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1 Samuel 14:37-45

1 Samuel 14:37-45 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Entonces Saúl consultó al Señor: «¿Debo perseguir a los filisteos? ¿Le darás la victoria a tu pueblo Israel?» El Señor no le dijo nada ese día, así que Saúl llamó a los jefes del pueblo y les preguntó: «Díganme quién ha pecado hoy, y cuál ha sido su maldad; porque juro por el Señor, el salvador de su pueblo Israel, que el culpable morirá, aun si el culpable es mi hijo Jonatán.» Y como todo su ejército permaneció callado, Saúl ordenó: «Ustedes quédense de un lado, y mi hijo Jonatán y yo nos pondremos del otro lado.» Y ellos respondieron: «Haz lo que te parezca mejor.» Entonces Saúl le dijo al Señor: «Concédenos un sorteo perfecto.» Como la suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo quedó libre, Saúl dijo: «Ahora echen la suerte entre mi hijo Jonatán y yo.» Como la suerte cayó sobre Jonatán, Saúl le preguntó: «Confiésame qué es lo que has hecho.» Y Jonatán le dijo: «Es verdad que comí un poco de miel, la cual tomé con la punta de la vara que traía en la mano. ¿Y por eso tengo que morir?» Y Saúl respondió: «Que Dios me añada mayor castigo, si no cumplo mi promesa. Hijo mío, ¡tienes que morir!» Entonces el pueblo le dijo a Saúl: «¿Tiene que morir tu hijo Jonatán, cuando ha sido él quien salvó al pueblo de Israel? ¡De ninguna manera! Juramos por el Señor que ni uno solo de sus cabellos caerá a tierra. Lo que él hizo hoy, lo hizo de acuerdo al plan de Dios.» De esta manera el pueblo de Israel impidió la muerte de Jonatán.

1 Samuel 14:37-45 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Entonces Saúl consultó a Dios: —¿Debo perseguir a los filisteos? ¿Los entregarás en manos de los israelitas? Pero el Señor no le respondió ese día. Por lo tanto Saúl dijo: —Acérquense aquí todos los jefes del ejército, y averigüen quién ha cometido hoy este pecado. ¡Juro por el Señor, el salvador de Israel, que aunque haya sido mi hijo Jonatán, tendrá que morir! Nadie en el ejército respondió; por eso Saúl dijo a todos los israelitas: —Pónganse ustedes de este lado, y del otro nos pondremos mi hijo Jonatán y yo. —Haz lo que te parezca mejor —contestó la tropa. Entonces Saúl exclamó: —Señor y Dios de Israel, ¿por qué no has respondido hoy a tu servidor? Si la culpa es mía, o de mi hijo Jonatán, al echar las suertes saldrá el Urim; pero si la culpa es de Israel, tu pueblo, al echar las suertes saldrá el Tumim. La suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo quedó libre de culpa. Luego Saúl dijo: —Echen suertes entre mi hijo Jonatán y yo. Y la suerte cayó sobre Jonatán, por lo cual dijo Saúl a Jonatán: —Confiésame lo que has hecho. Jonatán confesó: —Realmente probé un poco de miel con la punta de la vara que llevaba en la mano. Pero aquí estoy, dispuesto a morir. Saúl exclamó: —¡Que Dios me castigue con toda dureza si no mueres, Jonatán! Pero el pueblo respondió a Saúl: —¡Cómo es posible que muera Jonatán, si ha dado una gran victoria a Israel! ¡Nada de eso! ¡Por vida del Señor, que no caerá al suelo ni un pelo de su cabeza! Porque lo que ha hecho hoy, lo ha hecho con la ayuda de Dios. De este modo el pueblo libró a Jonatán de morir.

1 Samuel 14:37-45 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Entonces Saúl le preguntó a Dios: —¿Debemos perseguir a los filisteos? ¿Nos ayudarás a derrotarlos? Pero Dios no respondió ese día. Entonces Saúl les dijo a los líderes: —¡Algo anda mal! Que vengan aquí todos los comandantes de mi ejército. Debemos descubrir qué pecado se ha cometido hoy. Juro por el nombre del SEÑOR, quien rescató a Israel, que el pecador morirá, ¡aun si fuera mi propio hijo Jonatán! Pero nadie se atrevía a decirle cuál era el problema. Entonces Saúl dijo: —Jonatán y yo nos pondremos aquí, y todos ustedes se pondrán allá. Y el pueblo respondió a Saúl: —Lo que mejor te parezca. Entonces Saúl oró: —Oh SEÑOR, Dios de Israel, por favor, muéstranos quién es culpable y quién es inocente. Entonces hicieron un sorteo sagrado, y Jonatán y Saúl fueron señalados como los culpables, y los demás declarados inocentes. Después dijo Saúl: —Ahora hagan otro sorteo para señalar si es Jonatán o soy yo. Entonces, Jonatán fue indicado como el culpable. —Dime lo que has hecho —le preguntó Saúl a Jonatán. —Probé un poco de miel —admitió Jonatán—. Fue solo un poco en la punta de mi vara. ¿Merece eso la muerte? —Sí, Jonatán —dijo Saúl—, ¡debes morir! Que Dios me castigue e incluso me mate si no mueres por esto. Pero la gente intervino y le dijo a Saúl: —Jonatán ganó esta gran victoria para Israel. ¿Debe morir? ¡De ningún modo! Tan cierto como que el SEÑOR vive, que ni un solo cabello de su cabeza será tocado, porque hoy Dios lo ayudó a hacer esta gran proeza. De modo que la gente salvó a Jonatán de la muerte.