1 Samuel 26:6-12
1 Samuel 26:6-12 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
David entonces preguntó a Ajimélec, el hitita, y a Abisay, hijo de Sarvia, hermano de Joab: —¿Quién quiere venir conmigo al campamento de Saúl? —Yo voy contigo —respondió Abisay. David y Abisay llegaron esa noche y vieron a Saúl dormido en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera. Abner y el ejército estaban acostados a su alrededor. —Hoy ha puesto Dios en tus manos a tu enemigo —dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo! —¡No lo mates! —exclamó David—. ¿Quién puede impunemente alzar la mano contra el ungido del SEÑOR? Y añadió: —Tan cierto como que el SEÑOR vive, el SEÑOR mismo lo herirá. O le llegará la hora de morir, o caerá en batalla. En cuanto a mí, ¡que el SEÑOR me libre de alzar la mano contra su ungido! Solo toma la lanza y el jarro de agua que están a su cabecera, y vámonos de aquí. David mismo tomó la lanza y el jarro de agua que estaban a la cabecera de Saúl, y los dos se marcharon. Nadie los vio ni se dio cuenta, pues todos estaban dormidos. No se despertaron, pues el SEÑOR los había hecho caer en un sueño profundo.
1 Samuel 26:5-12 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
David habló entonces con Ahimélec el hitita y con Abisai, que era hijo de Seruiá y hermano de Joab. Les dijo: —¿Quién me quiere acompañar hasta el campamento de Saúl? —Yo lo acompaño, Su Majestad —le contestó Abisai. Esa misma noche David y Abisai fueron al campamento de Saúl, y lo encontraron dormido y rodeado de sus soldados. A un lado de su cabeza estaba su lanza, clavada en el suelo; al otro lado dormía Abner hijo de Ner, capitán de su ejército. Abisai le dijo a David: —Dios le da a usted la oportunidad de matar a su enemigo. Déjeme que lo clave en la tierra con su propia lanza. Un solo golpe bastará. —¡No lo mates! —respondió David—. ¡Y que Dios me libre de matar a quien él mismo eligió para ser rey! Dios no dejará sin castigo a quien le haga daño al rey que él mismo ha elegido. »Ya le llegará su hora. Estoy seguro de que Dios mismo le quitará la vida, y morirá de muerte natural o lo matarán en batalla. Mejor toma su lanza y su jarra de agua, y vámonos de aquí. Nadie vio a David ni a Abisai, ni nadie se despertó, pues Dios hizo que todos se quedaran bien dormidos.
1 Samuel 26:6-12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Entonces David les preguntó al hitita Ajimélec y a Abisay hijo de Seruyá, que era hermano de Joab: «¿Quién me acompaña al campamento de Saúl?» Y Abisay dijo: «Yo voy contigo». Y David y Abisay fueron de noche al campamento donde estaba Saúl, durmiendo en su tienda. Tenía su lanza clavada a la cabecera, y Abner y su ejército dormían alrededor de él. Entonces Abisay le dijo a David: «El Señor ha puesto en tus manos a tu enemigo; si me permites, con su propia lanza puedo, de un solo golpe, dejarlo clavado en tierra.» Pero David le respondió: «No lo mates. ¿Quién puede atentar contra el ungido del Señor y permanecer inocente?» Dijo también: «Juro por el Señor que, si él no lo hiere, o no le llega el momento de su muerte, o no muere en batalla, él me impida atentar contra la vida de su ungido. Pero toma su lanza, y la vasija con agua, y vámonos.» Y tomando de la cabecera de Saúl la lanza y la vasija con agua, salieron del campamento. Nadie se dio cuenta de nada, pues el Señor había hecho que todos cayeran en un sueño profundo.
1 Samuel 26:6-12 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Entonces David habló con Ahimélec el hitita y con Abisai, que era hijo de Seruiá y hermano de Joab, y les preguntó: —¿Quién está dispuesto a bajar conmigo al campamento para llegar hasta Saúl? —Yo bajaré contigo —respondió Abisai. Aquella misma noche, David y Abisai fueron al campamento. Saúl estaba durmiendo dentro del campamento, y a su cabecera tenía su lanza hincada en tierra. Abner y la tropa estaban acostados alrededor de él. Entonces dijo Abisai a David: —Dios ha puesto hoy en tus manos a tu enemigo. Déjame que lo mate ahora y que lo clave en tierra con su propia lanza. Un solo golpe será suficiente. Pero David le contestó: —No lo mates, pues nadie que intente matar al rey escogido por el Señor quedará sin castigo. Juro por el Señor que él será quien le quite la vida, ya sea que le llegue la hora de la muerte, o que muera al entrar en combate. Que el Señor me libre de intentar matar al rey que él ha escogido. Así que toma la lanza que está a su cabecera y la jarra del agua, y vámonos. De esta manera David tomó la lanza y la jarra del agua que estaban a la cabecera de Saúl, y se fueron. Nadie los vio ni oyó; nadie se despertó, porque todos estaban dormidos, pues el Señor hizo que cayeran en un profundo sueño.
1 Samuel 26:6-12 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces David dijo a Ahimelec heteo y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién descenderá conmigo a Saúl en el campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo. David, pues, y Abisai fueron de noche al ejército; y he aquí que Saúl estaba tendido durmiendo en el campamento, y su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y el ejército estaban tendidos alrededor de él. Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos. Se llevó, pues, David la lanza y la vasija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y no hubo nadie que viese, ni entendiese, ni velase, pues todos dormían; porque un profundo sueño enviado de Jehová había caído sobre ellos.
1 Samuel 26:6-12 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces habló David a Ahimelec hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo a donde está Saúl en el campamento? Y Abisai dijo: Yo descenderé contigo. Y David y Abisai llegaron de noche al campamento, y he aquí, Saúl estaba durmiendo en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y la gente estaban acostados alrededor de él. Entonces Abisai dijo a David: Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano; ahora pues, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez. Pero David dijo a Abisai: No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar impune? Dijo también David: Vive el SEÑOR, que ciertamente el SEÑOR lo herirá, o llegará el día en que muera, o descenderá a la batalla y perecerá. No permita el SEÑOR que yo extienda mi mano contra el ungido del SEÑOR; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos. Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de junto a la cabecera de Saúl, y se fueron; pero nadie lo vio ni lo supo, tampoco nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, ya que un sueño profundo de parte del SEÑOR había caído sobre ellos.
1 Samuel 26:6-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
—¿Quién se ofrece a ir conmigo al campamento? —preguntó David a Ahimelec el hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab. —Yo voy contigo —contestó Abisai. Entonces David y Abisai fueron directo al campamento de Saúl y lo encontraron dormido, con su lanza clavada en tierra junto a su cabeza. Abner y los soldados estaban dormidos alrededor de él. —¡Esta vez, sin duda alguna, Dios te ha entregado a tu enemigo! —le susurró Abisai a David—. Déjame que lo clave en la tierra con un solo golpe de mi lanza; ¡no hará falta darle dos! —¡No! —dijo David—. No lo mates. Pues ¿quién quedará inocente después de atacar al ungido del SEÑOR? Seguro que el SEÑOR herirá a Saúl algún día, o morirá de viejo o en batalla. ¡El SEÑOR me libre de que mate al que él ha ungido! Pero toma su lanza y la jarra de agua que están junto a su cabeza y ¡luego vámonos de aquí! Entonces David mismo tomó la lanza y la jarra de agua que estaban cerca de la cabeza de Saúl. Luego él y Abisai escaparon sin que nadie los viera ni despertara, porque el SEÑOR hizo que los hombres de Saúl cayeran en un sueño profundo.