2 Crónicas 34:1-7
2 Crónicas 34:1-7 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén treinta y un años. Josías hizo lo que agrada al SEÑOR, pues siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle. En el año octavo de su reinado, siendo aún muy joven, Josías comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. En el año duodécimo empezó a purificar a Judá y a Jerusalén, quitando los altares paganos, las imágenes de la diosa Aserá, así como los ídolos y las imágenes de metal fundido. En su presencia fueron destruidos los altares de los baales y los altares sobre los que se quemaba incienso; también fueron despedazadas las imágenes para el culto a Aserá, y los ídolos y las imágenes de metal fundido fueron reducidos a polvo, el cual fue esparcido sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios. Quemó sobre los altares los huesos de los sacerdotes, purificando así a Judá y a Jerusalén. Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y Neftalí, y en las ruinas a sus alrededores. En toda la región de Israel destruyó los altares, redujo a polvo los ídolos y las imágenes de la diosa Aserá y derribó los altares para quemar incienso. Luego regresó a Jerusalén.
2 Crónicas 34:1-7 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Josías comenzó a reinar a los ocho años. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró treinta y un años. Josías obedeció a Dios en todo, pues siguió fielmente el ejemplo de su antepasado David. A la edad de dieciséis años, el rey Josías empezó a obedecer al Dios de su antepasado David. Cuatro años después, comenzó a quitar los altares en los que el pueblo adoraba al dios Baal. También quitó las imágenes de la diosa Astarté, las imágenes y los ídolos que había por todo el territorio de Judá y en Jerusalén. Josías ordenó que destruyeran todo eso hasta hacerlo polvo, y que luego esparcieran el polvo sobre las tumbas de quienes habían ofrecido sacrificios en ellos. Después mandó quemar los huesos de los sacerdotes de esos dioses, y los quemaron sobre los altares que ellos mismos habían usado para quemar incienso. Al terminar, también destruyeron esos altares. Esto mismo hizo Josías en todo Israel y Judá, y no solo en las ciudades, sino también en los poblados cercanos.
2 Crónicas 34:1-7 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén treinta y un años. Hizo lo recto a los ojos del Señor y siguió los pasos de su antepasado David, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. A los ocho años de su reinado, cuando aún era un jovencito, Josías comenzó a buscar al Dios de David su padre. A los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén, quitando los lugares altos y las imágenes de Asera, y las esculturas e imágenes fundidas. Quitaron de su vista los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera y las esculturas y estatuas fundidas, hasta hacerlas polvo, y el polvo lo esparció sobre los sepulcros de aquellos que les habían ofrecido sacrificios. Quemó además sobre sus altares los huesos de los sacerdotes, y limpió a Judá y a Jerusalén. Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares vecinos. Una vez que terminó de derribar los altares y las imágenes de Asera, y de romper y desmenuzar las esculturas, y de hacer pedazos todos los ídolos en todo Israel, volvió a Jerusalén.
2 Crónicas 34:1-7 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante treinta y un años. Los hechos de Josías fueron rectos a los ojos del Señor, pues siguió la conducta de David, su antepasado, sin desviarse de ella para nada. En el octavo año de su reinado, siendo todavía joven, Josías empezó a buscar al Dios de su antepasado David. Y en el año doce de su reinado comenzó a purificar a Judá y Jerusalén de los santuarios en lugares altos, las imágenes de Aserá, los ídolos y las estatuas de metal fundido, y fueron destruidos en su presencia los altares de las diversas representaciones de Baal. Además, Josías mandó destrozar los altares para incienso que había encima. También mandó hacer pedazos las imágenes de Aserá, los ídolos y las estatuas de metal fundido; los hizo polvo, que luego esparció sobre las tumbas de quienes les habían ofrecido sacrificios. Además quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y así purificó a Judá y Jerusalén. Hizo lo mismo en las ciudades de Manasés, Efraín y Simeón, y hasta Neftalí, en las plazas de todas sus ciudades. Derribó los altares, las imágenes de Aserá y los ídolos, haciéndolos polvo, y destruyó todos los altares para incienso en todo el territorio de Israel. Después regresó a Jerusalén.
2 Crónicas 34:1-7 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda. A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas. Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios. Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a Jerusalén. Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor. Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén.
2 Crónicas 34:1-7 La Biblia de las Américas (LBLA)
Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR y anduvo en los caminos de su padre David; no se apartó ni a la derecha ni a la izquierda. Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las Aseras, de las imágenes talladas y de las imágenes fundidas. Y derribaron en su presencia los altares de los baales; destrozó los altares del incienso que estaban puestos en alto, encima de ellos; despedazó también las Aseras, las imágenes talladas y las imágenes fundidas y las redujo a polvo, y lo esparció sobre las sepulturas de los que les habían ofrecido sacrificios. Entonces quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares y purificó a Judá y a Jerusalén. Y en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta en Neftalí, y en sus ruinas alrededor, derribó también los altares y redujo a polvo las Aseras y las imágenes talladas, y destrozó todos los altares de incienso por todas las tierras de Israel. Y regresó a Jerusalén.
2 Crónicas 34:1-7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Josías tenía ocho años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén treinta y un años. Hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR y siguió el ejemplo de su antepasado David; no se apartó de lo que era correcto. Durante el octavo año de su reinado, siendo aún joven, Josías comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. Luego, en el año doce, empezó a purificar a Judá y a Jerusalén, destruyendo todos los santuarios paganos, los postes dedicados a la diosa Asera, los ídolos tallados y las imágenes fundidas. Ordenó que demolieran los altares de Baal y que derribaran los altares del incienso que había encima. También se aseguró de que despedazaran los postes dedicados a la diosa Asera, los ídolos tallados y las imágenes fundidas, y que los pedazos fueran esparcidos sobre las tumbas de aquellos que les habían ofrecido sacrificios. Quemó los huesos de los sacerdotes paganos sobre sus propios altares, y de esta manera purificó a Judá y a Jerusalén. Hizo lo mismo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón e incluso hasta tan lejos como Neftalí, y en las regiones que las rodean. Destruyó los altares paganos y los postes dedicados a la diosa Asera, y redujo los ídolos a polvo. Derribó todos los altares del incienso en toda la tierra de Israel y, finalmente, volvió a Jerusalén.