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2 Reyes 8:3-15

2 Reyes 8:3-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Pasados los siete años, la mujer volvió de ese país y fue a rogarle al rey que le restituyera su casa y sus tierras. El rey estaba en ese momento hablando con Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía: «Por favor, háblame de todas las maravillas que ha hecho Eliseo.» Y mientras Guejazí le contaba al rey cómo Eliseo le había devuelto la vida a un muerto, la madre del hijo resucitado por Eliseo llegó a pedirle al rey la devolución de su casa y de sus tierras. Guejazí exclamó entonces: «Su Majestad, ¡esta es la mujer, y este es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida!» El rey interrogó a la mujer, y ella le contó todo. Entonces el rey llamó a un oficial y le ordenó: «Haz que a esta mujer se le devuelva todo lo que era suyo, y todo lo que sus tierras produjeron desde que dejó el país hasta ahora.» Después de eso, Eliseo se fue a Damasco. El rey Ben Adad de Siria estaba enfermo, y cuando le avisaron que el varón de Dios estaba allí, el rey le dijo a Jazael: «Ve a recibir al varón de Dios, y llévale un presente. Consulta por medio de él al Señor, y pregúntale si yo sanaré de esta enfermedad.» Jazael escogió un presente de entre los bienes de Damasco, y junto con cuarenta camellos cargados, fue al encuentro del varón de Dios. Cuando llegó ante él, le dijo: «El rey Ben Adad de Siria, que es como tu hijo, me ha enviado para que te pregunte si va a sanar de su enfermedad.» Y Eliseo le dijo: «Ve y dile que ciertamente sanará. Sin embargo, el Señor me ha revelado que Ben Adad inevitablemente morirá.» Y el varón de Dios se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se ruborizó. De pronto, el varón de Dios prorrumpió en llanto, y Jazael le preguntó: «¿Por qué llora mi señor?» El varón de Dios respondió: «Lloro porque sé que harás mucho mal a los israelitas; sé que les prenderás fuego a sus fortalezas, que a sus jóvenes los matarás a filo de espada, que a sus niños los estrellarás contra el suelo, y que a sus mujeres embarazadas las abrirás en canal.» Jazael objetó: «Pero, ¿quién es tu siervo, si no un perro? ¿Cómo podría hacer algo tan formidable?» Y Eliseo respondió: «El Señor me ha revelado que tú vas a ser rey de Siria.» Cuando Jazael se fue y volvió con su amo, este le preguntó: «¿Qué te ha dicho Eliseo?» Y Jazael respondió: «Me dijo que ciertamente sanarás.» Pero al día siguiente Jazael tomó un paño, lo remojó en agua, y se lo puso a Ben Adad sobre el rostro, y Ben Adad murió. En su lugar, reinó Jazael.

2 Reyes 8:3-15 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora. Eliseo se fue luego a Damasco; y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. Y el rey dijo a Hazael: Toma en tu mano un presente, y ve a recibir al varón de Dios, y consulta por él a Jehová, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad? Tomó, pues, Hazael en su mano un presente de entre los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y fue a su encuentro, y llegando se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad rey de Siria me ha enviado a ti, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad? Y Eliseo le dijo: Ve, dile: Seguramente sanarás. Sin embargo, Jehová me ha mostrado que él morirá ciertamente. Y el varón de Dios le miró fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró el varón de Dios. Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén encintas. Y Hazael dijo: Pues, ¿qué es tu siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas? Y respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú serás rey de Siria. Y Hazael se fue, y vino a su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él respondió: Me dijo que seguramente sanarás. El día siguiente, tomó un paño y lo metió en agua, y lo puso sobre el rostro de Ben-adad, y murió; y reinó Hazael en su lugar.

