2 Samuel 10:6-19
2 Samuel 10:6-19 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Al darse cuenta los amonitas de que habían ofendido a David, hicieron trámites para contratar mercenarios: de entre los arameos de Bet Rejob y de Sobá, veinte mil soldados de infantería; del rey de Macá, mil hombres; y de Tob, doce mil hombres. Cuando David lo supo, despachó a Joab con todos los soldados del ejército. Los amonitas avanzaron hasta la entrada de su ciudad y se alistaron para la batalla, mientras que los arameos de Sobá y Rejob se quedaron aparte, en campo abierto, junto con los hombres de Tob y de Macá. Joab se vio amenazado por el frente y por la retaguardia, así que escogió a las mejores tropas israelitas para pelear contra los arameos. El resto de las tropas las puso al mando de su hermano Abisay, para que enfrentaran a los amonitas. A Abisay le ordenó: «Si los arameos pueden más que yo, tú vendrás a rescatarme; y si los amonitas pueden más que tú, yo iré a tu rescate. ¡Ánimo! Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios. ¡Y que el SEÑOR haga lo que bien le parezca!». Enseguida Joab y sus tropas avanzaron contra los arameos y estos huyeron de él. Al ver que los arameos se daban a la fuga, también los amonitas huyeron de Abisay y se refugiaron en la ciudad. Entonces Joab suspendió el ataque contra los amonitas y regresó a Jerusalén. Los arameos, al verse derrotados por Israel, volvieron a reunirse. Además, Hadad Ezer mandó movilizar a los arameos que estaban al otro lado del río Éufrates, los cuales fueron a Jelán bajo el mando de Sobac, comandante del ejército de Hadad Ezer. Cuando David se enteró de esto, reunió a todo Israel, cruzó el Jordán y marchó hacia Jelán. Los arameos se enfrentaron con David y lo atacaron, pero tuvieron que huir ante los israelitas. David mató a setecientos soldados que guiaban los carros de guerra y a cuarenta mil de infantería. También hirió a Sobac, comandante del ejército arameo, quien murió allí mismo. Al ver que los arameos habían sido derrotados por los israelitas, todos los reyes vasallos de Hadad Ezer hicieron la paz con los israelitas y se sometieron a ellos. Y nunca más se atrevieron los arameos a ir en auxilio de los amonitas.
2 Samuel 10:6-19 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Los amonitas se enteraron de que David se había enojado mucho. Entonces contrataron a algunos arameos de Rehob y Sobá para que se unieran a ellos y pelearan contra David. También contrataron a mil hombres del rey Maacá y a doce mil hombres de Tob. Los arameos enviaron a veinte mil soldados, y se quedaron en el campo junto con los soldados de Tob y Maacá. Por su parte, los amonitas salieron a la guerra y se formaron a la entrada de la ciudad. David se dio cuenta de esto, y envió a la batalla a Joab, junto con todo su ejército y sus mejores soldados. Y cuando Joab vio que los arameos iban a atacarlo por un lado y los amonitas por el otro, eligió a los mejores soldados israelitas y atacó a los arameos. El resto de su ejército lo dejó a las órdenes de su hermano Abisai, para que peleara contra los amonitas, y le dijo: «Si ves que los arameos me están ganando, irás a ayudarme. Si, por el contrario, veo que los amonitas te están ganando, yo te ayudaré. ¡Tú esfuérzate y ten valor! Luchemos por nuestra gente y por las ciudades que Dios nos ha dado, ¡y que Dios haga lo que le parezca mejor!» Joab y sus hombres pelearon contra los arameos, y los hicieron huir. Cuando los amonitas vieron que los arameos estaban huyendo, también ellos huyeron de Abisai y corrieron a refugiarse en su ciudad. Entonces Joab dejó de combatirlos y regresó a Jerusalén. Al ver los arameos que los israelitas los habían derrotado, reunieron a todos sus ejércitos. Hadad-ézer mandó llamar a los arameos que estaban del otro lado del Éufrates, y ellos vinieron a Helam. Al frente de ellos iba Sobac, que era el jefe del ejército de Hadad-ézer. Cuando David supo esto, reunió a todo el ejército de Israel, cruzó el río Jordán y llegó a Helam. Los arameos se formaron frente a David y empezó la batalla. David mató a setecientos soldados que guiaban carros de guerra y a cuarenta mil soldados de caballería. También mató a Sobac, jefe del ejército arameo. Entonces los arameos huyeron de los israelitas. Cuando todos los reyes que estaban bajo el poder de Hadad-ézer vieron que David lo había derrotado, hicieron la paz con Israel y quedaron al servicio de David. Los arameos, por su parte, no volvieron a ayudar a los amonitas.
