1 Samuel 16:2-7
1 Samuel 16:2-7 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
—¿Y cómo voy a ir? —respondió Samuel—. Si Saúl llega a enterarse, me matará. —Lleva una ternera —dijo el SEÑOR—, y diles que vas a ofrecerle al SEÑOR un sacrificio. Invita a Isaí al sacrificio y entonces te explicaré lo que debes hacer, pues ungirás para mi servicio a quien yo te diga. Samuel hizo lo que el SEÑOR mandó. Pero cuando llegó a Belén, los jefes del pueblo lo recibieron con mucho temor. —¿Vienes en son de paz? —preguntaron. —Claro que sí. He venido a ofrecerle al SEÑOR un sacrificio. Conságrense y vengan conmigo para tomar parte en él. Entonces Samuel consagró a Isaí y a sus hijos, y los invitó al sacrificio. Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «Sin duda que este es el ungido del SEÑOR». Pero el SEÑOR dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
1 Samuel 16:2-7 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Pero Samuel le dijo: —Dios mío, si Saúl llega a saberlo, me va a matar. ¿Cómo se lo voy a ocultar? Dios le dijo: —Llévate una vaquita y dile que vas a presentarme una ofrenda. Pídele a Jesé que te acompañe. Cuando yo te diga a cuál de sus hijos he elegido como rey, tú le pondrás aceite en la cabeza. Y Samuel obedeció a Dios. Cuando llegó a Belén, los líderes del pueblo se preocuparon mucho y le dijeron: —¿A qué has venido? ¿Hay algún problema? Samuel les contestó: —Todo está bien. No pasa nada. Solo vine a presentarle a Dios esta ofrenda. Prepárense y vengan conmigo al culto. Samuel mismo preparó a Jesé y a sus hijos para que pudieran acompañarlo en el culto. Cuando llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Estoy seguro de que Dios ha elegido a este joven». Pero Dios le dijo: «Samuel, no te fijes en su apariencia ni en su gran estatura. Este no es mi elegido. Yo no me fijo en las apariencias; yo me fijo en el corazón».
1 Samuel 16:2-7 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Y Samuel le preguntó: «¿Con qué pretexto voy a ir? Si Saúl llega a saber a qué voy, de seguro me matará.» El Señor le respondió: «Llévate una becerra de la vacada, y di que vas a ofrecerme un sacrificio. Llama luego a Yesé para que te acompañe en el sacrificio, y allí te diré lo que tienes que hacer, y consagrarás como rey a quien yo te diga.» Y Samuel hizo lo que el Señor le dijo. En cuanto llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron temerosos a recibirlo, y le preguntaron: «¿Vienes con intenciones pacíficas?» Y Samuel les respondió: «Sí, vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme.» Y Samuel purificó también a Yesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio. Y cuando todos estuvieron reunidos, Samuel vio a Eliab, y pensó: «Seguramente, este es el que Dios ha escogido.» Pero el Señor le dijo: «No te dejes llevar por su apariencia ni por su estatura, porque este no es mi elegido. Yo soy el Señor, y veo más allá de lo que el hombre ve. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero yo miro el corazón.»
1 Samuel 16:2-7 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
—¿Y cómo haré para ir? —respondió Samuel—. ¡Si Saúl llega a saberlo, me matará! El Señor le contestó: —Toma una ternera y di que vas a ofrecérmela en sacrificio. Después invita a Jesé al sacrificio, y yo te diré lo que debes hacer. Consagra como rey a quien yo te diga. Samuel hizo lo que el Señor le mandó. Y cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con cierto temor, y le preguntaron: —¿Vienes en son de paz? —Así es —respondió Samuel—. Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme a participar en el sacrificio. Luego Samuel purificó a Jesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio. Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Con toda seguridad este es el hombre que el Señor ha escogido como rey.» Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»
1 Samuel 16:2-7 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido. Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? Él respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio. Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
1 Samuel 16:2-7 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y Samuel respondió: ¿Cómo puedo ir? Cuando Saúl lo sepa, me matará. Y el SEÑOR dijo: Toma contigo una novilla y di: «He venido a ofrecer sacrificio al SEÑOR». Invitarás a Isaí al sacrificio y yo te mostraré lo que habrás de hacer; entonces me ungirás a aquel que yo te indique. Samuel hizo lo que el SEÑOR dijo, y fue a Belén. Y los ancianos de la ciudad vinieron a su encuentro temblando y dijeron: ¿Vienes en paz? Y él respondió: En paz. He venido a ofrecer sacrificio al SEÑOR. Consagraos y venid conmigo al sacrificio. Samuel consagró también a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio. Y aconteció que cuando ellos entraron, vio a Eliab, y se dijo: Ciertamente el ungido del SEÑOR está delante de Él. Pero el SEÑOR dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón.
1 Samuel 16:2-7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pero Samuel le preguntó: —¿Cómo puedo hacerlo? Si Saúl llega a enterarse, me matará. —Lleva contigo una novilla —le contestó el SEÑOR— y di que has venido para ofrecer un sacrificio al SEÑOR. Invita a Isaí al sacrificio, y te mostraré a cuál de sus hijos ungirás para mí. Así que Samuel hizo como el SEÑOR le indicó. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo salieron a su encuentro temblando. —¿Qué pasa? —le preguntaron—. ¿Vienes en son de paz? —Sí —contestó Samuel—, vine para ofrecer un sacrificio al SEÑOR. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio. Luego Samuel realizó el rito de purificación para Isaí y sus hijos y también los invitó al sacrificio. Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «¡Seguramente este es el ungido del SEÑOR!». Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El SEÑOR no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el SEÑOR mira el corazón.