2 Reyes 8:3-15 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Al cabo de los siete años, cuando regresó del país de los filisteos, la mujer fue a rogarle al rey que le devolviera su casa y sus tierras. En esos momentos el rey estaba hablando con Guiezi, el criado del hombre de Dios, y le había dicho: «Cuéntame todas las maravillas que ha hecho Eliseo». Y precisamente cuando Guiezi le contaba al rey que Eliseo había revivido al niño muerto, la madre llegó para rogarle al rey que le devolviera su casa y sus tierras. Así que Guiezi dijo: —Mi señor y rey, esta es la mujer, y este es el hijo que Eliseo revivió. El rey le hizo preguntas a la mujer y ella se lo contó todo. Entonces el rey ordenó a un funcionario que se encargara de ella y le dijo: —Devuélvele todo lo que le pertenecía, incluso todas las ganancias que hayan producido sus tierras, desde el día en que salió del país hasta hoy. Luego Eliseo se fue a Damasco. Ben Adad, rey de Aram, estaba enfermo y, cuando le avisaron que el hombre de Dios había llegado, ordenó a Jazael: «Llévale un regalo al hombre de Dios. Cuando lo veas, consulta al SEÑOR por medio de él para saber si me voy a recuperar de esta enfermedad». Jazael fue a ver a Eliseo y como regalo le llevó de las mejores mercancías de Damasco, cargadas en cuarenta camellos. Cuando llegó, se presentó ante él y dijo: —Ben Adad, rey de Aram, su servidor, me ha enviado para preguntarle si él se va a recuperar de su enfermedad. Eliseo respondió: —Ve y dile que sobrevivirá a esa enfermedad, aunque el SEÑOR me ha revelado que de todos modos va a morir. Luego Eliseo se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se echó a llorar. —¿Por qué llora mi señor? —preguntó Jazael. —Porque yo sé bien que vas a causarles mucho daño a los israelitas —respondió—. Vas a incendiar sus fortalezas, y a matar a sus jóvenes a filo de espada; despedazarás a los niños y les abrirás el vientre a las mujeres embarazadas. Jazael exclamó: —¡Qué es este servidor de usted sino un pobre perro! ¿Cómo es posible que haga tal cosa? Entonces Eliseo declaró: —El SEÑOR me ha revelado que vas a ser rey de Aram. Jazael se despidió de Eliseo y regresó para presentarse ante su rey. Cuando Ben Adad preguntó qué había dicho Eliseo, Jazael respondió: —Me dijo que usted sobrevivirá a su enfermedad. Pero al día siguiente tomó una colcha y, empapándola en agua, tapó la cara al rey hasta asfixiarlo. Así fue como Jazael usurpó el trono.

2 Reyes 8:3-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Al final de esos siete años, abandonó el territorio de los filisteos, y se fue a hablar con el rey de Israel para que le devolviera su casa y sus tierras. El rey le había pedido a Guehazí, el sirviente del profeta Eliseo, que le contara todas las maravillas que había hecho el profeta. Y en el momento en que Guehazí le estaba contando cómo Eliseo había resucitado al hijo de la mujer de Sunem, esta llegó buscando al rey. Entonces Guehazí le dijo: «Majestad, ¡aquí tiene usted a la madre y al muchacho de quienes le hablaba!» El rey le hizo unas preguntas a la mujer y ella las contestó. Después, el rey llamó a uno de sus ayudantes y le dijo: «Devuélvanle a esta mujer todo lo que le pertenecía y todo lo que han producido sus campos desde el momento en que se fue hasta ahora». Tiempo después, Eliseo se fue a la ciudad de Damasco. Ben-hadad, el rey de Siria, estaba enfermo, y cuando le dijeron que el profeta había llegado, le dijo a Hazael: «Toma un regalo y llévaselo al profeta. Dile que le pregunte a Dios si voy a sanar». Hazael fue a buscar a Eliseo, y en cuarenta camellos, le llevó de regalo de lo mejor que había en Damasco. Cuando llegó delante de Eliseo, le dijo: —Ben-hadad, rey de Siria, te considera como un padre. Me envía para que me digas si él va a sanar de su enfermedad. Eliseo le contestó: —Ve y dile que sí va a sanar, aunque Dios me hizo saber que muy pronto morirá. Después Eliseo miró fijamente a Hazael hasta que este se sintió incómodo. El profeta se puso a llorar y Hazael le preguntó: —Señor, ¿por qué llora? Eliseo le respondió: —Porque yo sé todo el mal que vas a causarle a mi pueblo Israel. Vas a quemar sus ciudades amuralladas, y acabarás por completo con todos sus habitantes. Hazael dijo: —¿Por qué me crees capaz de algo tan terrible? Yo valgo menos que un perro. Eliseo contestó: —Ya Dios me hizo saber que tú serás el próximo rey de Siria. Después de eso, Hazael se despidió de Eliseo y fue a ver al rey Ben-hadad, quien le preguntó: —¿Qué te dijo Eliseo? Hazael le respondió: —Me dijo que usted va a sanar de su enfermedad. Pero al día siguiente Hazael tomó un paño, lo mojó en agua y se lo puso en la cara a Ben-hadad hasta asfixiarlo. Después de esto, Hazael se convirtió en el nuevo rey de Siria.

