Hechos 27:15-19
Hechos 27:15-19 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
No podíamos navegar contra el viento, así que tuvimos que dejarnos llevar por él. Pasamos frente a la costa sur de una isla pequeña, llamada Cauda, la cual nos protegió del viento. Allí pudimos subir el bote salvavidas, aunque con mucha dificultad. Después los marineros usaron cuerdas, y con ellas trataron de sujetar el casco del barco, para que no se rompiera. Todos tenían miedo de que el barco quedara atrapado en los depósitos de arena llamados Sirte. Bajaron las velas y dejaron que el viento nos llevara a donde quisiera. Al día siguiente la tempestad empeoró, por lo que todos comenzaron a echar al mar la carga del barco. Tres días después, también echaron al mar todas las cuerdas que usaban para manejar el barco.
Hechos 27:15-19 Reina Valera Contemporánea (RVC)
y la arrastró. Como no fue posible poner proa al viento, simplemente nos dejamos llevar por el viento. Luego de deslizarnos a sotavento de la isla llamada Cauda, con muchas dificultades pudimos recoger la lancha salvavidas, la cual fue subida a bordo y atada a la nave. Por temor a quedar varados en la arena, se arriaron las velas y la nave quedó a la deriva. Como éramos azotados por una furiosa tempestad, al siguiente día se comenzó a aligerar la nave de su carga, y al tercer día se arrojaron los aparejos de la nave.
Hechos 27:15-19 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar. Y habiendo corrido a sotavento de una pequeña isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife. Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva. Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar, y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave.
Hechos 27:15-19 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El barco quedó atrapado por la tempestad y no podía hacerle frente al viento, así que nos dejamos llevar a la deriva. Mientras pasábamos al abrigo de un islote llamado Cauda, a duras penas pudimos sujetar el bote salvavidas. Después de subirlo a bordo, amarraron con sogas todo el casco del barco para reforzarlo. Temiendo que fueran a encallar en los bancos de arena de la Sirte, echaron el ancla flotante y dejaron el barco a la deriva. Al día siguiente, dado que la tempestad seguía arremetiendo con mucha fuerza contra nosotros, comenzaron a arrojar la carga por la borda. Al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos del barco.
Hechos 27:15-19 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
y comenzó a arrastrarlo. Como no podíamos mantener el barco de cara al viento, tuvimos que dejarnos llevar por él. Pasamos por detrás de una pequeña isla llamada Cauda, donde el viento no soplaba tan fuerte, y con mucho trabajo pudimos recoger el bote salvavidas. Después de subirlo a bordo, usaron sogas para reforzar el barco. Luego, como tenían miedo de encallar en los bancos de arena llamados la Sirte, echaron el ancla flotante y se dejaron llevar por el viento. Al día siguiente, la tempestad era todavía fuerte, así que comenzaron a arrojar al mar la carga del barco; y al tercer día, con sus propias manos, arrojaron también los aparejos del barco.
Hechos 27:15-19 La Biblia de las Américas (LBLA)
y siendo azotada la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos a él y nos dejamos llevar a la deriva. Navegando al abrigo de una pequeña isla llamada Clauda, con mucha dificultad pudimos sujetar el esquife. Después que lo alzaron, usaron amarras para ceñir la nave; y temiendo encallar en los bancos de Sirte, echaron el ancla flotante y se abandonaron a la deriva. Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga; y al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos de la nave.
Hechos 27:15-19 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Los marineros no pudieron girar el barco para hacerle frente al viento, así que se dieron por vencidos y se dejaron llevar por la tormenta. Navegamos al resguardo del lado con menos viento de una pequeña isla llamada Cauda, donde con gran dificultad subimos a bordo el bote salvavidas que era remolcado por el barco. Después los marineros ataron cuerdas alrededor del casco del barco para reforzarlo. Tenían miedo de que el barco fuera llevado a los bancos de arena de Sirte, frente a la costa africana, así que bajaron el ancla flotante para disminuir la velocidad del barco y se dejaron llevar por el viento. El próximo día, como la fuerza del vendaval seguía azotando el barco, la tripulación comenzó a echar la carga por la borda. Luego, al día siguiente, hasta arrojaron al agua parte del equipo del barco.