2 Samuel 7:18-22
2 Samuel 7:18-22 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Luego el rey David se presentó ante el SEÑOR y dijo: «SEÑOR y Dios, ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar tan lejos? Como si esto fuera poco, oh SEÑOR y Dios, has hecho promesas a este tu siervo en cuanto al futuro de su casa. ¡Tal es tu plan para con los hombres, mi SEÑOR y Dios! »¿Qué más podría decir tu siervo David que tú no sepas, SEÑOR mi Dios? Has hecho todas estas grandes maravillas en cumplimiento de tu palabra, según tu voluntad, y las has dado a conocer a tu siervo. »¡Qué grande eres, mi SEÑOR y Dios! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú y que aparte de ti no hay Dios.
2 Samuel 7:17-22 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Natán fue y le dio el mensaje a David. Entonces David fue a la carpa donde estaba el cofre, se sentó delante de Dios, y le dijo: «Mi Dios, ¿cómo puedes darme todo esto, si mi familia y yo valemos tan poco? ¿Y cómo es posible que prometas darme aún más, y que siempre bendecirás a mis descendientes? ¿Qué más te puedo decir, Dios mío, si tú me conoces muy bien? »Tú me dejas conocer tus grandes planes, porque así lo has querido. ¡Qué grande eres, Dios mío! ¡Todo lo que de ti sabemos es verdad! ¡No hay ningún otro Dios como tú
2 Samuel 7:18-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Entonces el rey David fue y se presentó ante el Señor, y le dijo: «Señor y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi familia, para que me hayas encumbrado tanto? Y hasta te parece poco lo que me has dado, Señor y Dios, que me haces mayores promesas para mis descendientes. ¡No hay nadie que actúe como tú, Señor y Dios! ¿Qué más te puedo decir, Señor y Dios, si tú me conoces mejor que nadie? Todas estas maravillas las has realizado conforme a tu palabra, y siguiendo tu corazón, y me las has dado a conocer. ¡Cuán grande eres, Señor y Dios! ¡No hay nadie como tú! Tal y como lo hemos sabido, ¡no hay más Dios que tú!
2 Samuel 7:18-22 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Entonces el rey David entró para hablar delante del Señor, y dijo: «Señor, ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí? ¡Y tan poca cosa te ha parecido esto, Señor, que hasta has hablado del porvenir de la dinastía de tu siervo! ¡Ningún hombre actúa como tú, Señor! ¿Qué más te puedo decir, Señor, si tú conoces a este siervo tuyo? Todas estas maravillas las has hecho, según lo prometiste y lo quisiste, para que yo las conociera; por lo tanto, Señor mío, ¡qué grandeza la tuya! Porque no hay nadie como tú, ni existe otro dios aparte de ti, según todo lo que nosotros mismos hemos oído.
2 Samuel 7:18-22 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí? Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová? ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová. Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo. Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
2 Samuel 7:18-22 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces el rey David entró y se sentó delante del SEÑOR y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor DIOS, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí? Y aun esto fue insignificante ante tus ojos, oh Señor DIOS, pues también has hablado de la casa de tu siervo concerniente a un futuro lejano. Y esta es la ley de los hombres, oh Señor DIOS. ¿Y qué más podría decirte David? Pues tú conoces a tu siervo, oh Señor DIOS. A causa de tu palabra, conforme a tu propio corazón, tú has hecho toda esta grandeza, para que lo sepa tu siervo. Oh Señor DIOS, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
2 Samuel 7:18-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces el rey David entró y se sentó delante del SEÑOR y oró: «¿Quién soy yo, oh SEÑOR Soberano, y qué es mi familia para que me hayas traído hasta aquí? Y ahora, SEÑOR Soberano, sumado a todo lo demás, ¡hablas de darle a tu siervo una dinastía duradera! ¿Tratas a todos de esta manera, oh SEÑOR Soberano? »¿Qué más puedo decirte? Tú sabes cómo es realmente tu siervo, SEÑOR Soberano. Debido a tu promesa y según tu voluntad hiciste todas estas grandes cosas y las diste a conocer a tu siervo. »¡Qué grande eres, oh SEÑOR Soberano! No hay nadie como tú. ¡Nunca hemos oído de otro Dios como tú!