2 Corintios 5:5-7
2 Corintios 5:5-7 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas. Por eso mantenemos siempre la confianza, incluso sabiendo que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor. En efecto, vivimos por fe, no por vista.
2 Corintios 5:5-7 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios nos preparó para ese cambio y, como prueba de que así lo hará, nos dio el Espíritu Santo. Por eso estamos siempre alegres. Sabemos que, mientras vivamos en este cuerpo, estaremos lejos del Señor. Pero, aunque no lo podamos ver, confiamos en él.
2 Corintios 5:5-7 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pero Dios es quien nos hizo para este fin, y quien nos dio su Espíritu en garantía de lo que habremos de recibir. Por eso vivimos siempre confiados, pues sabemos que mientras estemos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque vivimos por la fe, no por la vista).
2 Corintios 5:5-7 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Y Dios es quien nos ha impulsado a esto, pues nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que hemos de recibir. Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe
2 Corintios 5:5-7 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista)
2 Corintios 5:5-7 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía. Por tanto, animados siempre y sabiendo que mientras habitamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista)
2 Corintios 5:5-7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Dios mismo nos ha preparado para esto, y como garantía nos ha dado su Espíritu Santo. Así que siempre vivimos en plena confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo no estamos en el hogar celestial con el Señor. Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.