio que dos hombres de Israel estaban peleando. Trató de ser un pacificador y les dijo: “Señores, ustedes son hermanos. ¿Por qué se están peleando?”. »Pero el hombre que era culpable empujó a Moisés. “¿Quién te puso como gobernante y juez sobre nosotros? —le preguntó—. ¿Me vas a matar como mataste ayer al egipcio?”. Cuando Moisés oyó eso, huyó del país y vivió como extranjero en la tierra de Madián. Allí nacieron sus dos hijos. »Cuarenta años después, en el desierto que está cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció a Moisés en la llama de una zarza ardiente. Moisés quedó asombrado al verla. Y, cuando se estaba acercando para ver mejor, la voz del SEÑOR le dijo: “Yo soy el Dios de tus antepasados: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Moisés tembló aterrorizado y no se atrevía a mirar. »Entonces el SEÑOR le dijo: “Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. Ciertamente he visto la opresión de mi pueblo en Egipto. He escuchado sus gemidos y he descendido para rescatarlos. Ahora ve, porque te envío de regreso a Egipto”. »Así que Dios envió de vuelta al mismo hombre que su pueblo había rechazado anteriormente cuando le preguntaron: “¿Quién te puso como gobernante y juez sobre nosotros?”. Mediante el ángel que se le apareció en la zarza ardiente, Dios envió a Moisés para que fuera gobernante y salvador. Y, por medio de muchas maravillas y señales milagrosas, él los sacó de Egipto, los guio a través del mar Rojo y por el desierto durante cuarenta años.