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2 Samuel 22:2-26

2 Samuel 22:2-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Dijo así: «El SEÑOR es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, la roca en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvación. ¡Tú me salvaste de la violencia! »Invoco al SEÑOR, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. Las olas de la muerte me envolvieron; los torrentes destructores me abrumaron. Los lazos del sepulcro me enredaron; las redes de la muerte me atraparon. »En mi angustia invoqué al SEÑOR; llamé a mi Dios y él me escuchó desde su Templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos! La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo. Por la nariz echaba humo, por la boca, fuego consumidor; ¡lanzaba carbones encendidos! Rasgando el cielo, descendió, pisando sobre oscuros nubarrones. Montando sobre un querubín, surcó los cielos y se remontó sobre las alas del viento. De las tinieblas y los oscuros nubarrones hizo tiendas que lo rodeaban. De su radiante presencia brotaron carbones encendidos. Desde el cielo se oyó el trueno del SEÑOR; resonó la voz del Altísimo. Lanzó flechas y dispersó a los enemigos; con relámpagos los desconcertó. A causa de la reprensión del SEÑOR y por el resoplido de su enojo, las cuencas del mar quedaron a la vista; al descubierto quedaron los cimientos de la tierra. »Extendiendo su mano desde lo alto, tomó la mía y me sacó del mar profundo. Me libró de mi enemigo poderoso, de aquellos que me odiaban y eran más fuertes que yo. En el día de mi desgracia me salieron al encuentro, pero mi apoyo fue el SEÑOR. Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí. »El SEÑOR me ha pagado conforme a mi justicia; me ha premiado conforme a la limpieza de mis manos. He guardado los caminos del SEÑOR y no he cometido el error de alejarme de mi Dios. Presentes tengo todas sus leyes; no me he alejado de sus estatutos. He sido íntegro ante él y me he abstenido de pecar. El SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a mi limpieza ante sus ojos. »Tú eres fiel con quien es fiel e íntegro con quien es íntegro

2 Samuel 22:2-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

este canto: «¡Dios mío, yo te amo porque tú me das fuerzas! Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite! Tú mereces que te alabe porque, cuando te llamo, me libras de mis enemigos. »Hubo una vez en que la muerte quiso atraparme entre sus lazos; fui arrastrado por una corriente que todo lo destruía. Me vi atrapado por la muerte; me vi al borde de la tumba. Lleno de angustia llamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi oración llegó hasta sus oídos! »Hubo un temblor de tierra, y la tierra se estremeció. También los cerros temblaron desde sus cimientos; ¡temblaron por el enojo de Dios! Echaba humo por la nariz, arrojaba fuego por la boca, lanzaba carbones encendidos. »Dios partió el cielo en dos y bajó en una espesa nube. Cruzó los cielos sobre un querubín; se fue volando sobre las alas del viento. Se escondió en la oscuridad, entre las nubes cargadas de agua que lo encubrían por completo. ¡De su grandioso trono salían nubes, granizos y carbones encendidos! »De pronto, en el cielo se oyó una voz de trueno: ¡era la voz del Dios altísimo que se dejó escuchar entre granizos y carbones encendidos! Arrojó sus relámpagos como si disparara flechas; ¡dispersó a sus enemigos y los hizo salir corriendo! »Dios mío, tú reprendiste al mar, y por causa de tu enojo el fondo del mar quedó a la vista. En tu enojo resoplaste, y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto. Desde los altos cielos me tendiste la mano y me sacaste del mar profundo. Mis enemigos me odiaban; eran más fuertes y poderosos que yo, ¡pero tú me libraste de ellos! Se enfrentaron a mí en el peor momento, pero tú me apoyaste. Me diste libertad; ¡me libraste porque me amas! »Me diste mi recompensa porque hago lo que quieres. Me trataste con bondad porque hago lo que es justo. Yo obedezco tus enseñanzas y no me aparto de ti. Cumplo todas tus leyes, y jamás me aparto de ellas. He sido honesto contigo y no he hecho nada malo. Me diste mi recompensa porque hago lo que quieres, porque tú sabes que yo hago lo que es justo. Tú eres fiel con los que te son fieles, y tratas bien a quienes bien se comportan.