2 Samuel 10:6-19 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Los amonitas se dieron cuenta de que se habían ganado la enemistad de David, así que contrataron a veinte mil soldados sirios de Bet Rejob y de Soba, mil soldados del rey de Macá y doce mil de Istob. Y cuando David lo supo, envió a Joab con sus soldados más valientes a combatirlos. Entonces los amonitas se prepararon para la batalla a las puertas de la ciudad, mientras que los sirios de Soba, de Rejob, de Istob y de Macá se alinearon en el campo. Cuando Joab vio que la batalla se libraría de frente y por la retaguardia, hizo una selección de los mejores guerreros y se preparó en orden de batalla para luchar contra los sirios. Al ejército restante lo puso en manos de su hermano Abisay, y lo alineó para encontrarse con los amonitas. Y le dijo: «Si ves que los sirios nos van ganando, vendrás en nuestra ayuda; y si los amonitas te van ganando, nosotros iremos en tu ayuda. Vamos a luchar con todas nuestras fuerzas por el pueblo de Israel, por todas las ciudades de nuestro Dios, y que el Señor haga lo que mejor le parezca.» Cuando Joab y sus soldados arremetieron contra los sirios, estos salieron huyendo de Joab y del ejército israelita. Y cuando los amonitas vieron que el ejército sirio huía, también ellos huyeron de Abisay y sus hombres, y se refugiaron en la ciudad. Así terminó la batalla, y Joab regresó a Jerusalén. Pero los sirios, al verse derrotados por el ejército israelita, volvieron a reagruparse. Entonces Hadad Ezer mandó traer a los sirios que estaban al otro lado del río Éufrates, y llegaron a Jelán comandados por Sobac, general del ejército de Hadad Ezer. David supo de estos movimientos y reunió a todo el ejército de Israel, y juntos cruzaron el Jordán para llegar a Jelán. Cuando los sirios los vieron, se formaron en orden de batalla y pelearon contra David y su ejército. Pero el ejército sirio fue vencido y huyó de los israelitas, y ese día David mató a los soldados sirios que conducían setecientos carros, y a cuarenta mil hombres de caballería. Allí murió también Sobac, general del ejército sirio. Y cuando los reyes que ayudaban a Hadad Ezer vieron cómo habían sido derrotados sus ejércitos, firmaron la paz con Israel y se hicieron sus súbditos, y desde entonces los sirios se abstuvieron de ayudar a los amonitas.
