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1 Tesalonicenses 5:4-15

1 Tesalonicenses 5:4-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Pero ustedes, hermanos, no viven en la ignorancia, así que el regreso del Señor Jesús no los sorprenderá como un ladrón en la noche. Todos ustedes confían en el Señor Jesús, y eso es como vivir a plena luz del día, y no en la oscuridad. Por eso, debemos mantenernos alerta y vivir correctamente, y no tan despreocupados como viven algunos. Los que viven pecando y emborrachándose, y sin preocuparse por el regreso del Señor Jesús, realmente viven en la oscuridad. Pero nosotros no vivimos en la oscuridad, sino en la luz. Por eso debemos mantenernos alerta, y confiar en Dios y amar a toda persona. ¡Nuestra confianza y nuestro amor nos pueden proteger del pecado como una armadura! Y si no dudamos nunca de nuestra salvación, esa seguridad nos protegerá como un casco. Porque Dios no nos ha llamado para castigarnos, sino para que recibamos la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque Jesucristo murió por nosotros para que podamos vivir con él, ya sea que estemos vivos o muertos cuando él vuelva. Por eso, anímense los unos a los otros, y ayúdense a fortalecer su vida cristiana, como ya lo están haciendo. Hermanos, les rogamos que respeten a los líderes de la iglesia. Ellos se esfuerzan mucho para enseñarles a vivir su vida cristiana. Por eso, trátenlos con respeto y amor por todo lo que hacen, y vivan en paz los unos con los otros. También les recomendamos, hermanos, que reprendan a los que no quieren hacer nada. Animen a los que son tímidos, apoyen a los que todavía dudan del Señor Jesús, y tengan paciencia con todos. No permitan que nadie devuelva un mal con otro mal. Al contrario, deben esforzarse por hacer el bien entre ustedes mismos y con todos los demás.

1 Tesalonicenses 5:4-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Pero ustedes, hermanos, no están en la oscuridad, para que el día del regreso del Señor los sorprenda como un ladrón. Todos ustedes son de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad; por eso no debemos dormir como los otros, sino mantenernos despiertos y en nuestro sano juicio. Los que duermen, duermen de noche, y los que se emborrachan, se emborrachan de noche; pero nosotros, que somos del día, debemos estar siempre en nuestro sano juicio. Debemos protegernos, como con una coraza, con la fe y el amor, y cubrirnos, como con un casco, con la esperanza de la salvación. Porque Dios no nos destinó a recibir el castigo, sino a alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Jesucristo murió por nosotros, para que, ya sea que sigamos despiertos o que nos durmamos con el sueño de la muerte, vivamos juntamente con él. Por eso, anímense y fortalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo. Hermanos, les rogamos que tengan respeto a los que trabajan entre ustedes, los dirigen en las cosas del Señor y los amonestan. Deben estimarlos y amarlos mucho, por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros. También les encargamos, hermanos, que reprendan a los indisciplinados, que animen a los que están desanimados, que ayuden a los débiles y que tengan paciencia con todos. Tengan cuidado de que ninguno pague a otro mal por mal. Al contrario, procuren hacer siempre el bien, tanto entre ustedes mismos como a todo el mundo.