2 Samuel 22:2-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Estas son sus palabras: «Señor, tú eres mi roca y mi fortaleza ¡eres mi libertador! Dios mío, tú eres mi fuerza; ¡en ti confío! Eres mi escudo, mi poderosa salvación, ¡mi alto refugio! Salvador mío, tú me salvas de la violencia. Yo te invoco, Señor, porque solo tú eres digno de alabanza; ¡tú me salvas de mis adversarios! »Los lazos de la muerte me rodearon; ¡me arrolló un torrente de perversidad! Los lazos del sepulcro me rodearon; ¡me vi ante las trampas de la muerte! Pero en mi angustia, Señor, a ti clamé; a ti, mi Dios, pedí ayuda, y desde tu templo me escuchaste; ¡mis gemidos llegaron a tus oídos! »La tierra tembló y se estremeció; los cimientos de los cielos se cimbraron; ¡se sacudieron por la indignación del Señor! Humo salía de su nariz y de su boca brotaba fuego destructor; ¡su furor inflamaba los carbones! Inclinó los cielos, y bajó; a sus pies había densas tinieblas. Montó sobre un querubín, y voló; ¡voló sobre las alas del viento! Se envolvió en un manto de sombras; entre grises nubes, cargadas de agua. ¡De su deslumbrante presencia salieron ardientes ascuas que cruzaron las nubes! »El Señor lanzó un poderoso trueno; el Altísimo dejó escuchar su voz. Lanzó sus flechas, y los dispersó; ¡lanzó relámpagos, y acabó con ellos! El Señor dejó oír su reprensión, ¡y a la vista quedó el fondo de las aguas! De su nariz salió un intenso soplo, ¡y a la vista quedaron los cimientos del mundo! »Desde lo alto el Señor me tendió la mano y me rescató de las aguas tumultuosas; ¡me libró de los poderosos enemigos que me odiaban y eran más fuertes que yo! Me atacaron en el día de mi desgracia, pero el Señor me dio su apoyo; me llevó a un terreno espacioso, y me salvó, porque se agradó de mí. El Señor me premió porque soy justo; ¡porque mis manos están limpias de culpa! »Yo he seguido los caminos del Señor, y ningún mal he cometido contra mi Dios. Tengo presentes todos sus decretos, y no me he apartado de sus estatutos. Con él me he conducido rectamente, y me he alejado de la maldad; el Señor ha visto la limpieza de mis manos, y por eso ha recompensado mi justicia. »Señor, tú eres fiel con el que es fiel, e intachable con el que es intachable.

2 Samuel 22:2-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Dijo así: «Tú, Señor, eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite, mi más alto refugio, mi salvador. ¡Me salvaste de la violencia! Tú, Señor, eres digno de alabanza: cuando te llamo, me salvas de mis enemigos. »Pues la muerte me enredó en sus olas; sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos; ¡me encontré en trampas mortales! En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mis gritos llegaron a sus oídos! »Hubo entonces un fuerte temblor de tierra: temblaron las bases del cielo; fueron sacudidas por la furia del Señor. De su nariz brotaba humo, y de su boca un fuego destructor; ¡por la boca lanzaba carbones encendidos! Descorrió la cortina del cielo, y descendió. ¡Debajo de sus pies había grandes nubarrones! Montó en un ser alado, y voló; se le veía sobre las alas del viento. Tomó como tienda de campaña la densa oscuridad que le rodeaba y los nubarrones cargados de agua. Un fulgor relampagueante salió de su presencia; llovieron carbones encendidos. »El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo: lanzó sus flechas, sus relámpagos, y a mis enemigos hizo huir en desorden. El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a la vista, por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. »Dios me tendió la mano desde lo alto, y con su mano me sacó del mar inmenso. Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me sacó a la libertad; ¡me salvó porque me amaba! El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, pues yo he seguido el camino del Señor; ¡jamás he renegado de mi Dios! Yo tengo presentes todos sus decretos; ¡jamás me he desviado de sus leyes! Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad. El Señor me ha recompensado por mi limpia conducta en su presencia. »Tú, Señor, eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable

2 Samuel 22:2-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ondas de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras del Seol me rodearon; Tendieron sobre mí lazos de muerte. En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios; Él oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó a sus oídos. La tierra fue conmovida, y tembló, Y se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque se indignó él. Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos. E inclinó los cielos, y descendió; Y había tinieblas debajo de sus pies. Y cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento. Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí; Oscuridad de aguas y densas nubes. Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes. Y tronó desde los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Envió sus saetas, y los dispersó; Y lanzó relámpagos, y los destruyó. Entonces aparecieron los torrentes de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo; A la reprensión de Jehová, Por el soplo del aliento de su nariz. Envió desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas. Me libró de poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi quebranto; Mas Jehová fue mi apoyo, Y me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí. Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado. Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios. Pues todos sus decretos estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos. Fui recto para con él, Y me he guardado de mi maldad; Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro.