2 Samuel 10:6-19 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Los amonitas comprendieron que se habían hecho odiosos a David, por lo que tomaron a sueldo a veinte mil soldados sirios de Bet-rehob y de Sobá, al rey de Maacá con mil hombres, y a doce mil hombres de Is-tob. Pero David lo supo y mandó a Joab con todos los soldados del ejército. Los amonitas avanzaron y se prepararon para la batalla a la entrada misma de la ciudad, mientras que los soldados sirios de Sobá y Rehob, y las tropas de Is-tob y Maacá, tomaron posiciones en el campo. Cuando Joab vio que iba a ser atacado por el frente y por la retaguardia, escogió los mejores soldados israelitas y se preparó para atacar a los sirios. Luego puso el resto de la tropa bajo el mando de su hermano Abisai, para que este hiciera frente a los amonitas, y le dijo: «Si los sirios pueden más que yo, tú vendrás a ayudarme, y si los amonitas pueden más que tú, iré a ayudarte yo. Ten ánimo, y luchemos con valor por nuestra nación y por las ciudades de nuestro Dios. ¡Y que el Señor haga lo que le parezca mejor!» Joab avanzó con sus tropas para atacar a los sirios, pero estos huyeron ante él. Y cuando los amonitas vieron que los sirios huían, ellos también huyeron de Abisai y se metieron en la ciudad. Joab dejó entonces de luchar contra los amonitas y regresó a Jerusalén. Cuando los sirios se dieron cuenta de que Israel los había vencido, se juntaron otra vez. Hadad-ézer mandó traer a los sirios que estaban al otro lado del río Éufrates, los cuales llegaron a Helam. Al frente de ellos estaba Sobac, jefe del ejército de Hadad-ézer. Pero le contaron esto a David, quien, movilizando en seguida a todo Israel, atravesó el río Jordán y llegó a Helam. Allí los sirios se enfrentaron con David y lucharon contra él, pero finalmente huyeron de los israelitas, pues las bajas que les causó David fueron de cuarenta mil soldados de caballería y setecientos de los carros de combate; además, David hirió de muerte a Sobac, el jefe del ejército sirio, el cual murió allí. Al ver todos los reyes aliados de Hadad-ézer que los israelitas los habían derrotado, hicieron la paz con los israelitas y quedaron sometidos a ellos. A partir de entonces, los sirios tuvieron miedo de volver a ayudar a los amonitas.
2 Samuel 10:6-19 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y tomaron a sueldo a los sirios de Bet-rehob y a los sirios de Soba, veinte mil hombres de a pie, del rey de Maaca mil hombres, y de Is-tob doce mil hombres. Cuando David oyó esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes. Y saliendo los hijos de Amón, se pusieron en orden de batalla a la entrada de la puerta; pero los sirios de Soba, de Rehob, de Is-tob y de Maaca estaban aparte en el campo. Viendo, pues, Joab que se le presentaba la batalla de frente y a la retaguardia, entresacó de todos los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios. Entregó luego el resto del ejército en mano de Abisai su hermano, y lo alineó para encontrar a los amonitas. Y dijo: Si los sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda. Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere. Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él. Entonces los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisai, y se refugiaron en la ciudad. Se volvió, pues, Joab de luchar contra los hijos de Amón, y vino a Jerusalén. Pero los sirios, viendo que habían sido derrotados por Israel, se volvieron a reunir. Y envió Hadad-ezer e hizo salir a los sirios que estaban al otro lado del Éufrates, los cuales vinieron a Helam, llevando por jefe a Sobac, general del ejército de Hadad-ezer. Cuando fue dado aviso a David, reunió a todo Israel, y pasando el Jordán vino a Helam; y los sirios se pusieron en orden de batalla contra David y pelearon contra él. Mas los sirios huyeron delante de Israel; y David mató de los sirios a la gente de setecientos carros, y cuarenta mil hombres de a caballo; hirió también a Sobac general del ejército, quien murió allí. Viendo, pues, todos los reyes que ayudaban a Hadad-ezer, cómo habían sido derrotados delante de Israel, hicieron paz con Israel y le sirvieron; y de allí en adelante los sirios temieron ayudar más a los hijos de Amón.