2 Reyes 8:3-15 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Pasados los siete años, la mujer volvió de ese país y fue a rogarle al rey que le restituyera su casa y sus tierras. El rey estaba en ese momento hablando con Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía: «Por favor, háblame de todas las maravillas que ha hecho Eliseo.» Y mientras Guejazí le contaba al rey cómo Eliseo le había devuelto la vida a un muerto, la madre del hijo resucitado por Eliseo llegó a pedirle al rey la devolución de su casa y de sus tierras. Guejazí exclamó entonces: «Su Majestad, ¡esta es la mujer, y este es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida!» El rey interrogó a la mujer, y ella le contó todo. Entonces el rey llamó a un oficial y le ordenó: «Haz que a esta mujer se le devuelva todo lo que era suyo, y todo lo que sus tierras produjeron desde que dejó el país hasta ahora.» Después de eso, Eliseo se fue a Damasco. El rey Ben Adad de Siria estaba enfermo, y cuando le avisaron que el varón de Dios estaba allí, el rey le dijo a Jazael: «Ve a recibir al varón de Dios, y llévale un presente. Consulta por medio de él al Señor, y pregúntale si yo sanaré de esta enfermedad.» Jazael escogió un presente de entre los bienes de Damasco, y junto con cuarenta camellos cargados, fue al encuentro del varón de Dios. Cuando llegó ante él, le dijo: «El rey Ben Adad de Siria, que es como tu hijo, me ha enviado para que te pregunte si va a sanar de su enfermedad.» Y Eliseo le dijo: «Ve y dile que ciertamente sanará. Sin embargo, el Señor me ha revelado que Ben Adad inevitablemente morirá.» Y el varón de Dios se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se ruborizó. De pronto, el varón de Dios prorrumpió en llanto, y Jazael le preguntó: «¿Por qué llora mi señor?» El varón de Dios respondió: «Lloro porque sé que harás mucho mal a los israelitas; sé que les prenderás fuego a sus fortalezas, que a sus jóvenes los matarás a filo de espada, que a sus niños los estrellarás contra el suelo, y que a sus mujeres embarazadas las abrirás en canal.» Jazael objetó: «Pero, ¿quién es tu siervo, si no un perro? ¿Cómo podría hacer algo tan formidable?» Y Eliseo respondió: «El Señor me ha revelado que tú vas a ser rey de Siria.» Cuando Jazael se fue y volvió con su amo, este le preguntó: «¿Qué te ha dicho Eliseo?» Y Jazael respondió: «Me dijo que ciertamente sanarás.» Pero al día siguiente Jazael tomó un paño, lo remojó en agua, y se lo puso a Ben Adad sobre el rostro, y Ben Adad murió. En su lugar, reinó Jazael.

