1 Samuel 26:7-9
1 Samuel 26:7-9 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
David y Abisay llegaron esa noche y vieron a Saúl dormido en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera. Abner y el ejército estaban acostados a su alrededor. —Hoy ha puesto Dios en tus manos a tu enemigo —dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo! —¡No lo mates! —exclamó David—. ¿Quién puede impunemente alzar la mano contra el ungido del SEÑOR?
1 Samuel 26:5-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
David habló entonces con Ahimélec el hitita y con Abisai, que era hijo de Seruiá y hermano de Joab. Les dijo: —¿Quién me quiere acompañar hasta el campamento de Saúl? —Yo lo acompaño, Su Majestad —le contestó Abisai. Esa misma noche David y Abisai fueron al campamento de Saúl, y lo encontraron dormido y rodeado de sus soldados. A un lado de su cabeza estaba su lanza, clavada en el suelo; al otro lado dormía Abner hijo de Ner, capitán de su ejército. Abisai le dijo a David: —Dios le da a usted la oportunidad de matar a su enemigo. Déjeme que lo clave en la tierra con su propia lanza. Un solo golpe bastará. —¡No lo mates! —respondió David—. ¡Y que Dios me libre de matar a quien él mismo eligió para ser rey! Dios no dejará sin castigo a quien le haga daño al rey que él mismo ha elegido. »Ya le llegará su hora. Estoy seguro de que Dios mismo le quitará la vida, y morirá de muerte natural o lo matarán en batalla. Mejor toma su lanza y su jarra de agua, y vámonos de aquí.
1 Samuel 26:7-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Y David y Abisay fueron de noche al campamento donde estaba Saúl, durmiendo en su tienda. Tenía su lanza clavada a la cabecera, y Abner y su ejército dormían alrededor de él. Entonces Abisay le dijo a David: «El Señor ha puesto en tus manos a tu enemigo; si me permites, con su propia lanza puedo, de un solo golpe, dejarlo clavado en tierra.» Pero David le respondió: «No lo mates. ¿Quién puede atentar contra el ungido del Señor y permanecer inocente?»
1 Samuel 26:7-9 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Aquella misma noche, David y Abisai fueron al campamento. Saúl estaba durmiendo dentro del campamento, y a su cabecera tenía su lanza hincada en tierra. Abner y la tropa estaban acostados alrededor de él. Entonces dijo Abisai a David: —Dios ha puesto hoy en tus manos a tu enemigo. Déjame que lo mate ahora y que lo clave en tierra con su propia lanza. Un solo golpe será suficiente. Pero David le contestó: —No lo mates, pues nadie que intente matar al rey escogido por el Señor quedará sin castigo.
1 Samuel 26:7-9 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
David, pues, y Abisai fueron de noche al ejército; y he aquí que Saúl estaba tendido durmiendo en el campamento, y su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y el ejército estaban tendidos alrededor de él. Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?
1 Samuel 26:7-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y David y Abisai llegaron de noche al campamento, y he aquí, Saúl estaba durmiendo en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y la gente estaban acostados alrededor de él. Entonces Abisai dijo a David: Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano; ahora pues, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez. Pero David dijo a Abisai: No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar impune?
1 Samuel 26:7-9 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces David y Abisai fueron directo al campamento de Saúl y lo encontraron dormido, con su lanza clavada en tierra junto a su cabeza. Abner y los soldados estaban dormidos alrededor de él. —¡Esta vez, sin duda alguna, Dios te ha entregado a tu enemigo! —le susurró Abisai a David—. Déjame que lo clave en la tierra con un solo golpe de mi lanza; ¡no hará falta darle dos! —¡No! —dijo David—. No lo mates. Pues ¿quién quedará inocente después de atacar al ungido del SEÑOR?