2 Samuel 10:6-19 La Biblia de las Américas (LBLA)
Al ver los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, los hijos de Amón mandaron a tomar a sueldo a los arameos de Bet-rehob y a los arameos de Soba, veinte mil soldados de a pie, y del rey de Maaca mil hombres, y de Is-tob doce mil hombres. Cuando David se enteró, envió a Joab y a todo el ejército de los valientes. Y los hijos de Amón salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los arameos de Soba y de Rehob y los hombres de Is-tob y de Maaca estaban aparte en el campo. Viendo Joab que se le presentaba batalla por el frente y por la retaguardia, escogió de entre todos los mejores hombres de Israel, y los puso en orden de batalla contra los arameos. Al resto del pueblo lo colocó al mando de su hermano Abisai y lo puso en orden de batalla contra los hijos de Amón. Y dijo: Si los arameos son demasiado fuertes para mí, entonces tú me ayudarás, y si los hijos de Amón son demasiado fuertes para ti, entonces vendré en tu ayuda. Esfuérzate, y mostrémonos valientes por amor a nuestro pueblo y por amor a las ciudades de nuestro Dios; y que el SEÑOR haga lo que le parezca bien. Entonces se acercó Joab con el pueblo que estaba con él para pelear contra los arameos, y estos huyeron delante de él. Cuando los hijos de Amón vieron que los arameos huían, ellos también huyeron delante de Abisai y entraron en la ciudad. Entonces Joab se volvió de pelear contra los hijos de Amón y vino a Jerusalén. Al ver los arameos que habían sido derrotados por Israel, volvieron a concentrarse. Hadad-ezer mandó sacar a los arameos que estaban al otro lado del río y fueron a Helam; y Sobac, comandante del ejército de Hadad-ezer, iba al frente de ellos. Cuando se dio aviso a David, este reunió a todo Israel, cruzó el Jordán y llegó a Helam. Los arameos se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a David, y pelearon contra él. Pero los arameos huyeron delante de Israel, y David mató a setecientos hombres de los carros de los arameos, y a cuarenta mil hombres de a caballo, e hirió a Sobac, comandante de su ejército, el cual murió allí. Cuando todos los reyes, siervos de Hadad-ezer, vieron que habían sido derrotados por Israel, hicieron la paz con Israel y le sirvieron. Y los arameos tuvieron temor de ayudar más a los hijos de Amón.
2 Samuel 10:6-19 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Cuando el pueblo de Amón se dio cuenta de qué tan seriamente había provocado el enojo de David, los amonitas contrataron a veinte mil soldados arameos de infantería de las tierras de Bet-rehob y Soba, mil del rey de Maaca y doce mil de la tierra de Tob. Cuando David se enteró, envió a Joab con todos sus guerreros a pelear contra ellos. Las tropas amonitas se pusieron en pie de guerra a la entrada de la puerta de la ciudad, mientras que los arameos de Soba y Rehob, junto con los hombres de Tob y Maaca, tomaron posiciones para pelear a campo abierto. Cuando Joab vio que tendría que luchar tanto por el frente como por la retaguardia, eligió a algunas de las tropas selectas israelitas y las puso bajo su propio mando para luchar contra los arameos a campo abierto. Dejó al resto del ejército bajo el mando de su hermano Abisai, quien atacaría a los amonitas. «Si los arameos son demasiado fuertes para mí, entonces ven en mi ayuda —le dijo Joab a su hermano—. Si los amonitas son demasiado fuertes para ti, yo iré en tu ayuda. ¡Sé valiente! Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, y que se haga la voluntad del SEÑOR». Cuando Joab y sus tropas atacaron, los arameos comenzaron a huir. Al ver que los arameos corrían, los amonitas huyeron de Abisai y retrocedieron a la ciudad. Terminada la batalla, Joab regresó a Jerusalén. Al darse cuenta los arameos de que no podían contra Israel se reagruparon, y se les unieron tropas adicionales arameas que Hadad-ezer mandó llamar del otro lado del río Éufrates. Estas tropas llegaron a Helam bajo el mando de Sobac, el comandante de las fuerzas de Hadad-ezer. Cuando David oyó lo que sucedía, movilizó a todo Israel, cruzó el río Jordán y guio al ejército a Helam. Los arameos se pusieron en formación de batalla y lucharon contra David; pero nuevamente los arameos huyeron de los israelitas. Esta vez las fuerzas de David mataron a setecientos conductores de carros de guerra y a cuarenta mil soldados de infantería, entre estos a Sobac, el comandante del ejército. Cuando todos los reyes que estaban aliados con Hadad-ezer vieron que Israel los había derrotado, se rindieron a Israel y se convirtieron en sus súbditos. Después de esto, los arameos tuvieron miedo de ayudar a los amonitas.