2 Samuel 22:2-26 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y dijo: El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi refugio; salvador mío, tú me salvas de la violencia. Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos. Las ondas de la muerte me cercaron, los torrentes de iniquidad me atemorizaron; los lazos del Seol me rodearon, las redes de la muerte surgieron ante mí. En mi angustia invoqué al SEÑOR, sí, clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor llegó a sus oídos. Entonces la tierra se estremeció y tembló, los cimientos de los cielos temblaron y fueron sacudidos, porque Él se indignó. Humo subió de su nariz, y el fuego de su boca consumía; carbones fueron por él encendidos. Inclinó también los cielos, y descendió con densas tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un querubín, y voló; y apareció sobre las alas del viento. De tinieblas hizo pabellones a su alrededor, abundantes aguas, densos nubarrones. Del fulgor de su presencia ascuas de fuego se encendieron. Tronó el SEÑOR desde los cielos, y el Altísimo dio su voz. Y envió saetas, y los dispersó, relámpagos, y los confundió. Entonces los abismos del mar aparecieron, los cimientos del mundo quedaron al descubierto, por la reprensión del SEÑOR, por el soplo del aliento de su nariz. Extendió la mano desde lo alto y me tomó; me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo, de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo. Se enfrentaron a mí el día de mi infortunio, mas el SEÑOR fue mi sostén. También me sacó a un lugar espacioso; me rescató, porque se complació en mí. El SEÑOR me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la pureza de mis manos me ha recompensado. Porque he guardado los caminos del SEÑOR, y no me he apartado impíamente de mi Dios. Pues todas sus ordenanzas estaban delante de mí, y en cuanto a sus estatutos, no me aparté de ellos. También fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad. Por tanto el SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a mi pureza delante de sus ojos. Con el benigno te muestras benigno, con el hombre íntegro te muestras íntegro

2 Samuel 22:2-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Cantó así: «El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro. Él es mi refugio, mi salvador, el que me libra de la violencia. Clamé al SEÑOR, quien es digno de alabanza, y me salvó de mis enemigos. »Las olas de la muerte me envolvieron; me arrasó una inundación devastadora. La tumba me envolvió con sus cuerdas; la muerte me tendió una trampa en el camino. Pero en mi angustia, clamé al SEÑOR; sí, clamé a Dios por ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos. »Entonces la tierra se estremeció y tembló. Se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo. De su nariz salía humo a raudales; de su boca saltaban violentas llamas de fuego. Carbones encendidos se disparaban de él. Abrió los cielos y descendió; había oscuras nubes de tormenta debajo de sus pies. Voló montado sobre un poderoso ser angelical, remontándose sobre las alas del viento. Se envolvió con un manto de oscuridad y ocultó su llegada con densas nubes de lluvia. Un gran resplandor brilló alrededor de él, y carbones encendidos se dispararon. El SEÑOR retumbó desde el cielo; la voz del Altísimo resonó. Disparó flechas y dispersó a sus enemigos; destelló su relámpago, y ellos quedaron confundidos. Luego, a la orden del SEÑOR, a la ráfaga de su aliento, pudo verse el fondo del mar, y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto. »Él extendió la mano desde el cielo y me rescató; me sacó de aguas profundas. Me rescató de mis enemigos poderosos, de los que me odiaban y eran demasiado fuertes para mí. Me atacaron en un momento de angustia, pero el SEÑOR me sostuvo. Me condujo a un lugar seguro; me rescató porque en mí se deleita. El SEÑOR me recompensó por hacer lo correcto; me restauró debido a mi inocencia. Pues he permanecido en los caminos del SEÑOR; no me he apartado de mi Dios para seguir el mal. He seguido todas sus ordenanzas; nunca he abandonado sus decretos. Soy intachable delante de Dios; me he abstenido del pecado. El SEÑOR me recompensó por hacer lo correcto; ha visto mi inocencia. »Con los fieles te muestras fiel; a los íntegros les muestras integridad.