2 Reyes 8:3-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Pasado este tiempo, la mujer regresó de territorio filisteo, y fue a ver al rey para reclamar la devolución de su casa y sus tierras. El rey estaba hablando con Guehazí, el criado del profeta Eliseo, pues le había pedido que le contara todas las maravillas que Eliseo había realizado. Y en el momento en que Guehazí le estaba contando al rey cómo Eliseo había revivido al hijo de una mujer, llegó esta a reclamar al rey su casa y sus tierras. Entonces Guehazí dijo al rey: —Majestad, esta es la mujer, y este es su hijo, a quien Eliseo revivió. El rey hizo preguntas a la mujer, y ella le contó su historia. Después el rey ordenó a un oficial de su confianza que se encargara de que fueran devueltas a la mujer todas sus propiedades y todo lo que habían producido sus tierras desde que había salido del país hasta aquel momento. Después Eliseo fue a Damasco. En aquel tiempo estaba enfermo Ben-hadad, el rey de Siria, y le dijeron que había llegado el profeta. Entonces dijo el rey a Hazael: —Toma un regalo y vete a ver al profeta. Pídele que consulte al Señor para saber si sobreviviré a esta enfermedad. Hazael fue a ver al profeta, y le llevó regalos de los mejores productos de Damasco, cargados en cuarenta camellos. Cuando llegó ante él, le dijo: —Ben-hadad, rey de Siria, quien te ve como a un padre, me envía a preguntarte si sobrevivirá a su enfermedad. Eliseo le respondió: —Ve y dile que sobrevivirá a su enfermedad, aunque el Señor me ha hecho saber que de todos modos va a morir. De pronto Eliseo se quedó mirando fijamente a Hazael, lo que hizo que este se sintiera incómodo. Luego el profeta se echó a llorar, y Hazael le preguntó: —¿Por qué lloras, mi señor? Eliseo respondió: —Porque sé que vas a causarles daño a los israelitas, pues vas a prender fuego a sus fortalezas, a matar a filo de espada a sus jóvenes, a asesinar a sus pequeñuelos y a abrirles el vientre a las mujeres embarazadas. Hazael contestó: —¡Pero si yo no soy más que un pobre perro! ¿Cómo podría hacer tal cosa? Y Eliseo respondió: —El Señor me ha hecho saber que tú vas a ser rey de Siria. Hazael se despidió de Eliseo y se presentó ante su soberano, quien le preguntó: —¿Qué te ha dicho Eliseo? Hazael contestó: —Me ha dicho que vas a sobrevivir a tu enfermedad. Pero al día siguiente Hazael fue y tomó una manta, y luego de empaparla de agua, se la puso al rey sobre la cara, y el rey murió. Después de esto, Hazael reinó en su lugar.

2 Reyes 8:3-15 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora. Eliseo se fue luego a Damasco; y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. Y el rey dijo a Hazael: Toma en tu mano un presente, y ve a recibir al varón de Dios, y consulta por él a Jehová, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad? Tomó, pues, Hazael en su mano un presente de entre los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y fue a su encuentro, y llegando se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad rey de Siria me ha enviado a ti, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad? Y Eliseo le dijo: Ve, dile: Seguramente sanarás. Sin embargo, Jehová me ha mostrado que él morirá ciertamente. Y el varón de Dios le miró fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró el varón de Dios. Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén encintas. Y Hazael dijo: Pues, ¿qué es tu siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas? Y respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú serás rey de Siria. Y Hazael se fue, y vino a su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él respondió: Me dijo que seguramente sanarás. El día siguiente, tomó un paño y lo metió en agua, y lo puso sobre el rostro de Ben-adad, y murió; y reinó Hazael en su lugar.

