1 Juan 2:3-11
1 Juan 2:3-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Sabemos que hemos llegado a conocer a Dios si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió. Queridos hermanos, lo que escribo no es un mandamiento nuevo, sino uno antiguo que han tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron. Por otra parte, lo que escribo es un mandamiento nuevo, cuya verdad se manifiesta tanto en la vida de Cristo como en la de ustedes, porque la oscuridad se va desvaneciendo y ya brilla la luz verdadera. El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano permanece en la luz y no hay nada que lo haga tropezar. Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad, en ella vive y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.
1 Juan 2:3-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Nosotros sabemos que conocemos a Dios porque obedecemos sus mandamientos. Si alguien dice: «Yo soy amigo de Dios», y no lo obedece, es un mentiroso y no dice la verdad. En cambio, el que obedece lo que Dios ordena, de veras sabe amar como Dios ama, y puede estar seguro de que es amigo de Dios. El que dice que es amigo de Dios debe vivir como vivió Jesús. Hermanos en Cristo, no les estoy dando un mandamiento nuevo. Les estoy repitiendo un mandamiento muy antiguo, que ustedes ya conocen: se trata del mismo mandamiento que Dios les dio desde el principio. Sin embargo, esto que les escribo es un mandamiento nuevo, y ya saben lo que significa, como también Cristo lo sabe. Él es la luz verdadera, que brilla cada vez más fuerte, y que hace que la oscuridad vaya disminuyendo. Si alguno dice que vive en la luz, pero odia a otro miembro de la iglesia, en realidad vive en una gran oscuridad. El que ama a los demás, vive bajo la brillante luz de Dios y no causa ningún problema a los de su iglesia. Pero el que odia a otro cristiano, vive en la oscuridad y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha dejado ciego.
1 Juan 2:3-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Con esto podemos saber que lo conocemos: si obedecemos sus mandamientos. El que dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso, y no hay verdad en él. El amor de Dios se ha perfeccionado verdaderamente en el que obedece su palabra, y por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Hermanos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que ustedes han tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que han oído desde el principio. Sin embargo, les escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en ustedes, porque las tinieblas se van desvaneciendo, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
1 Juan 2:3-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Si obedecemos los mandamientos de Dios, podemos estar seguros de que hemos llegado a conocerlo. Pero si alguno dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo. Queridos hermanos, este mandamiento que les escribo no es nuevo: es el mismo que ustedes recibieron desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron. Y, sin embargo, esto que les escribo es un mandamiento nuevo, que es verdad tanto en Cristo como en ustedes, porque la oscuridad va pasando y ya brilla la luz verdadera. Si alguno dice que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano vive en la luz, y no hay nada que lo haga caer. Pero el que odia a su hermano vive y anda en la oscuridad, y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha dejado ciego.
1 Juan 2:3-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
1 Juan 2:3-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en Él. El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo. Amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio; el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído. Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en Él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya está alumbrando. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz y no hay causa de tropiezo en él. Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
1 Juan 2:3-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos. Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad; pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió. Queridos amigos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino más bien uno antiguo que han tenido desde el principio. Ese mandamiento antiguo —ámense unos a otros— es el mismo mensaje que oyeron antes. Sin embargo, también es un mandamiento nuevo. Jesús vivió la verdad de este mandamiento, y ustedes también la viven. Pues la oscuridad está desapareciendo, y ya brilla la luz verdadera. Si alguien afirma: «Vivo en la luz», pero odia a otro creyente, esa persona aún vive en la oscuridad. El que ama a otro creyente vive en la luz y no hace que otros tropiecen; pero el que odia a otro creyente todavía vive y camina en la oscuridad. No sabe por dónde ir, pues la oscuridad lo ha cegado.