2 Reyes 8:3-15 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y aconteció que al cabo de los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; y salió a implorar al rey por su casa y por su campo. Y el rey estaba hablando con Giezi, criado del hombre de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las grandes cosas que ha hecho Eliseo. Y sucedió que mientras él contaba al rey cómo había devuelto la vida a un muerto, he aquí, la mujer a cuyo hijo había devuelto la vida, imploró al rey por su casa y por su campo. Y Giezi dijo: Oh rey señor mío, esta es la mujer y este es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida. Cuando el rey preguntó a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le asignó un oficial, diciendo: Restáurale todo lo que era suyo y todo el fruto del campo desde el día que dejó el país hasta ahora. Entonces Eliseo fue a Damasco. Y Ben-adad, rey de Aram, estaba enfermo, y le dieron aviso, diciendo: El hombre de Dios ha venido acá. Y el rey dijo a Hazael: Toma un presente en tu mano y ve al encuentro del hombre de Dios y consulta al SEÑOR por medio de él, diciendo: «¿Sanaré de esta enfermedad?». Y Hazael fue a recibirlo, y tomó un presente en su mano de todo lo bueno de Damasco, la carga de cuarenta camellos; y vino y se puso delante de él y dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Aram, me ha enviado a ti, diciendo: «¿Sanaré de esta enfermedad?». Entonces Eliseo le dijo: Ve y dile: «Ciertamente sanarás»; pero el SEÑOR me ha mostrado que ciertamente morirá. Y puso rígido su rostro y fijó sus ojos en él hasta que se sintió avergonzado, y el hombre de Dios lloró. Y Hazael dijo: ¿Por qué llora mi señor? Entonces respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel: incendiarás sus fortalezas, matarás a espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños y rasgarás el vientre a sus mujeres encinta. Entonces Hazael dijo: Pero, ¿qué es tu siervo, sino un perro, para que haga tan enorme cosa? Y Eliseo respondió: El SEÑOR me ha mostrado que tú serás rey de Aram. Entonces él se alejó de Eliseo y regresó a su señor, quien le dijo: ¿Qué te dijo Eliseo? Y él respondió: Me dijo que ciertamente sanarás. Pero al día siguiente Hazael tomó la manta, la empapó en agua y se la puso al rey sobre la cara, y murió. Y Hazael reinó en su lugar.

2 Reyes 8:3-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Una vez que pasó el hambre, la mujer regresó de la tierra de los filisteos y fue a ver al rey para recuperar su casa y sus tierras. Cuando ella entró, el rey estaba conversando con Giezi, el sirviente del hombre de Dios, y acababa de decirle: «Cuéntame algunas de las grandes cosas que ha hecho Eliseo». Cuando Giezi estaba relatándole al rey la ocasión en que Eliseo le había devuelto la vida a un niño, en ese preciso instante, la madre del niño entró para presentarle al rey la petición de su casa y de sus tierras. —¡Mire, mi señor el rey! —exclamó Giezi—. ¡Ella es la mujer y este es su hijo, el que Eliseo volvió a la vida! —¿Es cierto? —le preguntó el rey. Y ella le contó la historia. Entonces el rey dio instrucciones a uno de sus funcionarios para que la mujer recuperara todo lo que había perdido, incluso el valor de todos los cultivos que se habían cosechado durante su ausencia. Luego Eliseo fue a Damasco, la capital de Aram, donde el rey Ben-adad estaba enfermo. Cuando alguien le informó al rey que el hombre de Dios había llegado, el rey le dijo a Hazael: «Llévale un regalo al hombre de Dios. Luego dile que le pregunte al SEÑOR: “¿Voy a recuperarme de esta enfermedad?”». Entonces Hazael cargó cuarenta camellos con los mejores productos de Damasco para regalarle a Eliseo. Fue a verlo y le dijo: —Tu siervo Ben-adad, rey de Aram, me ha enviado a preguntarte: “¿Voy a recuperarme de esta enfermedad?”. Eliseo contestó: —Ve y dile: “Ciertamente te recuperarás”. ¡Pero la verdad es que el SEÑOR me ha mostrado que morirá! Eliseo se quedó mirando a Hazael tan fijamente que Hazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se puso a llorar. —¿Qué pasa, mi señor? —le preguntó Hazael. —Yo sé las cosas terribles que tú le harás al pueblo de Israel —contestó Eliseo—. ¡Quemarás sus ciudades fortificadas, matarás a sus muchachos a filo de espada, estrellarás a sus niños contra el suelo y abrirás el vientre a sus mujeres embarazadas! Entonces Hazael le dijo: —¿Cómo podría un don nadie como yo hacer cosas tan grandes como esas? Eliseo le contestó: —El SEÑOR me ha mostrado que tú serás rey de Aram. Cuando Hazael se despidió de Eliseo y regresó, el rey le preguntó: —¿Qué te dijo Eliseo? —Me dijo que es seguro que te recuperarás —contestó Hazael. Ahora bien, al día siguiente, Hazael agarró una manta, la empapó en agua y se la puso al rey sobre la cara hasta que murió. Entonces Hazael pasó a ser el siguiente rey de Aram.